Rubén Maldonado Jiménez
A propósito de 74 aniversario de la Revolución nacionalista de 1950 en Puerto Rico, quisiera compartir algunas reflexiones sobre la novela corta de Rafael Acevedo titulada Muere Riggs, publicada por “Secta de los perros” en mayo de 2024. Antes de hacer algunos comentarios al respecto, es importante destacar que ha habido un viejo debate entre los límites de la historia y la literatura, un tema fascinante que ha sido objeto de discusión durante mucho tiempo. La historia busca acercarse a la verdad mediante la recopilación y análisis de hechos verificables a través de documentos y evidencias. Es la función del historiador intentar reconstruir y explicar los hechos o la realidad de la manera más precisa posible con las fuentes accesibles y a su alcance.[1] Sin embargo, la literatura es una forma de arte que se basa en la imaginación o ficción y la creatividad. Los escritores pueden tomar libertades con los hechos y crear narrativas que, aunque pueden estar basadas en eventos históricos, no están obligadas a ser fieles a la realidad.[2] Reconociendo sus diferencias, pienso que la historia y la literatura no deben verse como opuestas, sino como disciplinas complementarias que, cuando se combinan, pueden ofrecer una comprensión más completa y enriquecedora de nuestro pasado y presente.
En algunas instancias del proceso narrativo parece que Rafael Acevedo (Rafah) invita a los historiadores a profundizar sobre algunos sucesos de la década de 1930 en Puerto Rico. Uno de ellos está relacionado con Carlos Torres Morales, fotógrafo del periódico El Imparcial, quien supuestamente tomó dos fotos al momento del arresto de Beauchamp. La primera de ellas es la famosa foto de Elías Beauchamp poco después de ser arrestado por ajusticiar Elisha Francis Riggs, jefe de la Policía Insular de Puerto Rico y quien había sido protagonista de la Masacre de Río Piedras en 1935. Acerca de la segunda foto, no se sabe su paradero. Al referirse a Torres Morales para cerrar la primera parte, se menciona que le quedaba poco tiempo de vida y dice al respecto: “Ustedes tienen que buscar aquella otra instantánea” y al decir “ustedes” parece ser un emplazamiento a una investigación más profunda sobre los hechos.
De la misma forma al cierre de la tercera parte de su novela, se refiere al nacionalista Carlos Marchand Paz, testigo de la Masacre de Río Piedras y acusado y convicto por haber agredido con su propio rottén al policía Orlando Colón. Marchand Paz, solicitó por segunda ocasión un nuevo juicio. En palabras del narrador “…esa vez sí le concedieron un nuevo juicio. Quedan cabos sueltos. A mí no me corresponde atarlos”. Buena tarea por cierto para los historiadores.
Esas dos instancias, aparte de la subjetividad que puedan contener, nos invita a reflexionar sobre sobre varios asuntos acerca de la investigación del nacionalismo albizuista en Puerto Rico. Se podría interpretar como una exhortación a los historiadores a investigar, expresando su insatisfacción con los que tocan de oídos el tema y aparentan ser grandes teóricos de la disciplina.
Aunque el autor aborda de manera detallada el contexto político de la muerte de Elisha Francis Riggs, jefe de la Policía Insular de Puerto Rico, por los nacionalistas Elías Beauchamp y Hiram Rosado el 23 de febrero de 1936, cerca del mediodía en el Viejo San Juan, mientras viajaba en su automóvil oficial a una cuadra del Correo en respuesta a la Masacre de Río Piedras, ocurrida el 24 de octubre de 1935, donde la policía, bajo el mando de Riggs, mató a varios nacionalistas,[3] en Muere Riggs hay varios temas que abre la puerta para ir más allá de lo cotidiano. Entre ellos, se encuentran en el contexto histórico más amplio que caracterizó a la década del 1930. Como son, el ascenso de regímenes totalitarios, como el nazismo en Alemania y el fascismo en Italia, incidieron en la Segunda Guerra Mundial; el ascenso de Francisco Franco al poder durante la Guerra Civil Española (1936-1939) y su impacto en Puerto Rico, La década del 1930 fue, por lo tanto, un periodo de grandes desafíos que moldearon el futuro de Puerto Rico.
