TALLER SALUD = activismo y educación

Por Cándida Cotto

ccotto@claridadpuertorico.com

“Un comunicado de prensa de alerta nacional, de ninguna manera satisface lo que se está pidiendo. La diferencia no es sobre la palabra, es sobre el mecanismo. Un comunicado de prensa no es una orden ejecutiva. Lo que pasa es que La Fortaleza lanza el comunicado como un ejercicio de relaciones públicas y hacer ver a los grupos como irracionales”.

A la luz de 40 años de trabajo defendiendo y procurando los derechos de la mujer, la organización feminista Taller Salud es una voz más que autorizada para recalcar la necesidad de que el Gobierno declare un Estado de Emergencia Nacional por la Violencia de Género. La actual directora ejecutiva de Taller Salud, Tania Rosario Méndez, recalcó que lo que se le está pidiendo a la gobernadora es una orden ejecutiva. La diferencia, puntualizó, es que se supone que una orden ejecutiva tenga unas instrucciones que establezcan cuál es la prioridad del gobierno e imparta instrucciones específicas a las agencias que tengan que ver con la protección de las mujeres.

Rosario Méndez, quien junto a otras organizaciones del Movimiento feminista participó a nombre de Taller Salud (TS) en algunas de las reuniones con la gobernadora en diciembre reiteró que el reclamo de emergencia nacional por la violencia de género está vivo. De hecho, el movimiento feminista se ha mantenido realizando manifestaciones frente a la Fortaleza después de la reunión. La más reciente fue el lunes, 2 de diciembre, con un performance de diez musas, cada una de ellas mostrando una pintura de algún tipo de violencia en su cuerpo.

La historia de Taller Salud

En ocasión de su aniversario número 40 (el 6 de diciembre) Rosario Méndez, quien es su cuarta directora, en entrevista con CLARIDAD repasó los inicios de Taller Salud. Narró que esa iniciativa surgió de las activistas Carmen Guzmán y Eugenia Acuña, la primera puertorriqueña y la segunda chilena, pero ambas residentes en Nueva York en los años 70. Estas decidieron venir a Puerto Rico a intentar fundar una colectiva feminista. De primera intención no tuvieron éxito. Luego, en el 79, invitan a otras compañeras, entre ellas a Nirvana González, y deciden centrar el trabajo que querían hacer en la fuerza política de la salud, en la salud de las mujeres como un ejercicio de derecho, de lo que dijo: “Todavía hoy en día es innovador, revolucionario y hasta incómodo”.

Rosario Méndez relató que al final de los 70, y para las dos próximas décadas, había otras organizaciones hermanas cuyos trabajos también giraban en torno a asuntos concretos, como derechos laborales, la salud de las mujeres, la violencia de género, y que tenían trabajos de coalición, como la Organización Puertorriqueña de la Mujer Trabajadora (OMPT) y Coordinadora Paz para la Mujer (CPM).

En sus inicios, las mujeres que integraban la colectiva tenían sus empleos y no fue hasta 1989 que tomaron la decisión de registrar a Taller Salud como una organización sin fines de lucro, lo que les dio la oportunidad de recibir fondos de organizaciones y poder realizar proyectos con profesionales contratados como fue en un trabajo de educación popular y promoción de la salud.

El hecho de que al presente Taller Salud se encuentre focalizado en el pueblo de Loíza e incluya trabajo con varones fue un poco circunstancial, indicó su directora.

A raíz del azote del huracán Hugo en 1989, que dejó devastado a Loíza, Taller Salud se acercó para trabajar en ese pueblo, en lo que ahora se conoce como El Terraplén. Se construyeron unas casas “temporeras” en forma de barracas para las personas que habían perdido sus viviendas. Allí empezaron a tener distintas experiencias y se estrechó la relación con la comunidad de Piñones así que decidieron alquilar un espacio en Medianía, a la vez que mantuvieron doble sede, como por 10 años, en Santa Rita, en Río Piedras.

El modelo de servicios de TS es uno de promoción de la salud integral y prevención de la violencia, centrado en servicios educativos. En un momento del 2007, Taller Salud revisó su misión, visión y valores para poder incluir trabajo con niños, ya que sus integrantes comenzaron a darse cuenta que en Loíza había muchos varones que habían sido víctimas de abuso sexual cuando niños.

Sobre este trabajo expone Rosario Méndez: “Esa idea de que solo las niñas y las mujeres están sujetas a la violencia no es correcta ni en lo abstracto, ni en lo público, ni en lo estadístico tampoco”. Considera que en Puerto Rico las estadísticas de diabetes serían consideradas epidémicas si sus números fueran tan altos como los números de abuso sexual por habitantes. “Tienes unos adultos que son violentos porque también fueron violentados de niños y nadie brega con eso, eso no se toca, ni con una vara larga”.

Continuó diciendo: “El otro lado de eso es que si esa intervención, si no tiene perspectiva de género, termina dañando sobre el daño. Y ahí es donde entran los estilos de trabajo de Taller Salud, donde tanto la educación como la terapia tienen enfoques feministas de equidad, de justicia social, de derechos humanos. Tiene unos marcos sobre los cuales se hace la intervención para no victimizar la víctima, y no es tan fácil hacer ese trabajo y sostenerlo por años”.

