A quemarropa el asesinato del nacionalista Ángel Mario Martínez Ríos 1

 

Rubén Maldonado Jiménez

De acuerdo con su acta de nacimiento, Ángel Mario Martínez Ríos era de color blanco, nació a las seis de la tarde, el 24 de junio de 1914 en Utuado. Fueron sus padres Ignacio Martínez Matías, de profesión comerciante, con residencia en el barrio Caguana y Juana Ríos Rivera, de ocupación costurera, ambos naturales de Utuado.2 Fue su abuelo paterno, el agricultor Jesús Martínez, natural de Arecibo.3 Sus abuelos maternos fueron Ramón Ríos y Marcelina Rivera, naturales de Utuado.4 Esta última, residía con su hijo Ignacio, era viuda y de ocupación costurera.5

Conforme con el censo poblacional de 1920, Ángel Mario eran un niño de 5 años, residía con sus padres y hermanos en el barrio Caguana de Utuado.6 Su padre Ignacio de 39 años, era en ese momento, empleado administrador de finca de café.7 En el 1930, aproximadamente unos seis años antes de su asesinato, residía en el mismo barrio, contaba con 15 años, asistía a la escuela y contrario a sus padres sabe inglés.8 Lo que significa que cuando fue asesinado tenía 21 años, faltándole 4 meses y un día para los 22.

El asesinato de Ángel Mario en las inmediaciones del cafetín Osiris, se produjo el 23 de febrero de 1936, horas después del ajusticiamiento del coronel Elisha Francis Riggs y los asesinatos de los nacionalistas Hiram Rosado de Quebradillas9 y el utuadeño Elías Beauchamp Beauchamp10 que habían “sido arrestados y llevados al cuartel general de la policía que entonces estaba localizado en la calle San Francisco esquina del Callejón de Gámbaro”.11 A base del certificado de defunción de Beauchamp, murió a la 1:30 y Ángel Mario a las 3:00 de tarde, una diferencia de una hora y media, entre los asesinatos de uno y otro.

En torno al asesinato de Ángel Mario, Glorimar Rodríguez González, en su libro sobre la Historia del partido nacionalista en Utuado, Editorial y Taller Abacoa, 2013, repite la versión de Fernando Picó en Los gallos peleados, Editorial Huracán, 1983. Ambos intentando reconstruir, las circunstancias en que fue asesinado Ángel Mario y herido Pedro Crespo en Utuado, apoyan sus puntos de vistas, utilizando principalmente las versiones de la policía, una de las partes implicada en los acontecimientos y la prensa de la época. Glorimar omite la extensa versión del nacionalista y artista plástico José Torres Martinó que el día siguiente del asesinato de Ángel Mario, fue a visitar a Utuado por encomienda de Pedro Albizu Campos.12 Rememora Torres Martinó al señalar “el mismo Pedro Crespo nos relató su versión del trágico episodio.”13 La muerte de Ángel Mario se produjo, cuando ese domingo, 23 de febrero de 1936, al llegar a Utuado de Arecibo “después del medio día”, al Crespo “detener el vehículo frente al café Osiris” y “cuando se disponían a apearse del carro, fueron interceptados por una patrulla de policías al mando del capitán Francisco Vélez”. 14

Añade Torres Martinó:

Mientras sacaban de su asiento con violencia a Ángel Mario, Crespo quiso extraer de la cajuela un revólver, pero en vano, le cayeron encima a puros macanazos, al punto de que cayó al suelo sin sentido. Entretanto a Ángel Mario lo trajeron a plomo limpio al otro lado del automóvil a donde yacía Crespo. Abatido por las macanas, cayó sobre su amigo y lo cubrió con su cuerpo. Los guardias sacaron entonces sus revólveres y los descargaron sobre los dos hombres. Afortunadamente para Crespo ni una sola bala le alcanzó, pues su joven amigo le sirvió de escudo protector.15

De acuerdo con el certificado de defunción de Ángel Mario, murió a causa de una “hemorragia cerebral” por “varias heridas de balas a las 3 de la tarde, en la calle Betances de Utuado”, según autenticara el médico J.M. Rodríguez Quiñones.16 Asimismo, indica que era soltero, de ocupación “chauffeur de automóviles” y natural de Utuado.17 Se desprende de lo señalado por Torres Martinó, que Ángel Mario fue asesinado a quemarropa. Suscitando más preguntas que respuestas. Para entender el contexto de ese asesinato, no se debe perder de perspectiva el enfrentamiento entre nacionalistas y liberales un mes antes. Dice Picó:

