Tres generaciones de peloteros boricuas en MLB: Familia Cruz (Cheo, Cheito y Trei)

 

 

Especial para CLARIDAD

Primera generación:

José Cruz Dilan- José “Cheo” Cruz: “El Pelotero de Puerto Rico”

José Cruz Dilan nació el 8 de agosto de 1947 en Arroyo, Puerto Rico. José era el mayor de tres hermanos que eventualmente llegaron a las grandes ligas del béisbol en Estados Unidos, Héctor y Cirilo. Era un atleta versátil, compitiendo en otros deportes además del béisbol como softbol, baloncesto y atletismo. Después de graduarse de la escuela superior en Arroyo, se convirtió en el primero de sus hermanos en llegar a las grandes ligas (Astros Daily, 2014, Mercado, J, 2018). José fue firmado por el escucha Carlos Negrón de los Cardenales de St. Luis con solo 19 años y en 1967 inició su carrera profesional con su club de la granja de San Petersburgo. Jugo en la Liga AA de Puerto Rico con el equipo de Aibonito, ya que otros equipos por ser muy joven, no le dieron la oportunidad. Se destacó en las ligas menores y en el 1971 con los Cardenales de Tulsa en el béisbol AAA con promedio .327 con 15 cuadrangulares y fue llamado al equipo de las grandes ligas.

Durante las temporadas de 1972 al 1974 tuvo una actuación discreta con los Cardenales de San Luis siendo utilizado como jugador defensivo, corredor o bateador emergente (Astros Daily, 2014, Mercado, J, 2018). Al finalizar la temporada Cheo fue donde su dirigente (tomado de entrevista con Cheo por autor) y le dijo “ o me juegas o me cambias (play me o trade me)”.  El dirigente de los Cardenales era Red Schoendienst.  Ahí surge el interés de los Astros que necesitaban sangre nueva y Cheo es cambiado a su nuevo equipo en la ciudad de Houston. Su vida cambio como jugador de Grandes Ligas y como ser humano.

La trayectoria de José Cruz dio un giro de 360 grados en 1974 cuando los Astros de Houston, después de una temporada desastrosa con un récord de 81-81 decidieron hacer cambios en el equipo y traen a José Cruz como jugador del jardín izquierdo. Durante la temporada de 1975 el equipo de Houston tuvo su peor récord en la historia de la franquicia con 64 juegos ganados y 97 juegos perdidos. En esa época solo lo querían usar contra lanzadores derechos. Cheo nos cuenta una anécdota de que cuando llega a Houston y le dice al dirigente que él también les bateaba a lanzadores zurdos. En ese juego lo colocan como iniciador contra Filadelfia y su lanzador estelar Steve Carlton y en su primer turno le conectó un cuadrangular, “en el primer turno le di un home run”.

En la temporada de 1976 Cruz aprovechó al máximo sus oportunidades y bateó para promedio de .303, segundo lugar en bateo en el equipo detrás de Bob Watson (Astros Daily, 2014, Mercado, J, 2018). Durante la temporada de 1977 el cambio de equipo dio resultado para los Astros y los fanáticos de los Cardenales se comenzarían a lamentar el mismo. José Cruz se convirtió en el mejor bateador del equipo con un promedio de bateo de .299 con 17 jonrones, 87 carreras impulsadas y 44 bases robadas. Esos números no pueden parecer impresionantes hoy en día, pero .299 en los años setenta eran excelentes para alguien jugando la mitad de sus juegos en un parque bajo techo como el Astrodome, de Houston. Se le otorgo el reconocimiento de “jugador más valioso” del equipo al final de la temporada. Pero la carrera de José Cruz estaba apenas comenzando. Se convirtió en un jugador de alto calibre en las series post temporada de 1979 a 1981. Durante ese período, se estableció como uno de los más grandes jugadores de los Astros en toda la historia del equipo ganando el premio de Jugador Más Valioso en cuatro ocasiones, dos selecciones al juego de estrellas y dos premios Roberto Clemente por sus servicios comunitarios fuera del terreno de juego, lo cual es significativo de su trabajo con la comunidad de Houston en general que todavía sigue llevando a cabo con la Fundación del equipo (“Astros Foundation”). Se convirtió en uno de los jugadores favoritos de la fanaticada de Houston (Astros Daily, 2014, Mercado, J, 2018) y digno representante de los puertorriqueños ante la comunidad de la ciudad donde su nombre era mencionado contantemente por la prensa, radio y televisión. En recientes visitas a los juegos de los Astros hay fanáticos que nos llaman de las gradas para que le indiquemos a “Cheo” que firme autógrafos de algunos niños aun cuando hay otros jugadores alrededor de Cheo. José Cruz sigue siendo un “ídolo” en Houston, aun después de años de su retiro.

