Esta semana en la historia

 

7 de junio de 1937

Deportan a a liderato nacionalista

Tras la ejecución Elías Francis Riggs en febrero de 1936, el gobierno de EEUUAA arrecia su persecución contra el nacionalismo boricua. A diez días de la ejecución del agente federal, en marzo de 1936, fue arrestado gran parte del liderato nacionalista encabezado por Pedro Albizu Campos. Fueron acusados principalmente de “ilegalmente conspirar parar derrocar, derribar y destruir por medio de la fuerza el Gobierno de Estados Unidos en Puerto Rico”.

Tras un juicio amañado, fuero deportados a Atlanta junto a Albizu: Juan Antonio Corretjer, Secretario General del Partido Nacionalista y director del periódico nacionalista “La Palabra”; Clemente Soto Vélez, director del semanario nacionalista “Armas”, editado en Caguas; Erasmo Velázquez, Secretario de la Junta Municiopal Nacionalista de Caguas; Juan Juarbe Juarbe, Secretario particular de Albizu Campos; Pablo Marrero Rosado; Luis F. Velázquez y Juan Gallardo Santiago. (Pedro Albizu Campos, Obras Escogidas, tomo II; Juan Antonio Corretjer, La lucha por la independencia)

8 de junio de 1972

en la guerra contra Vietnam, el fotógrafo de AP, Nick Ut toma la famosa foto premiada con un Premio Pulitzer de la niña Phan Thị Kim Phúc corriendo desnuda por una carretera, quemada por el napalm.

 

9 de junio de 1772

Patriotas queman barco imperial

En las costas de Rhode Island, en las entonces colonias británicas, un grupo de patriotas yankis ataca y quema el buque aduanero de la corona británica, Gaspee; en uno de los actos que condujeron luego a la guerra por independencia de las 13 colonias.

10 de junio de 1966

Odisea del Cerro Pelado

La décima edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe fueron en Puerto Rico en 1966. Estuvo marcada por los problemas creados por el gobierno de Estados Unidos contra la asistencia de Cuba a la sede, en San Juan, Puerto Rico.

Desde 1965, EUA intentó imponerle al Comité Organizador que no le extendiera a Cuba la invitación a la Isla. Fracasado ese procedimiento, pues el Comité Olímpico Internacional lo penalizaba en su reglamento, surgió la negativa estadounidense de concederles las visas a lxs atletas de Cuba para la justa que tendría lugar entre el 11 y el 25 de junio de 1966. Después de un agitado proceso, finalmente otorgaron el visado, pero no así el permiso para viajar hasta la capital boricua en medios de transporte cubanos, es decir tendrían que ir a un tercer país para desde allí trasladarse a San Juan.

Ante tanta maniobra, el gobierno cubano tomó una decisión soberana. El barco Cerro Pelado partió desde Santiago de Cuba con toda la comitiva y se mantuvo en aguas internacionales frente a las costas de Puerto Rico reclamando el derecho que le asistía a sus atletas de competir. Durante la travesía fueron asediados por aviones yanquis y en respuesta a todas las agresiones la delegación deportiva cubana redacta el 10 de junio un documento denominado «Declaración del Cerro Pelado», con el objetivo de denunciar ante el mundo el absurdo e ilegal comportamiento del Departamento de Estado Norteamericano y al mismo tiempo proclamar la inquebrantable determinación de todos los miembros de la embajada deportiva de llegar a la capital puertorriqueña, aunque fuera nadando, para competir en los Juegos. El escrito ratificó la posición de principios del deporte cubano, al proclamar el derecho de la mayor de las Antillas a participar en la justa, que comenzaría el 11 de junio y devino ideario frente a intereses mezquinos opuestos al deporte limpio y sano para todos los pueblos. El Cerro Pelado fue obligado a anclar a casi cinco millas de las costas puertorriqueñas y en horas tempranas de la mañana del día 11 de junio de 1966, la delegación fue trasbordada en alta mar al remolcador Peacock, en condiciones riesgosas y difíciles. Todos bajaron a tierra en lanchas con banderas puertorriqueñas, no estadounidenses como quería el gobierno yanqui. Finalmente los miembros de la delegación llegaron a tiempo a la ceremonia inaugural y enarbolaron la enseña cubana en el Estadio Hiram Bithorn.

 

 

Fuente principal: página de facebook de Darío Ortiz Seda

 

 

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