A veinticuatro horas de iniciarse el proceso de abrir los colegios electorales se respiraban aires de cambio. El principal cambio logrado fue la pérdida del miedo por gran parte de nuestra sociedad. Tenemos un Pueblo que está rompiendo con viejos mitos de la dependencia y la necesidad de estar colonizados por un imperio que nos maltrata.
Aun así falta mucho todavía. El resultado electoral nos muestra una base de apoyo al Partido Nuevo Progresista que es resultado del colonialismo que nos arropa, la dependencia en fondos federales y el miedo inculcado a las palabras separatismo, independencia y comunismo. Cuando decimos la dependencia en fondos federales no solo hablamos de programas de asistencia nutricional, subsidios de vivienda u otros fondos destinados a sectores pobres.
Estos fondos federales impactan a grandes sectores asalariados (clase media) que creen que su empleo dependen de la relación colonial con EEUU. ¿Qué piensan los empleados y sus familias que trabajan en LUMA, GENERA, empresas que venden placas solares, baterías, farmacéuticas y otras empresas que como tales crearon un Super Pac para atacar la Alianza y sus candidatos? ¿Qué piensan los miles de pensionados por razón de ser veteranos, los miles que reciben seguro social y que su salud depende de un seguro de salud vinculado al gobierno federal?
A estos sectores apeló la campana de miedo del PNP, del PPD y el Proyecto Dignidad. Se unieron religiosos conservadores y patronos inescrupulosos y motivados ideológicamente. La población migrante, que aumenta cada vez más en el país, refuerza el mensaje de miedo mediante testimonios a pie o por su influencia en los medios de comunicación corporativos.
Estos últimos llevaron el mensaje de miedo de manera vulgar trayendo a la pantalla del televisor al personaje de “La Comay” y dando espacio privilegiado a columnistas, analistas políticos pagados y otros comunicadores que hicieron coro a sueldo en contra de la Alianza.
No podemos olvidar que detrás de todo ese escenario se mueven estratégicamente los intereses económicos internacionales que representa la Junta de Control Fiscal.
No obstante, estas fuerzas están divididas por intereses mezquinos, prejuicios e ínfulas de grandeza de sus líderes. Los intereses de gobernar para proteger a sus seguidores les hacen vulnerables ante la corrupción y el deseo de poder desmedido.
La realidad es que haber logrado la Alianza ser favorecida en los comicios como la segunda fuerza política en el país es más que una sorpresa. Es el resultado de décadas de lucha y sobre todo de no quitarse. De estar ahí, donde el pueblo nos ha requerido estar en las buenas y en las malas. En las expresiones políticas, económicas y culturales de nuestro pueblo hemos sido la resistencia. Por eso es que a la menor provocación se alza la bandera como símbolo de lucha y dignidad.
II
Escribo pasadas las 11:00 de la noche del 5 de noviembre de 2024. Todavía no conocemos los resultados finales de las elecciones realizadas en Puerto Rico y en EEUU. Tomara unos días adicionales poder tener estos datos. Pero hoy podemos hacer ciertas precisiones.
El miedo fue retado pero todavía queda mucho por hacer. Y no solo hablamos de miedo, también existen prejuicios y posiciones discriminatorias por razón de raza, género, edad y otras condiciones. El factor conciencia de clase social requiere mucho trabajo. ¿Por qué el trabajador promedio vota por entidades que no le representan política y socialmente? ¿Cómo se explica que a principios del siglo XX existía una fuerza trabajadora organizada en sindicatos, con un Partido Socialista que aspiraba al poder, periódicos obreros y otros elementos que demostraban una conciencia política mayor a la que tenemos hoy entre las fuerzas del movimiento sindical en el 2024? Estas preguntas nos muestran la urgente necesidad de conocer nuestra historia, de educar sobre temas urgentes tales como ideología, economía política, sindicalismo clasista y debate cultural, entre otros temas.
No obstante, para los optimistas como yo, ganamos. Se nos tildó de comunistas y ocupamos la segunda fuerza electoral en cuanto a la gobernación. Sin caer en ilusiones hay que establecer que estas elecciones son coloniales. Que estuvieron controladas mediante leyes y reglas a favor del partido gobernante y sobre todo dominadas por los millones de dólares en manos del PNP, con el apoyo de los Súper Pac de los patronos e inversionistas. Y aun así, estamos en un segundo lugar en cuanto a la gobernación.
En expresiones anteriores hemos enfatizado que a partir del resultado que fuere se requiere una lucha continua contra la Junta de Control Fiscal y las políticas neoliberales. Hoy, con el PNP copando el ejecutivo y la legislatura se impone esta estrategia de lucha.
El movimiento sindical tiene que atender a su interior la necesidad de educación, formación y desarrollo de conciencia en sus matrículas y liderato. Tiene la necesidad de identificar luchas sindicales, políticas y sociales que dar junto al pueblo.
Todos y todas tenemos que hacer reflexión sobre las tareas realizadas y los resultados obtenidos. Insisto que el resultado en la carrera de la gobernación es una victoria para el PIP y el Movimiento Victoria Ciudadana. Los demás se sintieron amenazados y se movieron en contra de la candidatura de Juan Dalmau y Ana Irma Rivera Lacen.
