Esperanza ante el 2025: la Política Industrial Moderna

 

Especial para CLARIDAD

En el artículo Economía: Incertidumbre y esperanza ante el 2025 señalamos el panorama económico para el 2025 y reconocemos que ante la incertidumbre también tenemos esperanza con la propuesta de la creación de una Política Industrial Moderna. Pero ¿qué es una Política Industrial? Es un conjunto de políticas públicas o esfuerzo estratégico del Estado para fomentar el desarrollo y el crecimiento. Tiene como objetivo impulsar el crecimiento y el desarrollo de un sector de la economía que fortalecería los demás sectores económicos. Su objetivo social es transformar la estructura productiva de un país para alcanzar objetivos sociales y económicos. Mariana Mazzucato (2018) abogan por un «Estado emprendedor», que busca sin descanso nuevas oportunidades de crecimiento y hacia eso debe dirigirse Puerto Rico. La Política Industrial es una respuesta ante la crisis, ha sido el éxito de muchas economías de Asia Oriental, y países que, a pesar de su promoción del libre mercado en el exterior, usan la Política Industrial para impulsar su economía.

La Política Industrial Moderna para Puerto Rico debe partir de que los fondos federales, particularmente, los de reconstrucción no durarán para siempre, pero pueden ayudar a impulsar la transformación. Además de que existe una oportunidad de dirigir parte del Impuesto Mínimo Global de 15% para impulsarla por medio de las políticas de investigación, desarrollo e innovación.

La política de transformación incluye la Política Industrial, que es el conjunto de medidas estratégicas que el gobierno, en economía mixtas, debe adoptar para impulsar el crecimiento de un sector específico de la economía y mover los demás sectores económicos. Su objetivo es mejorar la competitividad, promover el empleo y acelerar el cambio o transformación estructural. Debe:

Reducir la brecha tecnológica con la asignación a investigación, desarrollo e innovación (I+D+i),

Orientar la innovación y la difusión de tecnología,

Desacoplar el crecimiento de las emisiones contaminantes y el uso de recursos naturales, lo ambiental es importante,

Construir capacidades endógenas, fortaleciendo empresas propias,

Hacer la transición energética con una matriz energética diversificada,

Además de crear fondos de inversión social que asegure la estabilidad social hoy y en el futuro, donde desde los fondos federales hasta el dinero del Impuesto Mínimo Global se definan sus objetivos sociales y económicos y sus usos.

En la propuesta cada política recomendada se va atando, atravesando y retroalimentando y creando ecosistemas que se fortalecen.

El Centro para la Nueva Economía recomienda cuatro estrategias de Política Industrial: (1) la atracción de inversión extranjera directa; (2) la internacionalización de las pequeñas y medianas empresas nacionales; (3) fomentar las exportaciones; y (4) la política de innovación, donde es necesario que el Gobierno trabaje en coordinación y constante diálogo con empresarios, sindicalistas y representantes de organizaciones sin fines de lucro. El diálogo es parte de ampliar esos procesos democráticos y transparentes.

El doctor Ricardo Fuentes recomienda un marco alternativo de Política de Industrial que integre principios de la economía social y solidaria (ESS) con una estrategia centrada en la producción local en sectores estratégicos: Energía Renovable; Sistemas de Agua Potable y Saneamiento; Materiales de Construcción Resistentes a Huracanes; y Productos Médicos y Sanitarios. La propuesta tiene el objetivo de reducir la dependencia de Puerto Rico de ciertas importaciones, en ciertos sectores, para de esa manera fortalecer la capacidad de la isla para enfrentar futuros desastres y crisis, con énfasis en el cooperativismo. Recomienda que debe basarse en un marco que promueva la participación democrática y el bienestar comunitario. Además, ofrece una serie de ventajas claras como la reducción de la vulnerabilidad; la generación de empleo y Desarrollo Comunitario; y la sostenibilidad y adaptación al Cambio Climático.

Ambas propuestas se pueden integrar y reconocen la importancia de crear esa Política de Industrial del siglo XXI. Pero también va atadas a las otras políticas que la atraviesan.