Según la policía una manifestación del Partido Liberal al finalizar las inscripciones del 27 de enero de 1936, dos nacionalistas, Pedro Méndez y Luis Cruz Pérez, trataron de arrebatarle una bandera puertorriqueña que lleva un liberal, y resultaron heridos dos nacionalistas, el jefe de la policía utuadeña, otro guardia y testigo. La policía intervino; hubo una balacera pasar frente al cafetín Osiris, se produjo un forcejo entre miembros de ambas agrupaciones políticas por la bandera de Puerto Rico.18

La bandera de Puerto Rico ha sido símbolo de la independencia de Puerto Rico desde su creación en el 1895. Para los nacionalistas, los liberales eran colonialistas e indignos de usar la bandera en sus actividades públicas.19 Esos eventos fueron presenciados por Ermelindo Santiago, ex alcalde de Utuado (1953-1968) por 16 años. Al rememorar esos acontecimientos dijo don Ermelindo:

En el 1936 hubo un tiroteo frente a un restaurante en la esquina de la plaza y ahí mataron a uno, y dejaron dos o tres graves. Había una parada del Partido Liberal y cuando ellos pasaron por ahí, se tiraron a quitarle la bandera puertorriqueña, los liberales la llevaban, y ahí se formó el lío y el tiroteo. Yo lo presencié, cuando yo vi eso, fue que me salí rápido del Partido Nacionalista.20

 

Ese restaurante a que hace referencia Ermelindo, fue el mencionado Osiris. Descrito por Francisco Ramos en su columna Crónica de la Montaña para el Puerto Rico Ilustrado, del 19 de mayo de 1928, titulada “Medio Día en Primavera”. Don Francisco Ramos nos ofrece una estampa del café Osiris.21 Captó el panorama social que ofrecía su medio ambiente, observado desde adentro del cafetín Osiris, probablemente tomándose un café. Esto es un segmento de esa columna:

Yo, en tanto me quedo en un café, cuyo nombre es un símbolo mitológico: Es el Osiris, el mejor de nuestros colmados, propio para una ciudad de más auge.

Hay aquí algunos tipos que ofrecen interesantes apuntes psicológicos. En una y otra mesa husmean perezosamente varios jóvenes enjergados. Conversan. Es otra lluvia espantosa la que vierten labios afuera estos chicos. Cursilerías, nimiedades, rechiflas que sólo el chaparrón que se desploma nos hace tolerar. Alguno que otro injerta sus chascarrillos más o menos graciosos a la conversación, y surge, lógicamente, una risa espontánea que tamborilea al compás de la música unir rítmica de la lluvia cuyo diapasón aumenta a cada instante.

Más allá, es un viejo de cabeza blanca y de sendas barbas. Fuma un “habanero” de elaboración criolla y mira hacia fuera abstraído en la lluvia incesante que cae y salpica el acanto de la acera. No es un viejo torpe. Le he conocido anteriormente y sé que a falta de erudición magulla ciertas originalidades que coinciden con algunos viejos catecismos de filosofía. Pero hoy está mudo, fumando opíparamente. Yo lo miro. Intento turbar su reposo: más me contengo ante el magnífico ambiente que me ofrecen unos limpiabotas que hablan desde la acera, frente a nosotros. Esta charla ingenua de los que viven sin aliciente alguno en la vida me interesa. Oyéndolos no sabe uno qué apreciar más, si la factura barata de sus frases reñidas con la más elemental cultura, o si el dolor de pensarnos hasta cierto punto responsables del estado ignominioso en que medran estos adolescentes que no conocen más altar que el mísero cajón con el cual centavean, ni más placer en la vida que hundirse en los abismos de los vicios que afeitan el poco pudor que su condición de humanos les ha hecho retener.22

Según Fernando Picó, el 28 de febrero de 1937, los nacionalistas utuadeños conmemoraron el primer aniversario del asesinato de Ángel Mario con una misa: “entraron en formación a la iglesia y luego salieron hacia el cementerio…” Al parecer, la concurrencia al acto fue nutrida, pues hubo una llamada por teléfono del Cuartel General en San Juan “preguntando qué había ocurrido hoy en Utuado”.23 Conmemorar su muerte y más tarde la de los asesinados en Utuado durante la frustrada Revolución Nacionalista de 1950, se convirtió en una tradición por muchos años.

