A cinco años de María y días de Fiona, crece la insurrección energética de Casa Pueblo

Tras el paso del huracán Fiona, el 20 de septiembre, día en que se conmemoraron los cinco años del paso del devastador huracán María, Casa Pueblo de Adjuntas reafirmó la importancia de transformar nuestro sistema de generación centralizada de energía por uno que haga el mayor de los aprovechamientos de generación distribuida en el punto de consumo.

En comunicado de Prensa, la organización resaltó que la experiencia con el huracán Fiona validó la ruta de cambio que construye Casa Pueblo en Adjuntas de energizar con sistemas solares. La tenencia de un sistema solar permitió que, una vez más, la sede de Casa Pueblo, Radio Casa Pueblo y ahora también su torre de transmisión mantuvieran servicios ininterrumpidamente mientras la infraestructura solar instalada permitió retomar la generación tan pronto salió el sol.

Casa Pueblo emplazó al gobierno a que, ante la repetición de un apagón general y siendo la zona montañosa las más rezagada en la restauración del sistema eléctrico, atienda de manera urgente los miles de hogares de personas con condiciones crónicas de salud, en los cuales la seguridad energética es vital para los enfermos y sus cuidadores.

“A cinco años, tras miles de muertos, muchos más enfermos y con millones de dólares en recursos asignados, el expediente gubernamental bochornosamente se limita a promesas de futuro, ideas de proyectos y diseños incompletos, poco transparentes y con limitada ejecución”, dijo Arturo Massol, director asociado de Casa Pueblo.

Recordó que la zona de la Cordillera es la región de mayor pobreza y fue el último 30% que el gobierno re-energizó tras el más largo de los apagones enfrentados en la historia del País.

“La trayectoria de Casa Pueblo previo al huracán nos ha permitido estar a la altura del momento e insertarnos con prontitud y eficiencia en la cadena de ayuda comunitaria”, afirmó Alexis Massol González, fundador y director de Casa Pueblo. “Un liderato sólido, una red de colaboradores interna y externa, una hoja de servicio en defensa del medio ambiente, el desarrollo social y la cultura, y una credibilidad ganada a base de lucha fue clave en esa etapa y hasta el presente”.

“La sede de Casa Pueblo y su emisora, Radio Casa Pueblo, operan con energía solar desde 1999. Por esto, el colapso del sistema de energía eléctrica y las telecomunicaciones por causa del ciclón María y ahora con el huracán Fiona no nos hizo mella”, afirmó Massol-González.

Casa Pueblo también sirvió como centro de distribución de artículos de primera necesidad y medicinas, acogió clínicas de salud y su emisora logró dos objetivos principales: informar a la comunidad de la montaña y permitir que las personas se comunicaran con sus seres queridos a través de las ondas radiales. Asimismo, puso a disposición la telefonía satelital para que la gente pudiera hacer llamadas.

Además  distribuyó motosierras, generadores eléctricos, cientos de toldos, neveras solares y 14,000 lámparas solares en Adjuntas y otros municipios como Utuado, Jayuya, Loíza, Barranquitas, Salinas, Humacao y Vieques. Igualmente, instaló sistemas de urgencia solar en 10 hogares para energizar máquinas de diálisis peritoneal y terapia respiratoria.

Luego de María, en Adjuntas hubo barrios que estuvieron más de un año sin el servicio de energía eléctrica. A cinco años, la organización dio a conocer que ha abordado diferentes temas críticos del quehacer de un pueblo:

Seguridad comunitaria – Se han energizado más de un centenar de hogares de personas con condiciones crónicas de salud, adultos mayores y madres solteras, pero también las casas del deportista, el artesano, el voluntario y el carpintero.

Seguridad en la infraestructura crítica – Se han energizado las sedes del Cuerpo de Bomberos y de Emergencias Médicas, la torre de comunicaciones de Radio Casa Pueblo, una escuela elemental, un hogar de adultos mayores, el Bosque Escuela y la Escuela Agrícola Esteban Bianchi.

Activación económica y continuidad de servicios básicos – Se han energizado colmados en distintos barrios, ferreterías, una lechonera, una barbería, se estableció el cine solar y un restaurante solar ya opera en la vecindad, entre otros. Casa Pueblo también realizó 50 auditorías energéticas y diseñó sistemas solares para 50 pequeños comercios de Adjuntas, y donó 250 paneles fotovoltaicos para que familias completaran sus instalaciones. Además, desarrolla la microrred Adjuntas Pueblo Solar con la Fundación Honnold, que incluye farmacia, panadería, óptica, ferretería, pizzería, mueblerías y una iglesia, entre otros establecimientos alrededor de la plaza pública. Esta iniciativa ha trascendido las fronteras puertorriqueñas por su innovación y se encuentra en la última fase de construcción donde se inter conectarán los edificios a una gigantesca batería de un megavatio de capacidad.

Por último, pero no menos importante, Casa Pueblo ha solidificado el trabajo de investigación que hacía previo al huracán. Sobre el particular, se pueden mencionar las siguientes iniciativas: aprendizaje a través del servicio con la Universidad de Notre Dame; Sol y Salud con la Universidad Internacional de Florida; la investigación participativa sobre inseguridad energética con el Othering and Belonging Institute de la Universidad de California en Berkeley; y el uso de biomasa de desperdicios del café para producir energía con la Universidad de Michigan. Como si fuera poco, Adjuntas sirve como study site de microrredes solares del Departamento de Energía federal con estudiantes graduados y subgraduados del Recinto Universitario de Mayagüez, y un estudio de caso de Casa Pueblo se enseña todos los semestres en el Harvard Kennedy School of Administration.

A cinco años de María, mucho es el trabajo realizado, pero son más las ideas, las propuestas y las posibilidades de seguir construyendo un país que se libere de los combustibles fósiles, con independencia energética, próspero y vivible para todos y todas, concluyeron las voces de Casa Pueblo.

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