Huracanes dejan al descubierto décadas de negligencia gubernamental en preparación para el cambio climático en el Caribe (parte final)

Por Freeman Rogers, Omaya Sosa Pascual y Emmanuel Estrada López

Centro Periodismo Investigativo

Lección aprendida

Hay una lección que aprender de la difícil situación de Cane Garden Bay, según el ecólogo de BVI Clive Petrovic.

“Si la gente quiere proteger lo que construyen allí ahora, entonces limpien el agua para que los corales puedan crecer y reconstruyan el arrecife coralino afuera”, advirtió Petrovic, quien agregó que el coral es una fuente primaria para la arena en muchas playas de las BVI. “Miras la naturaleza y ves cómo la naturaleza resuelve un problema. Y la forma en que la naturaleza protege las costas es con los arrecifes”.

A pesar de sus retos, recientemente las BVI se comprometieron a una reforma integral en medio de un impulso global mucho más amplio.

En 2009, las naciones más ricas del mundo se reunieron en Copenhague, Dinamarca y se comprometieron a aportar $100 mil millones en fondos para ayudar a los países en desarrollo a prepararse para el calentamiento global para el 2020. Ese compromiso se reafirmó en el Acuerdo de París en el 2015. Pero los países donantes quieren asegurarse de que esos fondos se usen bien.

“Los donantes realmente están buscando que los países pongan su casa en orden”, dijo George de Berdt Romilly, un abogado ambientalista en Canadá, quien ha realizado numerosas consultas sobre iniciativas de cambio climático en todo el Caribe y el Pacífico Sur. “Esto no es un cheque en blanco: quieren ver las estrategias nacionales y las políticas aprobadas a un nivel muy alto, que realmente articulen la visión o el mapa a seguir adelante”.

Las BVI han intentado mantenerse en la delantera. Un estudio “verde” del 2010 fue seguido en 2011 por una evaluación de impacto turístico. En el 2012, el Gabinete del territorio adoptó una Política Integral de Adaptación al Cambio Climático, que incluyó fechas de cumplimiento en cuatro años para unos 140 objetivos que van desde la legislación ambiental hasta las directrices de desarrollo, la política energética y las reformas agrícolas y pesqueras. Pero para el 2018 el CPI encontró que no se habían cumplido ni un tercio de los objetivos.

Los líderes argumentan que tales medidas toman tiempo y apuntan a una variedad de proyectos de resiliencia implementados por el gobierno y otras partes interesadas, incluyendo un reciente revestimiento costero en Cane Garden Bay, esfuerzos para hacer que las escuelas y centros de salud sean más ecológicos y resistentes y estudios de mapas de inundaciones. Sin embargo, los conservacionistas y los tecnócratas dicen que la historia muestra una tendencia, por parte de los legisladores de BVI, a dejar de lado las difíciles reformas integrales, que son necesarias para cambiar de manera fundamental la forma en que el territorio opera en el día a día.

De hecho, los objetivos incumplidos enumerados en la política de cambio climático incluyen decenas de medidas que se han prometido durante más de una década, tales como un plan de desarrollo nacional que se ha estado trabajando desde la década de 1990; legislación ambiental y regulaciones de planificación que los políticos se han comprometido a aprobar casi todos los años desde mediados de la década de 2000; y actualizaciones sumamente atrasadas a la ordenanza de construcción de hace 18 años, entre otros.

Los principales oficiales electos de las BVI, el premier de las BVI, Dr. Orlando Smith, y su segundo en mando, Dr. Kedrick Pickering, quien es además ministro de Recursos Naturales y del Trabajo, no respondieron peticiones de entrevista para esta historia. El gobernador designado por el Reino Unido a las BVI, Gus Jaspert, dijo que él y el Reino Unido están presionando para que los líderes electos del territorio actúen rápidamente.

“Tiene que ser el gobierno el que haga esos cambios”, dijo Jaspert. “Para ser honesto, me parece decepcionante que un territorio que es tan naturalmente bendecido en términos de su entorno no tenga mucho en el camino de la energía alternativa; … no tiene un buen reciclaje o eficiencia energética, por lo que apoyo 100 por ciento el impulso del gobierno para hacer más al respecto”.

Pero Romilly dijo que el Reino Unido no necesariamente está poniendo su dinero donde tiene la boca.