La siguiente imagen, ofrece una idea de la concurrencia que asistió en 1967, al llamado cementerio viejo, ubicado en el sector El Guano, hoy conocido como Monte Calvario, a depositar una ofrenda floral en mausoleo de los nacionalistas asesinados en Utuado.

 

 

También se observa en la imagen anterior, que en los actos conmemorativos de 1967, estuvieron presentes: Juanita Ojeda, Pedro Matos Matos, Luis Alberto Torres Rodríguez y Johnny Ríos, acompañados con “un grupo de alrededor de 34 personas” y “alrededor de 17 estudiantes de las escuelas de Utuado”.24 Conforme con el recuerdo de Torres Rodríguez, se estuvo depositando una ofrenda floral en la sepultura de Ángel Mario y demás nacionalistas asesinados en Utuado, durante la Revolución Nacionalista de 1950, hasta la década de 1980.

Las fuentes consultadas apuntan, a que una vez la policía en Utuado, se enteró del ajusticiamiento del coronel Riggs a manos de Beauchamp y Rosado, molestos, rabiosos y endemoniados con los nacionalistas, planearon y justificaron la intervención a los dos jóvenes y sin ninguna sensibilidad, asesinaron a quemarropa a Ángel Mario Martínez Ríos e hirieron a Pedro Crespo. Al parecer estaban en sus mirillas, vigilados y satanizados desde mucho antes. Luego el estado buscará justificar el asesinato y la golpiza, promoviendo ante la opinión pública, de la misma manera a como se hizo más tarde, con otros nacionalistas revolucionarios en las subsiguientes décadas con mayor visibilidad en la década de 1950. Se tildaran a los nacionalista de bandoleros y malagradecidos que pretendían obstaculizar el progreso y la democracia puertorriqueña. Al igual a como se hizo con los indígenas y cimarrones/as que lucharon con todos los medios a su alcance por su libertad. De igual manera, se pretenderá justificar la persecución y represión, desvirtuando la lucha antimperialista que caracterizó al nacionalismo revolucionario bajo la dirección de Pedro Albizu Campos. Tratando de impedir la enseñanza de la historia de Puerto Rico, en particular la del siglo XX. De igual manera, invisibilizar los acontecimientos en el currículo escolar a todos sus niveles, incluyendo el universitario, de tal manera que hay egresados de la universidad del estado, que en sus currículos académicos, no se le requirió ni tan siquiera un curso de historia de Puerto Rico y menos de literatura puertorriqueña.

 

A continuación el discurso que pronunciara Pedro Albizu Campos en Utuado, el 23 de febrero de 1950, en conmemoración del décimo cuarto aniversario de la muerte de Ángel Mario Martínez Ríos, conforme fue transcrito por el detective-taquígrafo, Carmelo Gloró.25

 

 

El autor es catedrático retirado de la Universidad de puerto Rico en Río Piedras

1Aquí se pretende hacer una breve biografía de Ángel Mario, respondiendo a la pregunta que me hicieron algunas personas al obsequiarle una de las ediciones previas de este texto. ¿Quién es Ángel Mario Martínez?

2«Puerto Rico, Registro Civil, 1805-2001,» database with images, FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:QVJX-HLF6 : 31 December 2020), Ángel Mario Martínez Ríos, 24 Jun 1914; citing Utuado, Puerto Rico, Estados Unidos de América, Puerto Rico Departamento de Salud and Iglesia Católica (Puerto Rico Department of Health and Catholic churches), Toa Alta.

3Ibid. No se menciona su abuela paterna.

4Ibid.

5Ibid.

6Ver Censo de 1920 en https://www.familysearch.org/

7Ibid.

8«United States Census, 1930,» database with images, FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:V6ZB-5CD : accessed 7 January 2023), Mario Martinez Y Rios in household of Ignacio Martinez Y Matias, Caguana, Utuado, Puerto Rico; citing enumeration district (ED) ED 7, sheet 9A, line 3, family 1, NARA microfilm publication T626 (Washington D.C.: National Archives and Records Administration, 2002), roll 2665; FHL microfilm 2,342,399.

