Mantequilla

 

En Rojo

Cuando niño untaba mantequilla al pan. Todos éramos felices. O ignorantes, que es algo parecido. Sin embargo, poco a poco, nos fueron prohibiendo ese delicioso pecado.

En los tiempos de los Beatles mi padre comenzó a hablar del corazón, del colesterol y las grasas saturadas. Según estudios de aquellos tiempos la mantequilla, esa asesina seductora, nos mataría a todos con lentitud perversa. Primera vez que escuché que el placer estaba reñido con la longevidad. Pasé días mirando Titanes en el ring tratando de entender porqué era así de injusta la vida. Pasaba un hombre con una barra de hielo en cada sesión de lucha libre. Nunca supe por qué y para qué. Por eso me atraía ese personaje.

En dos semanas esa angustia desapareció. Otras cosas llenaron mi inquietud. La mantequilla dejó de ser pecado. Eso, hasta que al cumplir cierta edad comencé a preocuparme por las grasas saturadas. Le dije adiós a la seductora, la más delicada comida entre los bárbaros, según dijera Plinio.

Descubrí  luego que el mundo está lleno de placeres sin mácula. La mantequilla aparece en los refrigeradores  sin grasa, con omega 3, sin sal, sin sabor y así.  Y la prima margarina va por el mismo camino de la redención.

Así tropecé un día con el ghi. Una revelación. Una suerte de mantequilla de la India para rituales religiosos, encender lámparas, y comer. Mejora la memoria. Promueve un aumento en la calidad y cantidad de semen. Para que uno no se olvide. Ahora la venden hasta en las panaderías de Río Piedras.

No hay modo de no ser feliz. Si quieres ser delgado o gordo,  si tienes deseos de vivir larga vida o morir poco a poco, hay una cosa para ponerle al pan esperando por ti. Todos seremos felices.

No es sólo la mantequilla la que nos da tantas opciones, es el sistema de vida occidental ¿Acaso ese presidente, Barack Obama, escogido como Premio Nóbel de la Paz, no escogía formar parte de los que bombardean a rebeldes, que son tantos y de tan diversas tribus que todavía no escogemos a qué intereses responden? ¿Acaso no hubo uno hace apenas unos meses que intentó un golpe de estado y ni siquiera ha sido enjuiciado?

No se confundan. Hablo de mantequilla y democracia. No creo que haya nada más democrático que la mantequilla.

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