Especial para CLARIDAD
Todo miembro de lo que es la clase trabajadora, es decir, aquellos seres humanos que dependen de un salario, un ingreso monetario para poder vivir, directo o indirecto, incluyendo la unidad familiar, reciben el año 2025 deseando lo mejor aunque dentro de sí están consciente de los grandes retos que enfrentan en su entorno laboral. Aquellos que trabajan en escenarios que dependen de fondos públicos están expuestos a una reducción de ingresos producto de los datos demográficos que presentan menos población y menos índices de pobreza. Les amenaza además la anunciada política de recortes en fondos federales dirigido a desmantelar las estructuras de gobierno en la metrópoli y en consecuencia, la colonia.
Para los que trabajan en la empresa privada continúan las políticas neoliberales que intentan reducir los gastos operacionales mediantes recetas neoliberales dirigidas a reducir salarios y condiciones de trabajo. Los patronos hoy cuentan con esa herramienta llamada Inteligencia Artificial, IA, con la cual pretenden sustituir la manos y mentes pensantes por aplicaciones informáticas para que piensen por los trabajadores y trabajadoras.
Es en ese cuadro general que la clase trabajadora enfrenta el año 2025. En nuestro entorno colonial resalta el copo electoral del partido republicano en los EEUU. Donald Trump obtiene la presidencia con el apoyo mayoritario del elector norteamericano y de los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana, es decir, blancos, protestantes y propietarios. En su agenda de gobernar se expresa abiertamente el recorte de servicios gubernamentales y el despido de miles de empleados públicos del gobierno federal.
La política (la guerra) en contra de los migrantes (no blancos) legales e ilegales está declarada. Es significativo como se anuncia el desmantelamiento del Departamento Federal de Educación. Es claro el desprecio que se tiene a una educación pública, gratuita y con el objetivo de otorgar igualdad de oportunidades a todos los seres humanos.
Dentro de esos ataques se destacan aquellos dirigidos a la Junta de Relaciones del Trabajo Federal, JRTF, institución que el movimiento sindical norteamericano intento transformar mediante ordenes ejecutivas de Joe Biden. Ahora se vislumbra un retroceso con la presidencia de Trump y de un Elton Musk a cargo de desmantelar las agencias de gobierno.
Recordemos que Musk ha radicado, en su posición como patrono, escritos de carácter anti obreros ante la propia JRTF en los cuales cuestiona la constitucionalidad de la JRTF. Sin resolverse estos casos que podemos esperar de estos teóricos practicantes de neoliberalismo.
El otro tema que contiene matices graves en el plano nacional e internacional es la política energética de Trump. Por un lado niega que el cambio climático exista y por otro lado nombra a un “Zar de la Energía” que es un empresario de producir energías con recursos fósiles, especialmente gas metano. ¿Cómo se traduce la realidad de la metrópolis en la colonia?
De manera inconsecuente e incierta. El dato es que la gobernadora electa Jennifer González logra un copo electoral que es simbólico. La realidad es que la Junta de Control Fiscal sigue gobernado a Puerto Rico independientemente de quien haya ganado las elecciones coloniales. La diferencia sería que otro gane las elecciones, pero ese no es el caso. Entonces tenemos un gobierno que va a administrar fondos federales e intentar reabrir el crédito del gobierno para seguir pidiendo préstamos a los bonistas que nos tienen con la soga al cuello.
No hay nada nuevo en la administración de Jennifer González. Admiten querer ser socios con la Junta de Control Fiscal, es decir que la JCF mande. Su propuesta es recorte de fondos y gastos operacionales; reducir o eliminar derechos de los trabajadores y trabajadoras; aprobar nuevos impuestos a la clase trabajadora mediante los planes fiscales o de pago a la deuda o reduciendo el pago a los acreedores cuando estos son trabajadores reclamando deudas o daños al gobierno.
El cambio climático merece una consideración aparte. Las consecuencias de que EEUU no reconozca el cambio climático implican que no se atenderán asuntos tan importantes como es la soberanía alimentaria. Es decir, ¿qué haremos con el hambre que sufren miles de decenas de seres humanos en el mundo a consecuencia de las sequias? ¿Cómo atenderemos el impacto en las costas y terrenos junto al mar, en una isla de Caribe? ¿Cómo daremos respuesta al “stress térmico” cuando nuestra industria de mayor demanda de empleo es la construcción?
En América Latina aumentan los reclamos por reparaciones a consecuencia de la “conquista” y la contaminación industrial, entre otros. ¿Cómo se atenderán estos asuntos cuando se niega lo fundamental, el impacto del cambio climático?
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, CELAC, reconoció en la década del 1990 a nuestra región como una Zona de Paz. Hoy sufrimos el avance de las llamadas fuerzas de liberalismo económico a nivel internacional. Esto se traduce en un debate agresivo de ideas neoliberales en contra de todo lo que es justo, colectivo, social y publico. La derecha ataca abiertamente el derecho a la Salud, la Educación, la Vivienda, los derechos laborales, las pensiones, a tener una Vida Digna.
Las políticas de derecha agreden mediante la fuerza, utilizan “métodos suaves”, agresiones legales y bloqueos económicos de carácter internacional. Estos son los casos de Cuba, Venezuela, Honduras, Haití, Perú y Argentina. La colonia llamada Puerto Rico es un acto de agresión. ¿Dónde está el respeto a la Paz?
En el plano internacional se recrudecen las guerras mercantiles, políticas o de agresión entre EEUU y China, la OTAN-Ucrania vs. Rusia, Israel y EEUU vs Palestina y el Medio oriente. La clase trabajadora pone sus hijos e hijas en estos conflictos ya sea en los pueblos masacrados o con los soldados caídos o sobrevivientes (con sus traumas y consecuencias).
Hemos presentado pinceladas que nos describen a grandes rasgos los retos de la clase obrera consciente y organizada. Atrás quedan otras fuerzas sociales dispersas, no organizadas o presas del capital. Este escenario se da en la colonia y en el plano internacional.
Reconocer este panorama es el primer paso para poder luchar por una sociedad justa y con igualdad. Para trabajar hacia ese objetivo se requiere a todos los niveles educación y formación que desarrolle conciencia como clase trabajadora.
Ello debe fortalecer las organizaciones sindicales de carácter clasista. Lo anterior se debe traducir en un plan de acción, de lucha.
En ese plan de acción y lucha el objetivo de la unidad de la clase trabajadora a nivel nacional e internacional deberá estar presente. Recordemos que la salvación no será individual. Que requiere el esfuerzo colectivo, la fuerza que nos da el conocimiento y la voluntad de Victoria.