Para la temporada de 1985 ya José Cruz contaba con treinta y ocho años y tenía el mejor promedio de bateo en la historia de la franquicia de los Astros de Houston. Tuvo un papel de gran importancia durante la post temporada de 1986. En 1987, luego de un cambio de equipo, jugó su última temporada con los Yanquis de Nueva York. Con los Yankis no jugo tan regularmente como en Houston, pero dejo su marca. Él nos señala “ en mi último turno al bate con los Yankis y en las Grandes Ligas me despedí con un “Home Run” con las bases llenas contra Benito Pérez, lanzador dominicano”.

José “Cheo” Cruz dejo su marca en los Astros de Houston para siempre como representante Boricua. Para la temporada de 1987 era el jugador líder de la franquicia de más juegos jugados, de mayor número de turnos al bate, mayor número de carreras empujadas, mayor número de bases y líder en triples. Además, era el segundo en la historia de la franquicia en carreras anotadas, en dobles, batazos de extrabases, bases robadas y embazados (Astros Daily, 2014, Mercado, J, 2018). El día 3 de octubre de 1992 los Astros de Houston retiraron oficialmente el uniforme de José Cruz con el número 25. En noviembre de 1997 fue contratado por el dirigente del equipo, Larry Dierker como “coach” de la primera base donde ocupo esta posición por varios años y ahora trabaja en una posición gerencial con el equipo (Astros Daily, 2014, Mercado, J, 2018). Su trabajo actual consiste en su labor comunitaria con la Fundación de los Astros ayudando en todo lo que la misma hace. Cheo es la cara del equipo en dicha Fundación. Además, en los juegos de los Astros ayuda como comentarista en la trasmisión radial en español. Con la Fundación de los Astros Cheo sigue con el legado de Roberto Clemente Walker donde visita escuelas de la comunidad, juegos de pequeñas ligas, hospitales y otras actividades comunitarias en representación del equipo.

El gran narrador y comentarista deportivo, Héctor Rafael Vázquez, lo comenzó a llamar “el pelotero de Puerto Rico” cuando jugo en la liga profesional en la Isla, apodo que llevo durante toda su carrera. José “Cheo” Cruz jugó béisbol profesional durante 19 temporadas con los Astros, Cardenales y Yankees. Tuvo un promedio de bateo de .284, conectando 2,251 hits, 165 jonrones, 1,077 carreras impulsadas y 1,036 carreras anotadas. Cruz ganó 2 Bates de Plata durante su carrera. Jugó en 1,870 juegos con los Astros, bateando .292 con 335 dobles, un récord de franquicia de 80 triples, 138 jonrones, 942 carreras impulsadas y 288 bases robadas. Estos números lograron que fuera incluido en el Salón de la Fama de los Astros en el 2023 y al Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño en 1994 y al Salón de la Fama del Beisbol Profesional Puertorriqueño en el 2022.

José “Cheo” Cruz es una persona humilde y querido por todos, ya sea en Puerto Rico como en Houston. Sus dos hijos jugaron beisbol profesional, Cheito y José Enrique. Sus nietos tienen los genes de Cheo en el beisbol y él está pendiente a ellos y su desarrollo.

