El porqué del apagón de LUMA

Foto por Alina Luciano

 

CLARIDAD

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La falta de personal preparado y con experiencia y la falta de previsión de parte de la  privatizadora LUMA Energy son responsables de que el país se quedara a oscuras por completo durante casi dos días.

El incidente ocurrido en la central Costa Sur el pasado miércoles (6 de abril), pasadas las 8:30 de la noche, dejó al país sin el servicio de energía eléctrica por más de 20 horas. El doctor en ingeniería eléctrica, Agustín Irizarry Rivera, explicó a CLARIDAD que lo ocurrido, aparentemente se debió a un fuego en un disyuntor (palabra en español para breaker) de 230 mil voltios. Esta  es la tercera vez que esto sucede, dijo. En otras centrales ya ha habido fuegos de esta misma naturaleza.

A los disyuntores se les da mantenimiento, son piezas muy robustas. En el uso por la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), han salido muy buenos. A estos se le saca el aceite, el cual sirve de aislación y para remover el calor. Los disyuntores se abren, se limpian y examinan los sellos. Las piezas que se mueven, si se nota desgaste, se remueven. Eso lo hacía la AEE antes de la privatización, que le asignaban presupuesto, indicó.

Irizarry Rivera se remontó a los tiempos en que teníamos la Autoridad de Fuentes Fluviales. En esa época nunca ocurrió nada igual porque se le asignaba presupuesto para mantenimiento. Hasta los años 80, esa operación la hacía la AFF “y lo hacía completo bien. Lo reparaba en el taller de Palo Seco. Todo eso se perdió porque se empezó con el discurso de que no podíamos tener una compañía pública buena y que las cosas nos cuestan y que el mercado lo hace todo gratis y mejor. Y como lo público no sirve, ahora tenemos a LUMA, que no tiene personal entrenado para hacer nada de eso”, manifestó.

El exrepresentante de los consumidores en la Junta de Gobierno de la AEE puso en duda que LUMA le haya dado mantenimiento a esos disyuntores desde sumió las operaciones de transmisión y distribución y, con ello, la operación, en particular de Costa Sur,: “En nueve meses y un año de transición lo único que hicieron fue cobrar”, denunció. Agregó dudar que aun con el  presupuesto que tiene LUMA le haya dado mantenimiento a uno solo de los disyuntores.

“Esto va a seguir pasando mientras a esos disyuntores no se les dé mantenimiento o se reemplacen”. No obstante, hizo la aclaración de que aunque LUMA reclama que esa tecnología ya está obsoleta, esta  se usa en todas partes del mundo, y que aunque  es cierto que hay otras tecnologías más modernas que se podrían usar, mientras se continúen usando las plantas de combustibles fósiles para producir energía, estos se van a necesitar, por lo que hay que darles mantenimiento o reemplazarlos, y eso es lo que precisamente LUMA no ha hecho.

Irizarry Rivera trajo a la atención que  LUMA tiene un contrato aparte de entre $40 a $ 60 millones para atender, “eso que se quemó”, es decir, la operación de los patios de interruptores, los puntos donde se conectan las plantas con la red eléctrica. Esa adición se hizo debido a que en el contrato básico eso no se tomó en consideración.  Al contrato le llaman Servicios adicionales. “Y  LUMA está cobrando ese dinero”.

Se supone que el  personal de LUMA inspeccione y le dé mantenimiento a esas  instalaciones. Recalcó que la responsabilidad es completa y absolutamente de LUMA porque esas instalaciones están en bajo su control desde que entró a la red. “Lo  que pasa que esa es la boca de la planta, ahí es donde se coloca la planta para poder generar. Por eso es que el personal de la AEE está allí y fueron los que salieron instintivamente ayudar”, tal  como se dio a conocer por los medios, que fue personal de la AEE quien  primero atendió la emergencia del fuego.

En cuanto a las  razones  para que todas las plantas salieran del sistema, explicó que cuando  hay fuego los sistemas eléctricos se desconectan, como en este caso. Por eso se desconectaron Costa Sur y Ecoeléctrica. Cuando se salen esas dos plantas del sistema, las otras plantas tienen que cargar con el resto de la energía del sistema, y no pueden. Ahí se desaceleran las máquinas y se empieza a caer la secuencia. El sistema desconecta las máquinas para protegerse. Eso ocurre en cuestión de menos de un segundo, por eso es que se apagan todas rápido. “Eso es cierto, no es un defecto, así es como se supone que opere el sistema para proteger las demás plantas”, aclaró.

“El resultado es que nos quedamos todos sin electricidad y el problema es que hay que restaurar el sistema e ir añadiendo poco a poco, sincronizadamente, y eso toma tiempo. Y hay que tener personal entrenado que sepa hacerlo”, añadió.

Es en este punto de tener personal que LUMA no parece estar preparada. Adiestrar un técnico en este manejo del sistema toma años. Para que un técnico de Centro de Control esté apto para atender el protocolo, debe practicarlo. Eso se simula en la central de Monacillos, donde hay unos operadores que se supone que tengan de cinco a seis años o más manejando el sistema. Estos operadores tienen unas consolas que son para simular. El aprendiz se sienta con el operador, quien lo expone a diversos escenarios para enseñarle cómo se hace. Al operador le puede tomar de uno a dos años aprender a subir el sistema y sincronizarlo en combinación con las plantas.

“Es un trabajo que requiere experiencia, si no la tiene, necesita un supervisor que esté allí”, insistió el profesor. Ante el tiempo que se tardó LUMA en restablecer el sistema y la poca información que ofreció, se duda que tuviese el personal adecuado.

Los trabajos que conllevan reparar el disyuntor que se quemó es otro asunto. Al disyuntor  hay que reconstruirlo completo, sacarle  la costa gruesa que deja el  humo y limpiar los aisladores. Es mucho el trabajo mecánico que hay que hacer antes de la reconstrucción del breaker. En tiempos de la AEE, se movilizaban cuatro  brigadas trabajando 24 horas y en 3 días  tenían el sistema otra vez montado. “Pero no sé cuánto tiempo le tome a LUMA.  Para ello habría que saber cuántas brigadas tiene y cuánto cuestan”.

El especialista en ingeniera eléctrica  hizo hincapié en que  hay que inspeccionar y darle mantenimiento a todas las subestaciones principales y mantener el desganche. Subrayó que LUMA no está preparada para enfrentar un huracán porque no hay el personal entrenado ni suficiente para mantener el sistema.   “Los ciudadanos lo saben, por eso se están moviendo a comprar paneles solares y baterías. Esto es un ejemplo de cómo una mala decisión  gubernamental y un esquema absurdo de copiar algo que no es copiable coge algo que funcionaba bien y lo destruye, dijo refiriéndose a la privatización. “Necesitamos una corporación pública responsable”.

Para Irizarry Rivera, quien favorece la energía solar, siempre hace falta un proyecto colectivo, y la red eléctrica es una propiedad nuestra, una inversión que, ajustándola a la nueva energía distribuida, puede ser útil y efectiva.

 

 

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