Vamos a ver si…

¿Cómo se explica que un país con un desempleo oficial de casi un 50%, con un salario mínimo que no da para pagar el costo de vida, con más de un 60% de sus ciudadanos viviendo en niveles de pobreza, tiene que importar trabajadores?

Entre otros, lo hace porque hay fondos dizque para la reconstrucción concedidos al gobierno de PR y aprobados por los amigos que los políticos «locales» tienen en Wash. DC.

Porque hay empresas de amigos de los políticos de aquí y de allá creadas para buscarlos, conseguirles visas de trabajo traerlos a PR y claro, de cobrar una comisión por hacerlo.

¿Alguien recuerda el libro publicado después del huracán Katrina que partió por el medio a Nueva Orleans? Me refiero a THE SHOCK DOCTRINE The irse of Disaster Capitalism» de N Klein? En ese texto que algunos o muchos mencionan y pocos leen, su autora explica la teoría económica sobre la que se monta la práctica de saqueo que se montó a gran escala en Nueva Orleans y otras ciudades y estados de EUA que han padecido distintos desastres y que después de María sirve para explicar y entender lo que sucede en PR.

Esa práctica económica implantada por el capital de EUA y su estado en su propio territorio que llaman continental, fue traída a PR después de María y si la entendemos explica lo que vivimos desde entonces. Vivimos la emigración masiva de familias del sector joven y trabajador incluyendo profesionales médicos, maestros, funcionarios de seguridad, técnicos de todo tipo, en fin todo el recurso humano necesario para desarrollar este país como uno productivo y viable.

Vimos el cierre de escuelas públicas y privadas junto al trastoque de toda la educación pública. Completaron el desmantelamiento de la UPR. Vivimos el abandono creciente de la ciudad capital y de todos los centros de pueblos. Padecemos la precariedad creciente en los servicios de salud en el que un cita para chequéate un catarro puede tomarte semanas si no te vas a una sala de emergencia dónde «solo» te toma de 8 a 10 horas lograr que un médico te vea.

Súmale a eso el abandono y desmantelamiento del sistema de transportación público y de las carreteras, . Y tal vez lo más importante tal y como sucedió en Nueva Orleans, la elevada sustitución poblacional. Ese sistema es de dos puertas. Una de las cuales sirve para que los nuestros salgan en estampida para salvarse del desastre. Otra puerta por la que entran empresarios, carpetbaggers, inversionistas ricos y no tan ricos, pero con las ideas muy claras sobre el botín en oportunidades de negocios que ofrece la isla. Llegan estimulados por los beneficios que el gobierno aprueba a la carrera exclusivamente para ellos, y por el abandono de valiosas propiedades, edificios y tierras, que quedaron sin uso o abandonadas por el éxodo masivo de la población.

A esos inmigrantes norteamericanos y blancos en su mayoría, se les permite todo, se le regalan nuestros recursos naturales.

Vamos todos en camino a lo que llaman la «hawainizacion» del país. Los nativos de Hawaii vestidos con sus faldas de paja bailan moviendo hermosamente sus brazos y caderas, sirviéndole en sus playas a los residentes ricos y a los turistas sus lechones asados y sus cócteles servidos en medias piñas. El pueblo de esas islas permanecen allí de dos maneras, unos pocos como socios del hombre blanco, otros más como empleados de una burocracia gubernamental y los más, como sirvientes al servicio y entretenimiento del también hombre blanco del continente que les visita en búsqueda del paraíso construído para ellos. El Dysney tropical sin el sucio y la arrogancia del nativo.

El folklore nuestro varía, pero poco. El futuro, es muy similar. Sombrero de paja que llamamos pavas, lechón en la arena y en la montaña, bomba y plena en la playa y en las plazas, música «típica» o en los campos, con cócteles servidos en medio coco o cocos enteros, Reguetón y trap en la perla y los caseríos dónde se aprovecha para vender otras cositas por el lado. Carnavales o fiestas en las calles cuatro o cinco veces al año porque eso trae turismo y cruceros. Tenemos también propiedades que comparadas con otras islas del caribe cuestan poco. Cómo buen colonial todo lo hacemos con una sonrisa en la cara cada vez que decimos, «thank You mister», «at your service madam», mientras extendemos la mano para tomar la propina con la que cuadramos el presupuesto doméstico; o cualquier otra frase similar.

Para eso nos servirá el inglés que tan orgullosamente van aprendiendo nuestros niños que con tanta admiración vemos y mostramos a todos cuando dicen cosas en esa lengua que logran pronunciar mejor y con más atinado acento que el de sus padres. Estaremos aceptando sin crítica la relación con el hombre blanco del norte y hasta orgullosos nos sentimos, o se sentirán muchos, de que a cambio de unas monedas nos permitan servirle.

Esto que no es otra cosa que producto de esas medidas económicas que ambos gobiernos autorizan y que incluye el saqueo de los fondos y recursos públicos que lleva a cabo manos privadas con la colaboración de funcionarios públicos, ha sido el centro de la actividad de casi todos nuestros funcionarios públicos electos o no. Esto que no es otra cosa que el producto del gobierno que apoya el «Capitalismo del «Desastre» porque con ese sistema se enriquece. El amo le deja meter las manos a cambio de que le sirva.

Ahí estamos, y como decía aquél, hacía eso vamos.

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