En el estadio de “Minute Maid” todos los saludan y conocen, empleados de mantenimiento, cocina, peloteros de equipos visitantes y los locales, fanáticos, en fin, todos saben quién es Cheo Cruz. Un digno representante de los “Boricuas” en Houston. Ha estado relacionado con asociaciones de puertorriqueños en la ciudad desde que llego en la década del 70. Constantemente en el estadio lo vemos con “Diego”, uno de sus nietos que también juega beisbol en las pequeñas ligas de la ciudad. Hombre de familia que habla mucho de sus hijos y nietos. Ejemplo digno para emular. Cheo, quien fue seleccionado en dos ocasiones para participar en el Juego de Estrellas de MLB, forma, junto con Héctor y Cirilo Cruz (todos jugadores de los jardines),  una de las trilogía de hermanos puertorriqueños en jugar en las Grandes Ligas, la otra es la de los Molinas: Benji, José y Yadier (todos receptores) .

Segunda Generación:

José Cruz Jr. (Cheito)

José Cruz Jr. es el hijo mayor de José “Cheo” Cruz. Nació el 19 de abril de 1974 en Arroyo, Puerto Rico. Desde muy temprana edad se respiraba beisbol en esta familia y comenzó jugando en las pequeñas ligas de Houston, donde residía con sus padres. Bateaba a ambos lados del plato (switch hitter) pero lanzaba o tiraba a lo derecho. Su padre le enseño a batear a ambos lados del plato desde temprana edad lo que le produjo frutos en su carrera profesional.

Estudio y jugó beisbol en la escuela superior de “Bellaire” donde fue escogido por los Bravos de Atlanta en la ronda número 15 del sorteo de jugadores Amateurs en 1992 ( a los 18 años). Luego en 1995 fue escogido por los Marineros de Seattle en la primera ronda (3ro) del sorteo Amateurs de MLB en 1995 procedente de la Universidad de Rice en Houston. Jugó béisbol universitario en la Universidad de Rice de 1992 a 1995 y tuvo una exitosa carrera en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) que abarcó 12 temporadas de 1997 a 2008.

José Cruz Jr. tuvo una sólida carrera en la MLB, contribuyendo tanto a la ofensiva como a la defensiva de los equipos que jugó. Su versatilidad como bateador ambidiestro y fildeador fuerte lo convirtieron en un activo valioso para los equipos de MLB con los que participo.

Jugador de los jardines, bateador ambidiestro. Hizo su debut en MLB a la edad de 23 años con Marineros de Seattle. Estas son algunas de las estadísticas de su carrera de 12 años en las mayores: tuvo 4,724 turnos al bate, conecto para 1,167 incogibles, 204 cuadrangulares (34 en el 2001 con Toronto), para un promedio de por vida de .247. Anoto 713 carreras, empujo 624, se robó 113 bases y tuvo un promedio de “OBP” de .337, “SLG” de .445 y “OPS” de .783. Además, ganador de un guante de “Oro” en el 2003.

A continuación, los equipos con los que jugó durante su carrera en MLB:

Marineros de Seattle (1997), Azulejos de Toronto (1997-2002)( Jugó la mayor parte de su carrera con los Azulejos de Toronto), Gigantes de San Francisco (2003), Tampa Bay Rays (2004), Cascabeles de Arizona (“Diamondbacks”) (2005), Medias Rojas de Boston (2005), Los Ángeles Dodgers (2005-2006), Padres de San Diego (2007), Astros de Houston (2008): Finalizó su carrera en las Grandes Ligas con los Astros de Houston.

José Cruz, Jr. (Cheito), hijo del ex jardinero estrella de los Astros, José Cruz, fue un jardinero que fue “All-American” en la Universidad de Rice antes de una carrera de 12 años en las Grandes Ligas en la que ganó un Guante de Oro y conectó 204 jonrones, incluidos 34 para los Azulejos en 2001. Regresó a Rice para completar bachillerato y su título en 2013.

