Foro Pan-Amazónico y Fiestas de junio

 

Especial para En Rojo

En estos días ocurrió en Rurenabaque, en la Amazonia boliviana, una nueva sesión del Foro Social Panamazónico (FOSPA), que del 12 al 15 de junio reunió a más de mil representantes de pueblos originarios y activistas sociales de la Panamazonia, región que abarca nueve países del continente sudamericano. Siendo la Amazonia una fuente de equilibrio ecológico y social que regula el clima y distribuye agua y vida a todas las regiones de América Latina e incluso del Caribe, las propuestas del XI FOSPA son de interés y deben ser asumidas por todos nosotros, independientemente de la región en la cual vivamos.

El «Mandato del XI Foro Social Panamazónico» fue como se denominó el documento-síntesis de las conclusiones aprobadas en las asambleas de cada Eje Temático. Estos ejes fueron: 1) Pueblos Indígenas y Poblaciones Amazónicas, 2) Madre Tierra, 3) Extractivismo y Alternativas, 4) Resistencia de las Mujeres. Cada eje albergaba varios grupos de trabajo que respondían a temas más específicos, como la autonomía y la justicia indígena, derechos de la Madre-Tierra, la crisis climática, el agua, la transición energética, la expansión de la frontera agrícola, los territorios y la participación de las mujeres.

En todo el continente, estos días marcan el inicio de las fiestas de junio. Son manifestaciones culturales que tienen orígenes precristianos y celebran el cambio de estaciones. En Bolivia, Perú y Ecuador, los pueblos indígenas celebran Inti Rami, el Año Nuevo Andino. En el sur del continente, comunidades guaraníes celebran la cosecha del mate. En diversas regiones de Brasil, el pueblo practica juegos, como pandillas y comidas típicas de cada región. La propia historia de las fiestas de junio revela una democratización de costumbres antes restringidas a la nobleza y de las cuales los pobres se han apropiado. Incluso el hecho de utilizar santos de la Iglesia Católica, como San Antonio, San Juan Bautista y San Pedro para celebrar fiestas que revelan una resistencia cultural es bueno porque vincula esos santos a la realidad de la vida de los pobres de hoy.

Esas fiestas de junio demuestran que, cuando quieren y si el tema es de su mundo emocional, el pueblo, incluso el más empobrecido, tiene una gran capacidad de organización. Incluso de forma espontánea, los ensayos de las fiestas y la eficacia de su preparación demuestran que esa misma energía de unidad y organización podría fortalecer el camino social y político de las bases, en la dirección de la lucha pacífica para transformar este mundo.

FOSPA y las fiestas de junio demuestran que, incluso sin dinero ni poder, las comunidades pobres son capaces de ensayar una nueva sociedad en la cual todos y todas pueden ser protagonistas. Así, con alegría y sin pretensiones, grupos y comunidades populares señalan una nueva realidad, cercana a lo que los Evangelios llaman el reino de Dios. A su manera y con su lenguaje lúdico, traducen una palabra que los Evangelios atribuyen a San Juan Bautista: «¡Cambiad de vida porque se acerca la venida del proyecto de Dios sobre el mundo!» (Mt 3,2).

 

 

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