Alejarnos de las dependencias, donde las propuestas reconocen que los fondos federales, particularmente, los de reconstrucción no durarán para siempre y que debemos planificar un futuro que se sostenga. Reconocer que para preservar y aumentar la competitividad de Puerto Rico tiene que superar la política de buscar fondos federales para estimular la economía, y que debemos transitar a acelerar la innovación y descubrir nuevos motores de crecimiento (Política Industrial), aprovechar las inversiones para reducir los precios de la energía en paralelo a la descarbonización de la economía (cambiar matriz energética), y adaptarse a un contexto geopolítico inestable y las políticas inestables de EEUU en materia de fondos, donde las dependencias se transforman en vulnerabilidades. La recomendación de medidas de políticas económicas para sacar a la economía de su letargo y adaptarla a la nueva realidad tecnológica, energética y geopolítica comienzan a surgir en la medida que identificamos áreas potenciales, como las hay en la Economía Circular. Y el ver a Puerto Rico como parte importante en su relación con el Caribe compartiendo conocimientos y experiencias. También es urgente entender que hay que diversificar la economía.

Inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) donde las políticas públicas deben buscar medidas para promover la excelencia académica, la inversión en infraestructuras de investigación y tecnología, un mayor gasto en I+D. En esto la inversión en educación universitaria (donde la UPR tiene mucha investigación y conocimiento en estos temas), tecnológica y de adiestramientos es importante, además de asignar una partida del producto interno o del Impuesto Mínimo Global a las políticas de I+D+i. Hay sectores donde actualmente se trabaja y otros donde se puede trabajar como energía, materiales críticos, digitalización y tecnologías avanzadas, industrias intensivas en energía, tecnologías limpias, sector del espacio, sector farmacéutico y transporte.

La competitividad sostenible debe garantizar que las empresas sean productivas y respetuosas con el medio ambiente. La seguridad económica garantiza que nuestra economía pueda afrontar los desafíos y proteger los puestos de trabajo. Esto se debe entender antes de adoptar medidas neoliberales que lo único que pretende quitar permisos, desregular, desproteger y debilitar las políticas ambientales que proveen el marco para mejorar la competitividad a nivel internacional. Si queremos competir debemos hacer las cosas bien para ir en la delantera de las mejoras que beneficien al país.

Lo cierto es que la baja inversión en sectores estratégicos comenzará a pasarnos factura al igual que el retraso o rezago en política pública. Este rezago aumenta la probabilidad de escenarios críticos, como apagones o desbalances energéticos, con impactos significativos en la economía. La inversión que fomente el cambio, como semilla del crecimiento, debe convertirse en la prioridad para garantizar el desarrollo en las próximas décadas.

Si bien es cierto que el envejecimiento poblacional, influenciado por factores como la disminución de las tasas de fecundidad, plantea retos significativos en términos de expectativa de vida y distribución demográfica, sigue siendo un espacio de innovación. Pero los desafíos vinculados al desplazamiento forzado (migración) debido a una política económica que no incluye y expulsa población o el diseño de políticas improvisadas y si ser estudiadas -como la de retener médicos con exenciones- son parte de los fracasos en políticas públicas que debemos evaluar. El envejecimiento de la población, hay que afrontarlo con políticas públicas que lo vean como una oportunidad para innovar y donde se respeten los derechos humanos y las pensiones. Además, el diseñar políticas públicas integrales que fomenten tener hijos y que provean a las familias los beneficios y ayudas que necesitan, desde asistencia sanitaria y social, días de enfermedad, alimentos, viviendas, centros de cuidados, etc. El diseño de políticas sociales ajustadas a estas realidades de envejecimiento y necesidad de nacimientos hay que estudiarlas, diseñarlas, evaluarlas y buscar los recursos para que sean un éxito.

Las perspectivas para una nueva agenda de crecimiento y de desarrollo, la importancia de equilibrar el crecimiento y desarrollo con otras prioridades políticas y alejarnos de la dependencia y la corrupción, hacer los cambios necesarios para la transformación de la economía es parte de la agenda de futuro. Pero debe ser un Proyecto de discusión pública y de participación de todos para que sea aceptado. De lo contrario sería más de lo mismo que nos lleva a desilusión y al fracaso económico. Los responsables políticos deben dar prioridad al crecimiento y desarrollo económico, avaladas con investigaciones y evaluaciones de cada proyecto y con la participación pública. Tener una agenda de país de consenso es importante para definir los objetivos y metas de lo que queremos y poder transformar la colonia.

 

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