En 2021, Cruz fue nombrado entrenador asistente de bateo de los Tigres de Detroit, pero dejó el cargo el 12 de junio para aceptar el puesto de entrenador en jefe en la Universidad de Rice. Ocho años después, Cruz Jr. estaba de regreso en el campus, calzándose una camiseta a rayas de Rice después de ser nombrado entrenador en jefe de béisbol de Rice en junio del 2022. Su sueño de dirigir a su alma mater se había hecho realidad, y debutando como dirigente con los Búhos de Rice, Cruz se encuentra en un lugar perfecto a los 50 años. Su padre habla muy orgulloso de él y su labor como dirigente.

Tercera generación:

Trei Cruz

Nació el 5 de julio de 1998 en Toronto Canadá, mientras su padre jugaba con los Azulejos. Es el hijo de José Cruz Jr. y nieto de José Cruz padre, Jugador de MLB de tercera generación. Juega el campo corto, segunda base y los jardines (especialmente jardín central). En el 2017 cuando asistía a la Escuela Superior Episcopal de Bellaire fue reclamado por los Astros de Houston en la ronda 35 del sorteo de novatos. En el 2019 los nacionales de Washington lo reclamaron en el sorteo en la ronda numero 37 procedente de la Universidad de Rice. En el 2020 los Tigres de Detroit lo reclamaron en la tercera ronda del sorteo de novatos procedente de la Universidad de Rice.

Desde el 2022 ha jugado con los Leones de Ponce de la Liga Profesional Roberto Clemente Walker de Puerto Rico. En 7 de marzo del 2024 Trei fue activado por los Tigres de Detroit y se encuentra jugando en las ligas menores de dicho equipo. En 2024 ha tenido 139 turnos al bate con 35 incogibles, 3 cuadrangulares, 14 carrera empujadas y promedio de .252. Bateador ambidiestro.

Cuando fue reclamado por Detroit su padre fue muy efusivo en sus elogios hacia Trei. Les dijo a los medios de comunicación muy impulsivo “Ve por ello», y el abuelo que está muy orgulloso de su nieto fue más allá de las palabras y reconoció “Oye, él tiene los genes». En realidad, si los tienes, lo “genes” de los “Cruz” en el beisbol. Esperamos que pronto sea llamado por el equipo de las Grandes Ligas al círculo grande donde demuestre su calidad.

El lugar donde todos los evaluadores de talento comenzaron a fijarse, además de sus estadísticas, fue en su genética familiar. Pudieron medir la velocidad del bate y de los pies. Vieron sus manos suaves y que tenía un OPS de .890 en 131 juegos en su carrera en la Universidad de Rice. Pero sobre todo se fijaron en su genética (su padre y su abuelo). Trei Cruz sabe de dónde viene y a donde quiere ir.

«No quiere ser bueno, quiere ser grande», dijo el entrenador asistente de Rice, Paul Janish, un veterano de nueve temporadas en las Grandes Ligas. «No está indeciso. Tampoco le teme a la luz, y eso es una gran parte de su éxito y quiere seguir elevando la calidad de su juego»(traducido por el autor).

Una de las razones puede ser que Trei José Cruz ha estado en el deporte toda su vida, todos los días junto a su padre o su abuelo. Su abuelo, José Cruz Sr., acumuló 2,251 hits en 19 temporadas en las Grandes Ligas. Pasó 13 de esas 19 temporadas con los Astros, y su número 25 cuelga en el Minute Maid Park después de ser retirado por el equipo. Tres décadas después de su último partido, sigue siendo uno de los jugadores más queridos de la franquicia.

Podemos decir que en la “Familia Cruz” si hay los genes del beisbol en todas las generaciones. De hecho, pocos jugadores han ingresado al sorteo (draft) de la MLB con el objetivo de ser un jugador de Grandes Ligas de tercera generación.

Esta familia nos honra como boricuas. Tres generaciones de jugadores profesionales en el beisbol de las Grandes Ligas poniendo nuestra “bandera” y el nombre de Puerto Rico en alto, afirmando su puertorriqueñidad donde quiera que van.

 

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