Por Gabriel Méndez Sánchez
Especial para CLARIDAD
Más allá de la imagen cliché del francés con camisa de marinero, la boina negra, la baguette debajo del brazo y la clope en la mano; hay otro cliché trés francés. Los franceses son conocidos por siempre estar en huelga – o de vacaciones. Sería algo exagerado afirmar algo así, aunque un poco de verdad tiene también; lo de la huelga quiero decir. Francia se dirige hacia su segunda semana de una huelga interprofesional que pone en jaque al gobierno y que amenaza con arruinar la temporada de navidad para muchos franceses. Por lo que algunos viendo la intransigencia del gobierno y los sindicatos, están llamando a una tregua por aquello de pasar bien las fiestas de fin de año.
Aunque es cierto que Francia se ubica entre los primeros tres países europeos con más días de huelga por año. También es correcto afirmar que esta cultura de la lucha no se explica solamente por el nivel de sindicalización, ya que sólo 1 de cada 10 trabajadores franceses o poco más del 10% están sindicalizados. Como un boricua que lleva más de siete años en París, he sido testigo de la cultura de la lucha en la llamada Ciudad de la luz. Tres presidentes de la V República Francesa he visto desfilar por el palais de l’Élysée; Nicolas Sarkozy (2007-12), François Hollande (2012-17), y Emmanuel Macron (2017).
Viniendo de Puerto Rico donde los movimientos sociales manifestándose masivamente en la calle son prácticamente inexistentes, salvo algunos ejemplos: Vieques, Huelgas estudiantiles, Privatización PRT, o el Verano 2019. Al llegar a Francia me sorprendió conocer que la huelga es un derecho constitucional. Prácticamente todas las profesiones están sindicalizadas, incluso abogados, policías, bomberos y gendarmes. Dato curioso: el mayor sindicato de la policía está afiliado al sindicato de izquierda Force ouvrière. Pero esta cultura de la lucha va aún mas allá de la izquierda. La derecha más conservadora se manifestó masivamente en contra de las reformas que emprendió el gobierno socialista del presidente Hollande. Bajo la presidencia de Sarkozy se realizó una reforma de las pensiones donde entre otras cosas se aumentó la edad del retiro y miles de personas se manifestaron en contra de la reforma. Evidentemente todo gobierno quiere aplicar sus famosas reformas y dejar su huella para la posteridad. ¿Qué es lo que esta pasando en Francia ahora mismo?
El quinquenio de Macron ha tenido a los profesores de escuelas primarias y secundarias, enfermeros, trabajadores de la transportación publica, policías y bomberos en la calle. A estos se les añaden los ahora famosos gilets jaunes, quienes desde hace más de un año se manifiestan sistemáticamente contra el gobierno. Aunque es cierto que el partido político de Macron incluyó en su plataforma una propuesta reforma de pensiones que podríamos decir que el pueblo validó al hacerle presidente, extraño ha sido que el gobierno haya atendido hasta mediados de mandato para aplicar una reforma de esta envergadura. Así las cosas, el gobierno anunció que presentaría en diciembre ante la Asamblea Nacional la reforma de pensiones. Por su parte los sindicatos más combativos tomaron por sorpresa al gobierno al iniciar una huelga interprofesional el jueves 5 de diciembre. Ese día entre 800,000 y 1.5 millones de manifestantes en todo el País, lograron ganar la opinión pública. A casi dos semanas de la huelga 7 de cada 10 franceses opinan que apoyan el principal reclamo de los huelguistas; es decir que el gobierno retire su proyecto de reforma de pensiones.