9De acuerdo con el certificado de defunción de Elías Beauchamp Beauchamp, murió a la 1:30 y Ángel Mario a las 3:00 de tarde, una diferencia de dos horas, entre la muerte de uno y otro.
10Conforme con el censo de 1930, Elías Beauchamp Beauchamp de 22 años, de ocupación comisionista de provisiones, soltero, era huésped en la residencia de Dolores Barbosa Guzmán y su esposa Aurora Oquendo en la calle Degetau en Bayamón. Es altamente probable que residiera aquí al momento de su asesinato. Ver sobre el particular «United States Census, 1930,» database with images, FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:V6CC-647 : accessed 3 December 2022), Elías E Beauchamp in household of Dolores Barbosa y Guzmán, Bayamón, Puerto Rico; citing enumeration district (ED) ED 1, sheet 28A, line 38, family 7, NARA microfilm publication T626 (Washington D.C.: National Archives and Records Administration, 2002), roll 2642; FHL microfilm 2,342,376.
11Ver “Militancia Nacionalista” en José Torres Martinó, Voz de varios registros, Editorial Universidad de Puerto Rico y Casa Candina, 2006, 85.
12En ese tiempo, Torres Martinó, “apenas tenía 20 años”, cuando ese domingo en horas de la noche fue con otros amigos a visitar a Albizu en su residencia en el pueblo de Aguas Buenas, recibido por el caudillo a las doce de la noche y este le encomendó “visitar pueblos de la Isla, para poner al corriente a los nacionalistas de esos pueblos de inminencia de una agresión por parte del gobierno”. Ver “La encomienda de Albizu” en Ibid., 89.
13Ibid.
14Ibid.
15Ibid.
16«Puerto Rico, Registro Civil, 1805-2001,» database with images, FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:QVJN-CGW3 : 30 December 2020), Ángel Mario Martínez Ríos, 23 Feb 1936; citing Utuado, Puerto Rico, Estados Unidos de América, Puerto Rico Departamento de Salud and Iglesia Católica (Puerto Rico Department of Health and Catholic churches), Toa Alta.
17Ibid. Obsérvese que el médico indica que la muerte ocurrió en la en la calle Betances. Al parecer Crespo se dirigió al café Osiris por la calle Betances y al intersecar con la Eugenio Sánchez López, se produjo la intervención policiaca. Recuerdo que para la década del 1970, la parada de carros públicos estaba en la calle Antonio R. Barceló, frente a la Farmacia Maestre y demás negocios aledaños. Es decir, se movió esa parada del frente del café Osiris donde estaba al parecer antes de 1936 a la calle Barceló, más tarde se construirá el terminal de carros públicos Carmelo Martell.
18Picó, Fernando, Los gallos peleados, Editorial Huracán, 1983, 137.
19Desde su victoria en el 1904 el Partido Unión de Puerto Rico, dominó la escena política por los próximos veinte años. Para las elecciones de 1932, un sector disidente de ese partido se transformó en el Partido Liberal Puertorriqueño. Muchos de ellos, convergirán más tarde en Partido Popular Democrático, autores en el 1948 de la Ley de la mordaza, que prohibió enseñar la bandera de Puerto Rico, so pena de delito.
20Entrevista a don Ermelindo Santiago, domingo, 25 de junio de 2006. Mi amigo Pedro Negrón Cruz (Pedrín) tuvo la amabilidad de coordinar esa entrevista. Don Ermelindo había perdido su vista, pero eso no fue óbice para atenderme con amabilidad y contestar todas mis preguntas. Sin embargo, lo dicho por él en la cita anterior, alega el ex maestro y abogado Luis Alberto Torres Rodríguez, “hay que tomarlo con singular cautela”. “Fue un desertor del Partido Nacionalista y toda su vida se pasó intentando justificar esa deserción. Incidentes de esa naturaleza hubo en varios pueblos, de acuerdo con información que he recibido a lo largo de mi militancia independentista”. Conversación con Torres Rodríguez, 24 de agosto de 2014.
21“Medio Día en Primavera”, Crónica de la Montaña, Puerto Rico Ilustrado, 19 de mayo de 1928.
22Ibid. Dice Luis Alberto Torres sobre este famoso cafetín: Osiris. Popular café situado en la esquina oeste de la plaza utuadeña, que existió hasta la década de 1950 (si mal no recordamos).
23Picó, Fernando, Los gallos peleados, Editorial Huracán, 1983, 140.
24La imagen es una fotografía de la extensa carpeta de subversivos preparada por la Unidad de Inteligencia de la policía.
25Archivo General de Puerto Rico, Fondo: Departamento de Justicia, Serie: Documentos Nacionalistas, Caja 1, Tarea: 90-29.

 

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