Hay una juventud que en el mejor espíritu del verano de 2019 salió a ganar. Tiene un código de comunicación distinto a las generaciones de mayor edad. Por ello tiene que buscarse armonía para poder comunicar el mensaje sin miedo y con la contundencia de la juventud. Al final, cada cual ha tenido su experiencia de juventud y ansias de cambio. Estas expectativas y deseos de triunfo hay que cultivarlas y reconocer.
III
Mientras apenas se cuentan los votos para dar resultados oficiales, los análisis preliminares abundan. Es necesario este ejercicio para poder entender lo que pasó y que no prevalezca el desánimo o la frustración ante los objetivos no alcanzados.
Según se despejen los datos los análisis serán más concretos y también aparecerán teorías nuevas hacia el futuro. Recientemente CLARIDAD publico el escrito del profesor Félix Córdova Iturregui sobre los resultados electorales y los retos para el PIP y el MVC. Al final del artículo Córdova lanza la encrucijada, «Los cerca de 400,000 votos de Dalmau son prueba de la fuerza y la audacia del cambio que necesita Puerto Rico. Organizar esa fuerza, hacerla perdurable, es el reto de las dos organizaciones.»
En general estoy de acuerdo con el artículo y sus precisiones. Me preocupa que en el reto se visualice una fuerza organizada para hacerla «perdurable». ¿No es ese el objetivo de los demás partidos «electorales»? La fuerza que debemos «construir» no puede tener el fin de perdurar entre ciclos electorales. Eso es lo tradicional.
Tenemos que romper la «ley de hierro» que Robert Mitchels (1876-1936) planteó sobre los partidos políticos. Este planteaba que según el partido crece se burocratiza y el poder se jerarquiza creando un alejamiento y desigualdad entre líderes y afiliados-seguidores-pueblo. De esta manera el partido deja de ser un medio para alcanzar un fin y se convierte en su propio fin.
Hay que construir el poder en la comunidad, en la gente, en la calle. Que los líderes nuestros respondan a este poder popular y lo propicien sin temor. Existe más de una generación de por medio entre el 2024 y 2028 que no entienden el lenguaje y códigos de uno u otra generación. Por ello el poder se tiene que ir construyendo desde abajo para fortalecer la ideología de clase, la toma de conciencia que rompa el miedo que los partidos tradicionales utilizaron y les pagó bien.
El objetivo debe ser construir poder, no el ganar las elecciones para el puesto de la gobernación.
IV*
Sin lugar a dudas el presente proceso electoral, con todas sus contradicciones, tiene siempre el componente de la expectativa sobre quién ganará los comicios y más importante aún, qué cambios surgirán en el país a partir del mes de enero cuando tome posesión la nueva administración. Desde la perspectiva sindical es lógico esperar muy poco ante el triunfo del PNP, copando el ejecutivo y la legislatura y reforzando su control en la judicatura en los años por venir.
Ello lleva al movimiento sindical a estructurar un Plan de Trabajo de conjunto que brinde dirección al proceso y sea capaz de defender en cada Taller y en la calle la agenda que se ha propuesto. En este sentido hay un inmenso trabajo que realizar en todos y cada uno de los talleres organizados. Comenzando por la presentación y la discusión con las matrículas de cada gremio las propuestas presentadas a los diferentes partidos de forma tal que se logre el mayor consenso en la lucha por los mismos.
En segundo lugar, esta lucha tendrá que darse en el contexto de la realidad que está experimentando cada sindicato individualmente. No habrá manera de motivar a un trabajador que no vea en la lucha que se lleva a cabo una solución a los problemas que confronta en su centro de trabajo.
Tercero, esta lucha que en lo particular responde a las reivindicaciones de cada sindicato, tiene que ser articulada por una estructura, ya sea sectorial o regional, que agrupe o junte a los distintos sindicatos para establecer una estrategia común y efectiva.
La superación de las actitudes de protagonismo, el aislamiento, la no discusión franca y abierta de las diferencias de enfoque, la no coordinación de tareas y la no planificación sistemática y articulada en todas las actividades, deberán ser atendidas y superadas para poder avanzar en las transformaciones propuestas. Cambiar desde adentro del sindicalismo es fundamental si pretendemos transformar nuestra realidad de clase trabajadora.
Como cuarto punto es necesario que los medios de formación, educación y concientización de las matrículas y el liderado se asuman con el mayor sentido de responsabilidad. De igual manera habrá de trabajarse la producción de propaganda y los medios informativos dirigidos a las matriculas y al país. Con igual sentido se asumirán las tareas de cabildeo legislativo y el desarrollo de las actividades concertadas dirigidas al logro de las metas.
El logro de la unidad en la discusión, planificación y ejecución será la garantía mínima para el éxito en cada una de las diferentes instancias de lucha que abarcará este proceso. Porque se trata realmente de organizar nuestra lucha para alcanzar los objetivos de la Clase Trabajadora, independientemente de quien dirija la administración de la Colonia por los próximos cuatro años. Menos que esto es inadmisible.
*Los apuntes del apartado IV son parte de una conversación entre el compañero Erasto Zayas Núñez y el quien suscribe.