El gobierno aplicó la vieja táctica de divide y vencerás, al argumentar que los trabajadores que están en huelga lo hacen por defender sus privilegios particularesxii. De esta manera intenta crear un sesgo entre los privilegiados y el resto de los trabajadores que ellos como gobierno tratan de proteger. Aun así, para la mayoría de los franceses el gobierno ha fallado en explicar los pormenores de su reforma de pensiones. Nadie sabe exactamente cuando podrá retirarse y de cuanto sería el monto mensual. Si se sabe que las pensiones dejarán de cotizarse por trimestres y será un sistema de puntos que se acumulan a través de cada euro ganado. Otros piensan que es parte de la estrategia “macronista” de dejar las cosas floues. De la misma forma que hizo durante la carrera presidencial al asumir posturas de la izquierda y de la derecha, sin asumir ninguna a la misma vez. Su gobierno tiene una ventaja sobre los manifestantes, la mayoría parlamentaria que le otorga una validación democrática que según sus ministros los legitima para llevar a cabo las reformas. Esta mayoría le ha permitido al presidente Macron aprobar sus proyectos en la asamblea de manera incontestable.
Apenas comenzada la huelga el primer ministro francés Édouard Philippe se dirigió al pueblo en un intento por calmar las cosas, pero el resultado fue el contrario. Los trabajadores siguen en la calle determinados a doblegar al gobierno. Actualmente en Francia existen tres sindicatos principales: creada en 1895 la Confédération générale de travailleursrepresenta junto a Force ouvrière -fundada en 1947- al sindicalismo más combativo; y la Confédération française démocratique du travail creada en 1919 como la Confédération française de travailleurs chrétiens representa al sindicalismo reformista. En su alocución el primer ministro explicó a grandes rasgos los principales puntos de su reforma -algo que no habían hecho hasta el momento- entre otras cosas señaló el aumento de la edad pivote del retiro. Fue precisamente éste punto el cual llevó a la CFDT-que por lo general apoya las reformas gubernamentales- a condenar la reforma y hacer un llamado a sus miembros -por primera vez desde el comienzo de la huelga- a unirse a la manifestación interprofesional convocada para el próximo martes 17 de diciembre.
En Francia existen una veintena de regímenes especiales de pensiones. Los cuales otorgan beneficios tales como retirarse antes de la edad legal del retiro, como es el caso de los policías, enfermeros, diputados, marineros, bomberos o los choferes de trenes, metros y buses. A pesar de que en su discurso el primer ministro dijo que el tiempo de los regímenes especiales había llegado a su final, el pasado 12 de diciembre el gobierno ofreció a los policías proteger su régimen especial para sacarlos de la ecuación y tener de su lado un sector primordial. ¿Una primera concesión o un acto de supervivencia?
El gobierno pretende acabar con los regímenes especiales y crear un único sistema universal que englobaría todas las profesiones y trabajos. Hasta el momento ningún sector ni sindicato se ha expresado a favor, solo los miembros del partido presidencial y sus aliados en la Asamblea Nacional. Debido a que la huelga esta en su mayoría realizada por los trabajadores de la transportación pública, esto ha creado una situación de caos y desolación en Francia. Horas esperando trenes que no saldrán, o bajo la lluvia y el frío en espera del bus que seguirá sin parar en la parada porque no cabe un alma más o debajo de la tierra en pasillos subterráneos del metro abarrotados como hormiguero.
Hoy me toca ir al trabajo de nuevo, así que me armo de paciencia y me preparo mentalmente para un trayecto entre empujones y caras malhumoradas. Al menos es invierno y no hace calor. El trayecto que normalmente realizo para ir al trabajo me toma 20mins en metro, ahora son 2 horas en bus, porque la mayoría de las catorce líneas del metro están paralizadas. Ah y pequeño gran detalle, en el bus vamos como sardinas en lata. ¿Quién dará su brazo a torcer, sindicatos o gobierno?
¿Habrá tregua o seguirá la guerra durante las fiestas navideñas? Una cosaes segura hasta ahora, la opinión pública está del lado de los huelguistas. Por lo que el gobierno algo tendrá que ceder.
El autor es egresado de la Universidad de Puerto Rico, es profesor de escuela intermedia y superior en Paris.