En Rojo
En Donostia y Salamanca tuve la oportunidad de ser parte de una muy entusiasta audiencia que se congregó para ver dos filmes españoles, coproducciones europeas, en salas de cine con todas las comodidades y calidad que se espera de un lugar que reúne a espectadores amantes de este medio. Ambos filmes son dirigidos y escritos por mujeres y ambos se estrenaron en el Festival de Cine de Málaga. Incluyo además otro del 2025 que vi en Puerto Rico en Fine Arts, también dirigido por una mujer, que no tuve tiempo de comentar antes que desapareciera.
Una quinta portuguesa (directora y guionista Avelina Prat; cinematógrafo Santiago Racaj; elenco Manolo Solo, Maria de Medeiros, Branka Katic, Rita Cabaço, Kasia Kapcia)
Una mujer empaca sus cosas y antes de abandonar su vivienda, titubea si debe o no dejar una nota explicativa. La seguimos en lo que aparenta ser un nuevo camino. La 2nda escena es de un profesor de geografía—que obviamente ama su área de estudio—que explica a un grupo de estudiantes que no comparte ese entusiasmo la importancia de moverse y analizar espacios diagramados o imaginados. Fernando, el profesor, tendrá que dibujar nuevas geografías cuando su análisis del presente no haga sentido. Milena, su esposa, desaparece y él decide seguir otra ruta fuera del encerramiento del salón de clase. Llega a Portugal y ahí, por accidente, encuentra la oportunidad de convertirse en jardinero, en alguien que traza su propia geografía. Amalia, la dueña de la quinta, lo irá incorporando a su propia preservación del lugar, lo que le ofrece la oportunidad de no mirar atrás y formar una nueva vida. Pero, ¿qué pasa cuando ese pasado no se borra enteramente y los hilos sueltos dibujan otra historia? Habrá regreso al contorno de su vida pasada, pero con revelaciones muy íntimas que, aunque no le ofrecen a Fernando las contestaciones que busca, sí logran cerrar el círculo del pasado sin resentimientos. Muy hermosa.
La buena letra (directora y guionista Celia Rico Clavellino; cinematógrafa Sara Gallego Grau; elenco Loreto Mauleón, Enric Auquer, Roger Casamajor, Ana Rujas, Sofía Puerta, Teresa Lozano)
Con la memoria de cada generación + lejos de esa guerra civil (1936-1939) que casi destruye no solo los avances sociales de la sociedad española durante los años de la 2nda República (1931-1936), sino las raíces familiares y comunitarias de cada región y pueblo, son pocxs lxs que se atreven a llevar a la pantalla “otra” historia de la época. Nada + tenemos que leer y oír los debates en el Parlamento Español entre un PSOE temeroso de moverse a la justicia y equidad para todxs, el PP reclamando ser la salvación de “todos los sufridos” a pesar de sus años de corrupción y debacle económico y el nuevo miembro de la derecha, VOX, que le encantaría volver a una España abiertamente fascista. Y como ha sucedido en Argentina, estos ‘nuevos’ líderes han llegado a gobernar con los votos de una mayoría electoral. Pero muchxs otrxs creen que es precisamente el rescate de la memoria lo que construye un futuro que incorpora lo mejor de los seres humanos. Celia Rico Clavellino escribe y dirige una pequeña historia que involucra a hombres y mujeres tocados por el resultado de esa guerra civil. Nadie ha sido fusilado o encarcelado, pero nadie habla de los cambios ocurridos, todxs obedecen las indicaciones de la guardia civil, subsisten con lo mínimo para alimentar la familia de Ana: esposo, hija y suegra, la seriedad y el silencio parece regir sus vidas. La llegada de su cuñado Antonio altera sus vidas, pero la autocensura les permite subsistir a pesar de saber que sus vidas han sido aplastadas. Como las palabras pueden herir o desafiar a las autoridades, el silencio y el llanto escondido permean en una familia que teme perder lo poco que tiene. Excelentemente ambientada con un mínimo de palabras.
El secreto del orfebre (directora y guionista Olga Osorio; autora Elia Barceló; cinematógrafo Marc Miró; elenco Mario Casas, Michelle Jenner, Zoe Bonafonte, Enzo Oliver, Quique Niza, Rosó Ribas, Manuel Barceló)
Utilizando la mirada, la intensidad y el movimiento de Mario Casas como el reconocido orfebre, Juan Pablo, la historia comienza en 1999 cuando ha decidido asistir a una exhibición de sus obras en la ciudad de Nueva York con la casi certeza de mudarse a esa ciudad tan lejana, pero que promete su mayor desarrollo. Le confiesa a Eloy, su maestro y mentor, que hará una parada en el pueblo de VilaSanta, donde tiene sus mejores y peores recuerdos de su adolescencia. Regresar será no solo revivir su adolescencia cuando conoció a Celia, una modista de espíritu muy independiente que le doblaba su edad y de quien se enamoró como adolescente deslumbrado. Ese pasado quedó grabado en su mente y nunca ha podido establecer una relación amorosa. Hurgar en ese pasado, en la soledad y el vacío que ha caracterizado su vida todos estos años, es traer + tristeza, pero Juan Pablo también espera ‘curarse’ y comenzar otro camino en su vida fuera de España.
¿Cómo contar una historia que tiene pasados que se vuelven presentes y otros que combinan 2 pasados (1953 y 1976) con un presente que parece + un final que una continuación de las vidas de Juan Pablo y Celia? Pues, según Olga Osorio, directora y guionista que adapta el ‘bestseller’ de Elia Barceló, ese fue el gran desafío al adaptarlo al cine. Mientras el libro puede ofrecer explicaciones y adelantar y poner en reverso una historia y tener múltiples páginas para hacerlo, en cine solo tienes una oportunidad de agarrar al/a espectador/a, no confundirlx y mover la trama adelante. Bajar de un tren que Juan Pablo toma en el presente (1999), para llegar a VilaSanta en uno de los pasados—con moneda, vestuario de época y sin identificación válida—es confuso hasta que decide revivir el momento tanto como ese adolescente enamorado de 1953 como la Celia/Penélope de 1976 que sigue (¿o no?) esperándole.