¿Porqué los ataques de Israel a Gaza?

El lunes 22 de mayo, en vísperas del 70 aniversario de la proclamación del estado de Israel, que los palestinos conmemoran con el Día del Desastre (Nakba), se produjo la más reciente masacre en el estrecho de Gaza cuando el ejército isrelí abrió fuego sobre palestinos desarmados asesinando a sobre 60 e hiriendo a más de dos mil personas.

Ese mismo día, a pocas millas de distancia, la hija del presidente Trump y su marido, asesor especial del Presidente, encabezaron la ceremonia de traslado de la embajada norteamericana a la ciudad de Jerusalén, formalizando el reconocimiento a la anexión ilegal de la misma y en violación al ultrajado derecho internacional, que para Israel siempre ha sido una letrina donde dejar su opinión sobre las resoluciones de la ONU.

Hace una semana se repitió el ritual, ya normalizado por Israel y Estados Unidos: el estado sionista ejecuta una masacre, o se anexa territorios, construye muros, destruye poblados, etc. La ONU y la ¨comunidad internacional¨ aprueban sendas resoluciones de censura, los palestinos entierran a sus muertos y se mudan a otro refugio, y en horas todo se olvida hasta la próxima masacre.

Esta IMPUNIDAD es precisamente el principal obstáculo a la resolución justa de los conflictos en Oriente Próximo. De nada sirven las toneladas de resoluciones y pronunciamientos de la ONU, si el estado de Israel y su creador y protector, EEUU, hacen caso omiso de las mismas y la llamada comunidad internacional –particularmente los países vecinos— se resignan al lamento y la inacción.

Publicamos a continuación una breve explicación de la coyuntura actual, publicada originalmente en el portal Palestinalibre.org del autor palestino-chileno Jaime Abedrapo.

M.Coss

Por Jaime Abedrapo

¿Por qué Palestina ha sido marginada del derecho consagrado de autodeterminación de los pueblos respecto de las potencias colonizadoras? La respuesta, en términos generales, tiene que ver con la decisión del Reino Unido, encargado de su administración después de la Primera Guerra Mundial, de modificar el statu quo de la población nativa u originaria, es decir los palestinos.

Esta es la base central para comprender los 70 años de conflicto, es decir desde la creación oficial del Estado de Israel (15 de mayo de 1948). Desde entonces se ha dado curso a la limpieza étnica de los territorios palestinos, ya que el objetivo político de Israel es tener un Estado judío, por tanto era absolutamente necesario erradicar (a como diera lugar) a la población árabe nativa.

Por ello, las masacres, desplazamientos forzados, apartheid, etc. Todos los crímenes de lesa humanidad que comete Israel, se dan en el contexto de la creación de su Estado, el cual aún no alcanza las dimensiones que sus conductores pretenden, es decir, ocupar todo el territorio que antes había pertenecido a los palestinos, con especial atención ahora en Cisjordania (también conocida como el territorio al oeste del río Jordán, o “West Bank” en inglés).

El rasgo de estar frente a un Estado confesional, con claras raíces racistas, tras una ideología excluyente como el sionismo, ha significado que las negociaciones sean inviables, ya que mientras Israel tenga superioridad militar y dicha ideología se mantenga vigente con relación a la mayoría de los habitantes, ese Estado no estará dispuesto a compartir su territorio con árabes o con personas de otras religiones, por la amenaza demográfica que esto significaría para la superioridad numérica judía. Es decir, ello es lo que hace inviable, hasta hoy, la creación de un Estado binacional. Por otro lado, como los sionistas consideran que su proyecto estatal está inconcluso y siguen edificando asentamientos (política de estado en Israel) y desplazando a los palestinos o arrebatándoles su tierra, no hay forma de negociar fronteras, ya que están en pleno proceso de expansión y no se observa un poder real que pueda coaccionarlos para que respeten la legislación internacional, es decir, las resoluciones de Naciones Unidas.

Esto, de alguna manera, refuerza las causas primeras del conflicto, ya que Israel siempre ha tenido argumentos para no negociar y ha trabajado o se ha aliado siempre con la potencia de turno (primero Reino Unido y Francia; luego Estados Unidos), por lo cual desde el realismo político, ha sido imposible condicionar su política de Estado, a pesar de que no respeta el derecho internacional, ni el derecho internacional humanitario, ni tampoco los derechos humanos. Israel todo lo fundamenta en razón de su seguridad nacional o espacio vital, Razón de Estado.

