Cuba y Estados Unidos de regreso a la Guerra Fría

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Corresponsal de CLARIDAD

 

La Habana, Cuba-Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en apenas unas semanas y la nominación de Marco Rubio como Secretario de Estado en su nueva administración, Cuba podría estar a las puertas de un –aún más marcado– regreso a la era de la Guerra Fría.

Mientras en Estados Unidos los partidarios de las políticas del electo presidente Republicano celebran sus intenciones de asfixiar al pueblo cubano, en la isla la población espera con nerviosismo el impacto que traerán consigo los próximos cuatro años; para quienes alguna vez se beneficiaron de un acercamiento entre los dos países, hoy quedan pocas esperanzas.

“Si Trump sigue con la misma política, va a seguir sin entrar turismo a la isla y sí me afecta el negocio. Yo tengo que ver qué me depara el futuro”, expresa Adrian un joven comerciante, cuya tienda de “souvenirs” en el casco antiguo de La Habana se ha visto afectada por el bajo flujo de turistas que han llegado en los últimos años.

 “Eso [el bloqueo] realmente perjudica al pueblo cubano, que es el que realmente está sufriendo”, dice en la misma línea Alberto Sotolongo, dueño de una carreta de caballos que brinda servicios en la capital.

El pasado 17 de diciembre de 2024 se cumplieron diez años del acuerdo histórico alcanzado por los entonces presidentes Barack Obama y Raúl Castro para restablecer las relaciones diplomáticas entre ambos gobiernos, tras décadas de un enconado conflicto que –en términos muy generales– sólo había servido para, por un lado, sumir a Cuba en la pobreza y el subdesarrollo y, por el otro, aislar a Estados Unidos en el plano de la comunidad internacional.

Aquella fecha, hoy ya tan distante en tiempo y espacio, fue vista entonces como un momento histórico que muchos recuerdan como esperanzador.

Peter Kornbluh, reconocido escritor y analista estadounidense, quien estuvo en La Habana con motivo del décimo aniversario, rememora aquellos momentos: “Hace diez años, el avance en las relaciones, el anuncio de la distensión y la coexistencia pacífica entre Estados Unidos y Cuba fue un día de esperanza, fue un día de promesas”.

Pero esos días parecen ya muy lejanos y hoy las relaciones bilaterales vuelven a estar en un punto bajo, con pocas o ninguna expectativa de cambio. Expertos cubanos creen que el próximo presidente estadounidense intensificará los ataques contra Cuba e incluso revertirá el poco progreso que se logró durante la administración del saliente Joe Biden.

“Habrá un recrudecimiento de la tensión bilateral, se cerrarán espacios de diálogo y [habrá] un énfasis en generar a Cuba y a su gobierno como un enemigo de los Estados Unidos y como un ejemplo malo a seguir en América Latina”, sostiene en entrevista con este periódico Raúl Rodríguez, director del Centro de Estudios Hemisféricos y de Estados Unidos de Cuba.

Sin embargo, detrás de la insistencia de Trump en provocar el caos en Cuba no parece haber una comprensión lógica. El líder republicano dice que la prioridad de su gobierno será frenar la migración ilegal, pero al seguir estrangulando económicamente a la isla, sus políticas estarían provocando exactamente lo contrario.

“En la medida en que la administración Trump quiere acabar con la migración ilegal a Estados Unidos, realmente debería mirar al éxito que tuvo la reconciliación y la coexistencia pacífica de Obama con Cuba, que creó una dinámica que llevó a Cuba lentamente hacia el cambio, condujo al crecimiento del sector privado y estabilizó toda la cuestión de la migración”, explica Kornbluh, coautor del libro Back Channel to Cuba: The Hidden History of Negotiations between Washington and Havana.

Desde la primera administración de Donald Trump, el pueblo cubano ha visto la intensificación de las sanciones unilaterales, en un intento de Washington por desestabilizar al país a la espera de que las circunstancias creadas condujeran a la caída de la Revolución.

Pero en la medida en que estos esfuerzos han llevado al país caribeño a su crisis económica más grave desde la década de 1990, los expertos sostienen que desestabilizar a Cuba no debería ser necesariamente del interés del gobierno estadounidense.

“Una ola masiva de personas tratando de salir de la isla, violencia en Cuba, inestabilidad en el Caribe, conmoción en toda América Latina. Todo esto va a ser un dolor de cabeza para Estados Unidos. Por lo tanto, no está en el interés nacional e internacional de Estados Unidos desestabilizar a Cuba”, insiste el analista senior.

En ese sentido, la estrategia de Trump hacia Cuba parece estar más estrechamente vinculada a una cuestión de odio visceral proveniente del sector cubano más recalcitrante de la Florida. El nombramiento del cubanoamericano Marco Rubio –uno de los más vocales congresistas en contra de la Revolución– como Secretario de Estado pudiera ser un guiño en esa dirección.

Pero a pesar de las sombrías perspectivas, en Cuba persiste la esperanza de un posible cambio, aunque sea en el largo plazo. Tanto la población como el gobierno cubano siguen abiertos al diálogo y a la cooperación con Estados Unidos, conscientes de que la única vía para superar las tensiones es la comunicación.

El pasado 20 de diciembre, el presidente Miguel Díaz-Canel, junto al líder de la Revolución Raúl Castro, lideró una masiva movilización en la que alrededor de 5,000 cubanos marcharon frente a la Embajada de Estados Unidos en La Habana para repudiar la política de sanciones económicas y bloqueo que mantiene Washington contra Cuba por más de 60 años.

En su alocución, el mandatario dijo que su país siempre tendrá “la mano extendida” para el pueblo estadounidense, pero aclaró que cualquier relación debe ser “respetuosa y en igualdad de condiciones”.

Entre la población, el sentimiento generalizado es el mismo: “Queremos que esto cambie, que esto mejore y que haya una conversación entre el gobierno cubano y el gobierno de Estados Unidos”, dice Sotolongo antes de echar a andar su carreta en busca de turistas.

 

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