“Cuando presentaron este anuncio de que la comunidad internacional financiará la programación del cambio climático con este compromiso de $100 mil millones, el gobierno británico estableció un impuesto sobre el carbono en los viajes aéreos”, dijo y agregó que la mitad de ese impuesto inicialmente fue prometido para países de destino, incluidos los del Caribe. “El dinero se ha recaudado durante algunos años, pero [el gobierno británico] no ha cumplido con el compromiso de hacer que el 50 por ciento esté disponible directamente para los países a los que van los viajeros”.

Aún cuando los fondos internacionales están disponibles, agregó, los países donantes y otros contribuyentes también quieren un mecanismo para administrarlo de manera efectiva, como el fondo fiduciario de las BVI, que será operado por una junta independiente.

Gracias en gran parte a un impulso regional del Centro de Cambio Climático de la Comunidad del Caribe (Caricom), 10 de los 15 miembros de ese organismo — y los cinco territorios británicos de ultramar que son miembros asociados — han elaborado una política o estrategia de cambio climático. Sin embargo, han visto diferentes niveles de éxito al adoptarlos oficialmente al nivel de gobierno del Gabinete. Hasta ahora solo las BVI y Antigua y Barbuda han aprobado leyes para establecer el tipo de fondo independiente que los donantes desean, dijo Romilly.

Cuando ha habido progreso, a menudo ha sido irregular. Dominica, por ejemplo, adoptó por primera vez una estrategia de adaptación al cambio climático en 2002, pero muchos de sus objetivos no se cumplieron, según Romilly.

“El gobierno tenía recursos muy limitados, de modo que, donde había acción era porque se proporcionaban fondos…pero había un desliz donde los fondos no se podían movilizar”, dijo. Y, aunque el gobierno del país adoptó una Estrategia de Desarrollo Climático Resiliente y Reducción de Carbono en el 2012, dijo, todavía no ha aprobado un proyecto de ley redactado en 2014 para establecer un fondo fiduciario — a pesar de las reiteradas promesas del primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, de tomar acción decisiva después de que el huracán María devastara el país.

“A pesar de que el primer ministro se ha comprometido a ser el primer país resistente al cambio climático en la región y que se le ha dejado en claro al gobierno de Dominica que necesitan que se apruebe esta legislación para hacerlo, aún no han logrado aprobar la legislación”, dijo Romilly, quien ayudó a redactar las estrategias y el proyecto de ley.

Añadió que los gobiernos a menudo no aprueban dichas medidas hasta que se les exige hacerlo para obtener financiamiento internacional.

“A menos que haya financiamiento, invariablemente hay muy poca acción”, dijo, y agregó que es probable que Dominica apruebe el proyecto de ley pronto, para acceder a los fondos para un proyecto de resiliencia que está en proceso.

Sin embargo, a pesar de tales contratiempos, los países miembro de la Comunidad del Caribe, en general, están adelantados a muchos de sus vecinos, gracias, en parte, a sus esfuerzos de colaboración, dijo Romilly. Puerto Rico, BVI y USVI no son miembros por su estatus territorial.

“El resto de la región realmente está tratando de ponerse al día y, por supuesto, fue bastante exitosa [en los territorios de Estados Unidos] bajo la administración Obama porque hubo un reconocimiento del cambio climático como un problema”, dijo. “Sin embargo, en la administración actual obviamente ha habido un cambio total en eso”.

En el caso de Puerto Rico, ni siquiera existe un plan de cambio climático y el Gobernador Ricardo Rosselló parece completamente enajenado. No aceptó múltiples solicitudes de entrevista para esta historia y desde la devastación del huracán María sólo ha dedicado dos oraciones públicas al tema, y fueron durante su Mensaje de Estado a Legislatura de Puerto Rico el 5 de marzo.

“Es momento para trabajar en una visión holística del ambiente, y el impacto que el cambio climático tiene en Puerto Rico. Apoyaré las medidas que salgan de este recinto para atender esta problemática”, dijo.

Al mismo tiempo, su administración está promoviendo con incentivos económicos la construcción de viviendas nuevas pese a que la Isla está ahogada en deudas, llena de propiedades abandonadas y enfrenta una emigración masiva.

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