Recordemos que en 1967, tras la Guerra de los Seis Días, Israel se anexó la totalidad del territorio de Palestina, incluida Jerusalén Oriental, que desde la década del ochenta (1981) considera unilateralmente como su capital única e indivisible, sin acatar el derecho internacional vigente, que tras las resoluciones 242 de 1967 y 338 de 1973 han reclamado la evacuación de los territorios ocupados. En ese contexto, Israel propició los asentamientos judíos en Cisjordania y Gaza, los que a su vez también le valieron condenas de parte de Naciones Unidas. El único argumento esgrimido por Israel para desarrollar esta expansión y colonización a costa de territorio palestino, han sido títulos basados en textos del Antiguo Testamento de la Biblia, que el Derecho Internacional no reconoce.

En definitiva, estamos frente a la imposibilidad que afecta al pueblo palestino, de ejercer el derecho de vivir en forma libre y soberana en su propia tierra, siendo tratado como una raza inferior al interior del Estado de Israel (se ha institucionalizado un apartheid), en donde se establecen normas discriminatorias para los no judíos, mientras los palestinos en Cisjordania viven bajo ocupación, en verdaderos bantustanes (comunidades aisladas e inconexas), desde los acuerdos de Oslo (1993). Y el resto vive en el virtual campo de concentración de Gaza, luego de que Ariel Sharon erradicara a la fuerza a los colonos ortodoxos ? fundamentalistas que tenían asentamientos allí. Podría afirmarse con propiedad, que en Gaza se ha creado la prisión de mayor extensión en el mundo.

En efecto, aproximadamente el 90% de la población residente en la Franja de Gaza está constituida por refugiados, es decir un millón y medio de personas están prisioneros en 300 kilómetros cuadrados por el solo hecho de ser palestinos. Decimos encerrados, porque Israel controla los accesos terrestres, el espacio aéreo y marítimo.

Frente a este sombrío y desesperanzador panorama, cabe preguntarse acerca de qué alternativas tienen disponibles los palestinos para lograr su liberación nacional, puesto que además, por el lado de las negociaciones que se desarrollan, con interrupciones, desde hace más de18 años, Israel jamás ha negociado de buena fe. Prueba de esto es que, en conocimiento de que el total del territorio de la Cisjordania es una meta intransable para los palestinos, desde el comienzo de las negociaciones y hasta hoy, ha mantenido invariablemente su política de ampliación de los asentamientos judíos en dicho territorio. Y aún más, ha construido el muro del apartheid, que expropia más territorio palestino y le hace la vida imposible a ese pueblo.

En ese contexto, no puede extrañar que surjan movimientos reivindicativos como los de Hamas. Recordemos que éste es un movimiento islámico que no reconoce a Israel, mantiene la resistencia mediante el empleo de la fuerza, pero en un contexto asimétrico, por tanto sólo tiene capacidad para ataques calificados como terroristas, ya que su estrategia es infligir miedo entre la población de Israel. Su capacidad operativa es muy baja, sobre todo en el contexto de aislamiento internacional en que se encuentra y por las pésimas condiciones socioeconómicas derivadas del bloqueo israelí.

Tras lo dicho, podemos afirmar que la causa del conflicto no es Hamas, ya que éste es un partido político con una fuerte presencia en la sociedad de la Franja de Gaza; tanto es así, que consiguió en los comicios del 2006, el 65% de la adhesión. Mantiene trabajos en el campo de la salud, educación, etc. y se ha hecho relevante, primeramente tras la acción de Israel que lo apoyó logísticamente en la década de los setenta, con el objetivo de deslegitimar y presentar una cuña en la OLP; pero en una segunda etapa, este movimiento encuentra un importante apoyo ciudadano, como señal de rebelión contra la ocupación y contra los tratos infrahumanos que recibe la población de parte del ocupante.

A poco de asumir Hamas tras el triunfo en las urnas, los países llamados del Cuarteto (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y la ONU) comenzaron a aislar a este actor político, seguido de un bloqueo y boicot cada vez más implacable por parte de Israel, los que significaron la escasez de alimentos, medicinas, combustibles, etc.

Todo lo anterior refuerza las visiones islamistas que van fortaleciéndose entre la población palestina, ya que ha comprobado que en 70 años de conflicto las negociaciones sólo han arrojado fracasos y que su situación es cada vez más precaria, mientras Israel, por medio de la política de los hechos consumados, se expande por territorio palestino y a Gaza lo deja como una prisión en la cual relegar a la resistencia, en especial la islámica.

Artículo anteriorResidente unirá al pueblo en el Hiram Bithorn
Artículo siguienteLa primera lluvia de mayo