Esa inclusión fue una progresiva. Primero comenzó con niños, incluyéndolos en los proyectos de niñez exclusivos para las niñas y luego añadiendo a los varones jóvenes.

La violencia

En cuanto a la situación de violencia entre los jóvenes, desde el año 2012 Taller Salud tiene un proyecto exclusivo para trabajar con esta problemática. El proyecto surgió de las mismas mujeres, de los grupos de focales, en donde identificaron como una prioridad el evitar que les mataran sus hijos varones. “Para Taller Salud eso fue indiscutible, es una prioridad de salud feminista”. En respuesta, en el 2011 se inauguró un proyecto de salud pública que atiende la violencia entre bandos, con mediación de conflicto, manejo de caso individualizado y alcance comunitario, el cual ha tenido distintas etapas.

Rosario Méndez reconoció que para el 2017 en Loíza, antes del huracán, estaban en un momento bastante estable, de descenso de la rivalidad y de la volatilidad, en se podía predecir que iba haber calma por bastante tiempo y los conflictos estaban en un nivel bajo o moderado donde TS podía mediar y evitar que escalaran.

Sin pretender simplificar la situación de violencia la feminista describió que esta se da entre barrios, en sectores dentro de un barrio, que las lealtades cambian, que tienen que ver con quiénes son los líderes, que las rivalidades son muy antiguas y que a veces tiene que ver con percepciones de lo que es el honor o las faltas de respeto o con agravios viejos que el joven siente la necesidad de vengar. En el presente eso se cruza con el narcotráfico, con el acceso a armas ilegales, con la pobreza. “Son al menos cuatro o cinco generaciones que han crecido con una verdad que les dice que no importa lo que hagan no van a poder dejar de ser pobres y que eso es lo que les toca, eso es lo que se merecen. Que no pueden aspirar a otra cosa”.

El racismo

Otra circunstancia que denunció es que nadie quiere hablar del racismo. “Hay unas complejidades que tienen que ver directamente con las consecuencias de la esclavitud. Nosotros somos una sociedad posesclavista que retiene dinámicas de la época de la esclavitud, no solo creencias. Como nadie quiere hablar de eso, si se reduce todo a las decisiones y valores de cada persona, pues, cada persona tiene la culpa y ya está. Pero el feminismo no puede mirar la vida así porque entonces no tendría sentido. Si nosotros no consideramos las dinámicas de opresión que han vivido las mujeres no existiría la equidad de género. Lo que quiero decir es que aquí, además del patriarcado, estamos viendo racismo estructural en su expresión más cruel y el asunto colonial, que en ocasiones es bien difícil integrarlo”.

En sintonía añadió: “¿Qué tiene Loíza? Loíza es un exbatey de cimarrones y cimarronas, que tiene agua en el norte, en la costa Atlántica, agua en el sur por todos los caños, entre el Río Herrera y el Río Grande de Loíza, y la Laguna Torrecilla, que es perfecta para el contrabando. Esa es la razón por la que los esclavos la escogieron. ¿Y qué tiene Puerto Rico? Una situación de ocupación militar, con un gobierno que no controla sus costas, su aduana. ¿Por dónde es que entra la droga aquí? Pues por las costas que vigila Estados Unidos. No es por otro lado. Y usualmente son las costas de mayor pobreza, de mayor exclusión, de menor desarrollo. Ya casi se puede especular que se diseña el desarrollo así, para poder continuar con que haya un flujo de tráfico ilegal que enriquece a unos y es otro quien pone los muertos”.

El proyecto Acuerdo de Paz, que ya tiene siete años, lo coordina la líder comunitaria de Loíza Zina Alejandro. En este momento el proyecto atiende a jóvenes que se considera están en un alto riesgo de ser asesinados o de ellos incurrir en actividad violenta. Se trabaja con ellos diversidad de planes para reducir su riesgo y, en el proceso, empezar a mirar otras opciones de vida. Rosario Méndez no pasa por alto que en este trabajo hay además una parte estructural que por más voluntad y apoyo que se tenga es un muro difícil de superar. Se refiere a las estructuras y normas del Estado. “Ahora mismo Taller Salud trabaja bastante con los tribunales que tienen unos espacios de oportunidad para instalar proyectos de justicia restaurativa, sobre todo para menores de edad primeros ofensores”.

Para celebrar sus 40 años de activismo, entre otras actividades, Taller Salud comenzó a publicar en verano una serie de documentales titulados Las primeras, dirigido por Carla Cabina. Son diez entrevistas a diez mujeres puertorriqueñas, cada una de ellas que fue la primera en hacer algo. Por ejemplo: la primera mujer neuróloga, la Procuradora de la Mujer, la primera en hacer una investigación de la trasmisión del VIH de la madre al bebé, la primera en litigar en pantalones y otras. Además una serie de 12 cuentos recreados de mujeres puertorriqueñas de este siglo y el pasado, a cargo de la artista Saudi Morales. Ambas series se pueden ver en la plataforma Sound Clowd.

El último proyecto es la encomienda a la periodista Ana Teresa Toro de escribir una investigación sobre la organización. El libro, Un cuerpo propio: 40 Años de Taller Salud, fue presentado en su actividad de aniversario celebrada el reciente seis de diciembre.

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