En Rojo
En los pocos días que pasé en PR, pude ver un filme en sala de cine, otro en el BAM (Brooklyn Academy of Music) durante mi viaje relámpago a NY y otro por Vimeo. Para poderlos cubrir todos en un solo escrito, dedico un párrafo sólido a cada uno.
The Bikeriders
Director y guionista: Jeff Nichols; autor:Danny Lyon; cinematógrafo: Adam Stone; elenco: Jodie Comer, Austin Butler, Tom Hardy, Michael Shannon, Mike Faist, Boyd Holbrook)
No es que tenga apreciación del mundo del ruido de motocicletas con su ambiente de ultra macho y mujeres seguidoras de sus hombres/jevos. Marlon Brando lo definió en The Wild One (1953) y de ahí en adelante tomaron prestado esos elementos para crear una cultura que nos rodea a pesar de estar en 2024. Este filme consigue darle una historia a la formación de las gangas amenazantes de ‘bikeriders’ a través del medio oeste estadounidense en la década de 1960. Aquí la voz narrativa es de mujer joven, Kathy (Jodie Comer), con tono de inocentona que se deslumbra por este mundo varonil de violencia controlada y desaforada a veces. Es a través de su perspectiva que vemos cómo la cultura motociclista va cambiando hasta convertirse en gangas que defienden un territorio ajeno. Basado en un libro de fotografías de Danny Lyon (Mike Faist) y en la entrevistada principal, Kathy, presentan una idealización de la época y los grupos y la historia de amor de Benny y Kathy. En el trasfondo que se convierte en escenario principal vemos a Zipco (Michael Shannon), Cockroach (Emory Cohen) y, especialmente, Johnny (Tom Hardy) como la cabeza del grupo, con una actuación que tiende a reclamar el centro cada vez que aparece en escena.
Tuesday (2023)
Directora y guionista: Daina Oniunas-Pusic; cinematógrafo: Alexis Zabe; elenco: Julia Louise-Dreyfus, Lola Petticrew, Leah Harvey, Arinzé Kene)
Descubrí a Julia Louise-Dreyfus en la repetición de los programas de “Seinfeld” y, una vez la serie termina (1989-1998), en programas propios como “Veep” (2012-2019) y especialmente el filme Enough Said (2013). Como actora tiene la capacidad de llenar todo el espacio escénico y reír, llorar, temblar y dejar una impresión permanente en lxs espectadorxs. En este caso, el centro de la historia es una chica, Tuesday, que sabe que tiene una enfermedad incurable, que su deterioro es palpable a diario y que su muerte es cuestión de días u horas. Pero, para este viaje, la chica tiene a una madre, Zora, que rehúsa aceptar esta muerte temprana, aunque le provee el cuido y atención necesarios a través de una joven cuidadora, Billie, y un pájaro enorme que aparece en cualquier lugar para recordarle que él la acompañará en este viaje que no tiene que ser desagradable ni doloroso. Es un pájaro que habla con buen sentido, que resiste su destrucción a la madre negar lo predecible y que sirve de barcaza en este trayecto. Entendemos la situación, nos entristece el dolor de la madre al no poder detener la muerte y nos reímos con este pajarraco que es un guía perfecto con sentido de humor que insiste en rescatar lo mejor de cada unx de ellxs. Me parece que la historia sugerida y contada podría haberse narrado en 40 minutos, en vez de alargarlo innecesariamente a casi dos horas.
Ennio (2021)
Director: Giuseppe Tornatore; cinematógrafos: Massimo Quaglia y Annalisa Schillaci
Lo 1ero que nos sorprende al recordar a Ennio Morricone (1928-2020) no es su impresionante música en tantos filmes que recordamos ante todo por esas notas musicales, sino el hecho de que los Oscares estadounidenses lo reconocen por 1era vez en 2016 por su composición en el filme de Quentin Tarantino, The Hateful Eight. Había sido nominado cinco veces antes (Days of Heaven, The Mission, The Untouchables, Bugsy, Malena) y en 2007 honrado por su contribución a la música del cine. Lo magnifico de todo esto es que Ennio nunca se detiene en sus laureles ya que sigue componiendo para todos los directores italianos, europeos y estadounidenses que se lo piden y con quien se siente a gusto musicalizar sus visuales. Es una rápida biografía de cómo logra dedicar su vida a la composición musical del cine a pesar de no ser visto con el prestigio de una carrera profesional de música clásica. Vemos a Ennio como una persona que vive intensamente lo que ama: musicalizar las imágenes. Así nos sumerge en su mundo de instrumentos musicales y voces donde explica cómo logra esos sonidos que a veces crean las imágenes. ¿Quién puede ver a Clint Eastwood en A Fistful of Dollars (1964), For a Few Dollars More (1965) y The Good, the Bad and the Ugly (1966) sin recordar su música? ¿Cómo no escuchar la música y saltar a las imágenes (e historia) en La batalla de Argelia (1966) y Queimada (1969) de Gillo Pontecorvo? ¿Y The Mission (1986) y The Untouchables (1987)? Sus imágenes quedan en nuestro sistema sensorial cada vez que sentimos su vibración musical. Con Pier Paolo Pasolini se lanza a componer para dos de sus filmes literarios: Il Decameron (1971) y Canterbury Tales (1972) y, mucho después con el director de este documental, Tornatore, Cinema Paradiso (1988). Destaco la composición de Ennio para el filme de Giuliano Montaldo, Sacco & Vanzetti (1971), que Joan Baez convirtió en un himno contra la injusticia. Nos unimos a los comentarios y elogios de Bruce Springsteen, John Williams, Quincy Jones y cientos de otros compositores para ser testigxs de cómo nos formó en esa relación tan única de la música y el cine.