CLARIDAD
¿Estamos preparados para la temporada de huracanes que acaba de comenzar? O mejor dicho ¿está Luma Energy (LE), encargada de la transmisión y distribución (T&D) de la energía eléctrica, para enfrentar un ciclo normal de la naturaleza, que comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre de cada año?
Para el ex presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), Ricardo Santos, a la pregunta de si se está preparado o no, la realidad objetiva es que cuando se vive en el trópico, ubicados en el mismo medio de la autopista de los huracanes, es una realidad que se tiene que aprender a vivir con ella.
Ahora en el caso de LE resaltó que si se quiere verificar cuán preparado puede estar Luma para atender emergencias “lo que tenemos que ver es cómo Luma responde a los distintos eventos que se dan en el país durante épocas no de huracán”. El veterano celador de línea de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) enumeró que estar preparados es tener el personal suficiente, adiestrado, dispuesto a salir a restablecer el sistema cuando ocurre una avería, es tener los equipos y materiales listos para desarrollar el trabajo y es tener una buena administración que pueda responder con inteligencia y de forma sistemática en cualquier eventualidad que ocurra en el sistema eléctrico.
“Lo que hemos visto es que Luma no está preparado para responder a situaciones normales, a los eventos normales que afectan al sistema eléctrico porque sencillamente la respuesta es tardía, ineficiente y, cuando vemos los elementos que establecimos como base, se podrá tener los materiales, en los almacenes ciertamente pero no se tiene la cantidad de personas cualificadas”.
En tono enfático Santos, atribuyó que LE no tiene el personal cualificado, ni la cantidad de personas necesarias en Puerto Rico, porque Luma vino a Puerto Rico respondiendo al negocio que representa para ellos responder a situaciones de alta emergencia como son los huracanes contando con sus empleados en los EE UU para traerlos a la isla, lo que es una gran bonanza para dicha empresa. Recordó que la Luma es parte de Quanta, la cual es una compañía de celadores que trabajan de crisis en crisis en distintos estados y ahora incluyeron a Puerto Rico, lo que para ellos es la situación.
De hecho, LE anunció este lunes 9 de junio que había sometido una reconsideración ante el Negociado de Energía (NEPR) para que aprobara una Inversión de Emergencia para este 2025, de $30 millones para una cuenta de emergencia que respalde los trabajos de respuesta para esta temporada de huracanes.
Santos comparó que cuando el sistema estaba en manos de la AEE las emergencias se atendían con su propio personal cualificado preparado, e hizo la anotación de que en situaciones de emergencias, en casos graves, como por ejemplo lo fueron los huracanes Hugo (1989) y Georges (1998), recibieron apoyo solidario de compañías de Estados Unidos con la gran diferencia que era apoyo solidario que no cobraban.
“Ahora lo que recibimos de Estados Unidos es sencillamente mercenarios que vienen aquí a hacer dinero durante un momento de crisis sin ninguna premura. En ese sentido la respuesta directa a si Luma está preparado, en comparación con como se hacía antes en la AEE, la contestación es no y la prueba es que para los eventos normales que se dan, Luma ha demostrado una incapacidad increíble. Creo que ya hay un consenso en el país de que Luma, tal y como lo denunció la UTIER desde el día uno, no está cualificada, ni capacitada para administrar y desarrollar los trabajos de nuestro sistema eléctrico”.
En esa línea de mantenimiento, sobre el sargazo que ha llegado a las costas en donde hay plantas generatrices, el ex presidente de la UTIER censuró que los administradores privados -en referencia a LE y Genera PR, a cargo de la generación- proyecten cada incidente como de una magnitud increíble para capitalizar y cobrar más, pero que históricamente la AEE tenía unas brigadas que iban y sacaban el sargazo, “Tan sencillo como eso. Donde están las plantas de enfriamiento hay unos filtros que se utilizan para que no entre el sargazo ni ningún otro material sólido, esos filtros se limpian son varias barreras; en el caso de Palo Seco hay una barrera de piedra para desviar el mar y lo que pueda traer hay una serie de cedazos con fuerzas se limpian con personal durante el tiempo del sargazo y tiempo natural, eso no es nada nuevo.” Comentó que es posible que ahora la gente lo note más porque hay más medios de comunicación, o es posible que sí haya una cantidad mayor, pero de que hay forma de atender la situación sin que se convierta en crisis, la respuesta es que sí.
Lo mismo sucede con la poda, que dijo es un trabajo de mantenimiento. “En cinco años no podaron, volvemos al mismo punto. En la medida en que se convierta en un negocio lucrativo con mil millones de presupuesto de FEMA (siglas en inglés de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) que tienen para la poda, no lo han podido hacer porque los están rindiendo para que sean unas mismas compañías las que realicen el trabajo. En una isla tropical como la nuestra, la poda tiene que ser sistemática y con brigadas permanentes que conozcan las áreas y la idiosincracia para dar mantenimiento, eso tiene que ser un grupo permanente que dé mantenimiento, no un grupo que venga de momento”.
El ex presidente de la UTIER apuntó que cada día se demuestra más que el gobierno de Puerto Rico no tiene otra alternativa que retornar a la AEE con todos sus empleados y derechos de convenios colectivos, con una nueva visión referente a la administración para poder recuperar nuestro sistema eléctrico. “Mientras más tiempo pase más difícil y más caro le va a costar al pueblo de Puerto Rico. Lo más importante es que la decisión que se tomó para privatizar el sistema eléctrico no fue una de derecho, fue una decisión política, por lo tanto retornar al sistema público es una decisión política que nada tiene que ver con lo que digan los contratos”.
Conjuntamente en la solicitud de Luma de Inversión de Emergencia, además de los $30 millones para la cuenta de emergencia, se solicitan $90 millones para “mejoras urgentes para fortalecer la red eléctrica y reducir el riesgo de interrupciones a gran escala”. De acuerdo a LE las acciones propuestas de inversión de emergencia a atender son: un aumento para los trabajos de manejo de vegetación para despejar sobre “2,500 millas de líneas eléctricas”; la contratación de sobre 150 trabajadores de campo adicionales; la modernización y reconstrucción de 150 equipos de subestaciones; la instalación de sobre 2,000 aparatos automatizados de distribución; la instalación de sobre 800 postes resistentes a tormentas; instalación y fortalecimiento de 9 transformadores esenciales en subestaciones; reemplazo de estructuras en 15 líneas de transmisión; el mantenimiento crítico de sobre 400 componentes principales de subestaciones y el reemplazo de estructuras deterioradas en 15 líneas de transmisión. Según Luma, la aprobación de la Inversión de Emergencia representa un aumento de $11.08 mensuales en la factura residencial.