En Rojo
Últimamente, a Roy Brown Ramírez le sucede algo interesante: jóvenes reinterpretan canciones de Yo Protesto, su primer álbum. Como Tapaboka, una banda de mujeres que toca “heavy metal”, y también interpreta en vivo “Mr. Con Macana” a ese estilo. El grupo Verdugos publicó un vídeo de ese mismo tema con un giro roquero; y Yarimir Cabán Reyes “MIMA” lanzará este mes una versión de “Monón” que ha agradado mucho al cantautor. Son piezas de una época álgida, rebelde, y de un disco emblemático que se renueva de dos formas: con el próximo concierto A los 80 Yo Protesto, el 30 de mayo, y con la reciente remasterización del álbum. En entrevista con En Rojo, Brown conversó sobre estos proyectos, su trayectoria musical y aquellos detalles que han marcado su carrera.
“Regresar al Teatro de la Universidad tiene cierto significado emocional porque, si voy a cumplir los ochenta y los voy a celebrar, pues celebrarlos allí es como mágico. Es como regresar al pasado de una forma vital… Lo que me comentan muchos jóvenes cuando me hablan, que han oído mi disco, es que realmente las cosas no han cambiado tanto. Pienso que sí, que las cosas han cambiado, pero muchas de las cosas negativas de la sociedad en que vivimos, del día a día, es lo mismo. Quizás hasta peor”, compartió la voz de “No me sulfuro más”.
Para Brown Ramírez, la actualización de estos temas en otros ritmos, presentados con la misma urgencia, le advierten la “penosa” verdad de que, a 56 años de su lanzamiento, el disco sigue vigente. No obstante, el músico distinguió cómo, durante los años en que produjo, la Universidad de Puerto Rico (UPR) era “el centro de la vida cultural, política” y sede de una serie de organizaciones políticas “muy poderosas”. Del mismo modo, Brown calificó las entonces represiones de la institución como “más dramáticas por aquellas confrontaciones”, y entiende que los movimientos estudiantiles y comunitarios han crecido.
“Éramos una minoría esforzada, que nos esforzábamos y nos movilizábamos. Ahora, el pueblo, reaccionando en contra del mal gobierno que tenemos, es mayor. Una de las cosas parecidas (a los tiempos de Yo Protesto) es que los abusos en contra de las comunidades continúan, porque las violaciones ambientales no son otra cosa que abusos contra las comunidades. Eso sigue todavía… Quizás hay una espontaneidad mayor de la movilización. Hay una serie de gente que está muy capacitada para dirigir la oposición”, continuó el poeta.
Asimismo, Brown Ramírez reconoció que, en el caso de ambas épocas, muchos músicos, artistas y profesionales migran por mejores oportunidades en los Estados Unidos, sobre todo aquellos que buscan emprender y vivir de sus talentos. Empero, el autor de Yo no sé cuál es la verdad aseguró que la migración de estos tiempos también es “más dramática”. Sin embargo, la ventaja de esta generación estriba en el acceso a nuevos medios de comunicación para difundir artes y mensajes que reten las narrativas dominantes, resaltó.
Comienzos complicados
“Cuando nosotros empezamos, no se podía hacer canción-protesta. Era en la calle y con la represión de la Policía y el FBI directamente sobre nosotros. Luego, con el Movimiento Estudiantil, se creó un público nuevo, la cuestión cultural, el movimiento cultural. Que siempre lo ha habido; ha habido un desarrollo de nuestra cultura antes de la década del setenta, pero en esa década, de tanto luchar en la calle, se le dio un reconocimiento a un movimiento cultural”, aclaró el exestudiante del Recinto de Río Piedras.
Desde luego, varias agrupaciones como Haciendo Punto en Otro Son, Moliendo Vidrio, Antonio Cabán Vale “El Topo” y Andrés Jiménez se unieron a ese “despertar de nuestra cultura” y de la música-protesta que integró ritmos de la montaña. Pero en 1978, ya padre de dos hijas y a falta de oportunidades, arrancó del país con fe en su trabajo. La decisión marcó el inicio de una campaña internacional y solidaria en lugares como El Salvador y México.
“Ahora, si quieres colocar tu canción en el Internet, la colocas. René Pérez (Residente) coloca la música que él quiere. La gente acude, la baja, la oye de gratis o la compra. La gente como René Pérez ha dominado esa área de la música, y no ha necesitado de una grande compañía porque va por el mundo y tiene público”, explicó Brown.
En esa línea, el veterano de la Nueva Trova amplió la noción de canción-protesta a géneros como la salsa y el reguetón, que tienen “notas de música-protesta”. Aludiendo a los ejemplos de Bad Bunny o Eddie Palmieri, el músico esbozó las diversas formas en que se ha producido música con un contenido afirmativo para la identidad. La ventaja del presente, salvó, es que ahora los artistas pueden fundar compañías como RIMAS– propiedad de Bad Bunny– para despegarse de otras como FANIA– que son dueñas de la mayoría de sus producciones. De ejemplo, Brown mencionó la banda Fiel a la Vega, que comenzó bajo un sello disquero, pero que ahora es “dueña de todo su trabajo”.
“Todo eso cambió, para bien de nosotros”, aseveró.
Un concierto entre amistades fieles
Desde los mismos tiempos de Yo Protesto, hay figuras claves en la carrera de Brown. Los hermanos Santiago han formado parte del grupo de Roy Brown desde antes de 1978, cuando Zoraida cantaba junto al piano de Carlos “Tato” Santiago. Para la década de 1980, se sumaron Manny Ojeda y Tony Asencio al grupo que hoy permanece. En 1990, cuando Brown se muda para Mayagüez, el conjunto actual se completa con José Flores y Benito Carrillo, no sin antes contar con la ayuda de grandes intérpretes del género como Silvio Rodríguez o productores como Frank Ferrer. Gente que se ha sumado a una carrera que, el próximo 30 de mayo, reafirmará su compromiso con las letras que empuña.
“A finales de los ochenta, surge Fiel a la Vega. No me puedo llevar la banda entera, pero siempre me ha acompañado desde esa época, desde que grabaron ‘Boricua en la luna’, yo hice la amistad específicamente con Tito Auger. Hicimos un disco juntos que se llama ‘Vaya bien’, y Tito ha sido un hermano desde todo ese tiempo. Siempre ha dicho que sí… Yo invitaría a un montón de gente, porque por ahí anda un montón de gente que ha colaborado conmigo”, dijo el exponente de la Nueva Canción.
A modo de broma, Brown Ramírez expresó su interés por realizar un concierto que “dure cuatro días”, para que todos sus colaboradores y seguidores puedan disfrutar de la carrera que han conformado, pero “no todo lo que uno quiere se da”, dice Brown. Con un aproximado de 200 canciones y 13 álbumes de larga duración, hay muchos temas, amigos y músicos que el evento no podrá integrar por “complicado”. Sin embargo, el cantautor se cercioró de incluir lo más que pudo para la presentación del Teatro UPR, el 30 de mayo, a las 8:00 p.m.
“Hay una nueva juventud, y eso se reflejó en el reciente Festival de CLARIDAD. La noche que yo canté, de las personas que estaban al frente, diría que el sesenta por ciento era gente joven, y cuando digo joven me refiero a que están en la universidad o la escuela superior… Yo diría que nadie me hubiese conocido si no hubiese sido miembro de CLARIDAD. El principio de todo fue la Universidad de Puerto Rico y el Periódico CLARIDAD”, concluyó el maestro a pocas semanas del concierto.
*Yo Protesto Remasterizado está disponible en CLARITIENDA