Otro asunto que el narrador menciona son los eventos que se desarrollaron en Utuado. Además, de presentar algunas incongruencias con relación al nacimiento y asesinato de Hiram Rosado Ayala. Despacha los sucesos de Utuado diciendo: “en Utuado siguieron los disparos cuando el sol se dirigía al oeste”. Precisamente cuando el sol se dirigía al oeste fue asesinado en Utuado, Ángel Mario Martínez Ríos, uno de los tres nacionalistas asesinados en Puerto Rico el 23 de febrero de 1936. Dos de ellos eran utuadeños: Elías Beauchamp Beauchamp, asesinado en San Juan, y Martínez Ríos en Utuado. El tercero Hiram Rosado Ayala, era natural de Quebradillas. Este de acuerdo con el censo de 1920, residía en Añasco con su mamá[4] y en el 1930 en Yauco.[5] Es muy probable que de este pueblo se trasladó a Arecibo, en donde residía al momento de su muerte conforme con su certificado de defunción.
Según se desprende de sus respectivos certificados de defunción, Beauchamp y Rosado fueron torturados y acribillados a balazos, mientras que Ángel Mario fue asesinado a quemarropa. Ángel Mario falleció a las 3:00 de tarde en Utuado, una hora después de Rosado Ayala. Este murió a las 2:00 de la tarde del 23 de febrero de 1936, media hora después de la muerte de Beauchamp, en la calle Tanca, esquina Tetuán en San Juan.[6] La principal causa de muerte fue una “hemorragia interna por herida de bala que perforó ambos pulmones”.[7] Otra causa importante que contribuyó a la muerte fue “otra herida de bala que fracturó la mandíbula inferior”.[8]
Según el certificado de defunción de Rosado Ayala, murió en la calle Tanca, esquina Recinto Sur. La principal causa de su muerte fue “hemorragias internas producidas por dos heridas de bala que perforaron el pulmón izquierdo y el hígado”.[9] Además, recibió “otras heridas de balas” según certificó el Dr. A. Martínez Álvarez.[10] Sin embargo, según prensa de la época, la policía se proponía llevarlo herido al Hospital Municipal de San Juan, que estaba ubicado en la Avenida de Diego en Santurce.[11] Esta dirección parece contradecir la que aparece en el certificado de defunción de Rosado Ayala, lo que cuestiona la versión de fue llevado al hospital municipal de San Juan.
Tal vez la contribución más importante de la novela corta Muere Riggs de Rafael Acevedo, se encuentra en su capacidad para contribuir a mantener viva la memoria colectiva y estimular su investigación académica y el debate público sobre el nacionalismo albizuista. Además enriquece la literatura puertorriqueña al abordar temas de identidad, resistencia y lucha por la independencia, contribuyendo al diálogo cultural y político en la isla.
El autor es profesor retirado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
[1] Desde esa perspectiva Enriqueta Vila Vilar discute este tema en Historia y Literatura: un largo debate para un caso práctico en https://doi.org/10.4000/nuevomundo.52533
[2] Una buena lectura es Xulio Ricardo Trigo, “Los límites entre la historia y la literatura” en https://lamaletadeportbou.com/los-limites-entre-historia-y-literatura/
[3] Claridades: Ejecución de Elisha Francis Riggs, febrero 19, 2020.
[4] «United States Census, 1920», FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:X97H-FLC : Sun Mar 10 13:08:09 UTC 2024), Entry for Ramona Ayala Y Rivera De Rosado and Hiram Rosado Y Ayala, 1920.
[5] «United States Census, 1930», , FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:V683-35D : Sun Mar 10 21:22:14 UTC 2024), Entry for Pedro Rosado Arce and Ramona Ayala de Rosado, 1930.
[6] «Puerto Rico, Registro Civil, 1805-2001», FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:QVJS-SYQ7 : Fri Mar 08 10:23:57 UTC 2024), Entry for Elias Beauchamp Beauchamps and Francisco Beauchamp, 23 Feb 1936.
[7] Ibid.
[8] Ibid.
[9] «Puerto Rico, Registro Civil, 1805-2001», FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:QVJS-SYQ6 : Fri Mar 08 23:11:15 UTC 2024), Entry for Hiram Rosado Ayala and Pedro Rosado, 23 Feb 1936.
[10] Ibid.
[11] Ver Enrique Vázquez Quintana, “Hospital Municipal de la Capital: Trayectoria gloriosa y oportunidad real” en https://www.galenusrevista.com/Hospital-Municipal-de-la-Capital/