Especial para CLARIDAD
«By proletariat is meant the class of modern wage laborers who, having no means of production of their own, are reduced to selling their labor power in order to live.»
(The Communist Manifesto, 1848)
La primera admisión que hago es que no soy un erudito de Marx. Pero pensé que este título atraería tu atención. Eso no quiere decir que es un título engañoso, mi reflexión incluye los conceptos “trabajadores” y “lucha de clases”.
Es cierto que, con la segunda administración de Trump, destacada por su racismo, su xenofobia y su odio en particular contra personas y comunidades trans y en general contra las comunidades cuir (o LGBTQ+) LGB+. Es una administración de ricos para ricos que bajo el mantra de “seguridad nacional” y una monumental campaña de desinformación, ha convencido a sus seguidores de que los problemas de Estados Unidos no son de corrupción y de medidas neoliberales que promueven la explotación de toda la población trabajadora. El problema, según la administración de Trump, son los trabajadores y los servicios que esperamos del gobierno para atender la inequidad entre quienes tienen dinero y quienes no lo tenemos. Como sabemos, por la relación colonial de Estados Unidos con Puerto Rico, la incertidumbre creada por las políticas neoliberales de esta administración crea ansiedad, incertidumbre y aumentan la pobreza y el desamparo de los pobres en Puerto Rico también. Hay miles de trabajadores ya despedidos o que están “en ansiosa espera” de un despido inminente.
Ante una crisis real, muchas personas han comenzado a decir que las izquierdas debemos volver a concentrarnos y debatir desde la “lucha de clases.” Tal vez, en Puerto Rico, no hay una izquierda marxista visible y organizada LGBTQ+, pero eso no quiere decir que no existimos muchísimos maricones y mariconas que creemos en la lucha de clases y que no nos referimos a esa lucha constantemente, cuando escribimos, cuando acudimos a actividades de trabajadores, cuando nos unimos a los avisos de advertencia de ICE incursando en comunidades trabajadoras para arrestar inmigrantes, y en muchas otras instancias. Me gustaría resaltar que lo hacemos por solidaridad claro, pero por favor, no olviden que lo hacemos también porque también somos trabajadores, como también somos migrantes, como también somos humanas y humanos y humanes. Yo también creo, fervorosamente, en la lucha de clases.
Sin embargo, y aquí levanto mi voz de alerta y preocupación, creo que hay tres cosas que resolver antes de ese endoso incondicional a la priorización de la lucha de clases ante todo lo demás:
Que se reconozca que el concepto “trabajadores” solo sirve cuando es inclusivo.
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- Que se reconozca que “trabajadores” incluye mujeres.
- Que se reconozca que “trabajadores” incluye transexuales.
- Que se reconozca que “trabajadores” incluye migrantes.
- Que se reconozca que “trabajadores” incluye hombres negros y mujeres negras.
- Que se reconozca que “Trabajadores” incluye las personas de las comunidades LGBTQ+
- Que se reconozca que “trabajadores” incluye personas que no reciben salario o que participan de economías informales (por ejemplo, limpiando patios, en alguna construcción pequeña, vendiendo piraguas, vendiendo en las luces, trabajo sexual, etc.)
- Que se reconozca que “trabajadores” incluye personas con diferentes capacidades.
- Que se reconozca la humanidad de todas las categorías anteriores.
Para mi esto es importante porque conozco la historia. Sabemos que las categorías arriba mencionadas, en el pasado, han sido abandonadas a su suerte, y privadas de los beneficios que merecen todes los trabajadores. De hecho, a algunas de las categorías, si no a todas, se les negó la membresía en uniones, se les negó reconocer la necesidad de protecciones sobre discrimen disponibles a otros miembros, y algunas veces, las uniones hasta endosaron que se nos reconocieran derechos que se le reconocían a otros humanos trabajadores y demasiadas veces se recalcó la superioridad “humana” de algunos trabajadores sobre otros, otras y otres trabajadores (por ejemplo, los casados, los “con familia” pero también los más blanquitos y los más machitos. Esto no lo digo con rencor o resentimiento, eso pasó y aun pudiera estar pasando. Lo digo porque si no conocemos esa historia corre el peligro de repetirla. Debemos hacer una verdadera reflexión del concepto “trabajador” que esté comprometida con la inclusión. Una definición que permita que podamos apreciar a los otros y las otras también como trabajadores, merecedores de nuestra solidaridad y apoyo.
No estoy pidiendo ni que nos besen o celebren cuando nos vean, ni que se acuesten con nosotres en los lugares de trabajo. Estoy pidiendo que reconozcan nuestra humanidad y que nos vean como parte existente de la clase trabajadora.
No propongo nada radical, solo respondo a mi preocupación de que cuando algunas personas hablan de reenfocarnos en la “lucha de clases” lo que realmente escucho es que no quiere hablar de feminismo, o de asuntos queer o personas trans. Como si no fuéramos todas, todes y todos, victimas de la opresión de clase, o como si no nos diera hambre a todas, todes y todos también.
En fin, yo creo en un movimiento de trabajadores que nos vea, que pueda reciprocar nuestra solidaridad humana, que pueda reconocer que somos trabajadores y que pertenecemos a esa clase trabajadora que hoy más que nunca necesita unión y solidaridad. Que, como todo otro trabajador, queremos mejores condiciones de trabajo, que, como toda otra trabajadora, queremos espacios de trabajo seguros y sin violencia, que, como muches trabajadores, queremos poder trabajar sin discrimen ni hostigamiento. Lo que no debe hacer un movimiento de trabajadores inclusivo y saludable en tiempos de Trump (ni en ningún otro tiempo) es empezar a sacrificar los grupos mas vulnerables de trabajadores para así creer que están ayudando a los que el gobierno sí reconoce su humanidad.
El autor utiliza el lenguaje inclusivo. Yoryie ni espera, ni está interesado en que el lector también lo use. Así, todes felices; a mí no me molesta que usted no lo use y a usted no le debe molestar que yo lo use. Lo importante es que podemos comunicarnos.