Continúan los daños en el ecosistema de Aguadilla

 

CLARIDAD

Dos expertos conversaron con CLARIDAD sobre el estado del desarrollo privado en esta zona

 A poco más de dos años de su comienzo, el desarrollo del Cliff Hotel & Country Club, en Aguadilla, continúa estragando el área caliza en que se construye. Con permisos basados en estudios erróneos, el proyecto avanza a un nivel alarmante, de acuerdo con algunos expertos consultados por CLARIDAD. Desde mogotes y acantilados alterados hasta murallas erigidas, la construcción ha dejado un saldo pernicioso en el ecosistema.

En llamada con este medio, el doctor en Ecología, Héctor Quintero, confirmó que algunas organizaciones movilizadoras –como Salva Aguadilla o el Campamento Pelícano– sometieron evidencia documental al Departamento de Recursos Ambientales y Naturales (DRNA) y a un grupo operativo de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos (EE UU) que expone las fallas de los estudios geológicos y ambientales que este desarrollo presentó. Hasta el momento, sostuvo Quintero, ninguna de las dos entidades ha respondido.

“No ha pasado nada con eso. Se le solicitó al gobernador anterior (Pedro Pierluisi) la destitución de la (entonces) secretaria (Anaís Rodríguez Vega) por no tomar acción. Nosotros hasta nos reunimos con la Oficina de Asuntos Legales, y dijeron que iban a hacer una visita al sitio para ver cómo estaban las cosas, si estaban cumpliendo o no, y nunca hicieron nada”, expresó el doctor a CLARIDAD.

Asimismo, Quintero elaboró que la ciudadanía presentó un mandamus –una orden para cumplir con una obligación legal– al DRNA que sirvió como un tipo de papa caliente. De Recursos Naturales, agregó el doctor, el documento siguió a la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPe) hasta acabar en el Municipio de Aguadilla, quien lo remitió de nuevo a OGPe.

“El desarrollador sigue, eso no ha parado nada, nada. Nos enteramos también que quiere extender la construcción hacia el lado sur, porque ellos tenían dos solares. Uno donde está el Muelle de Azúcar y otro al norte. En esas zonas estaba aprobada la construcción, pero nosotros vimos un solo informe que mencionara trabajar la parte sur. Hasta vimos un diagrama en que quieren coger el Muelle de Azúcar para hacer un restaurante y una cosa turística”, aseguró el Dr. Quintero.

El desarrollo de The Cliff, continuó el experto, está anunciado en las paredes de The Mall of San Juan. Entre algunas ofertas que publicitan, se destacan: Las Terrazas, un “epítome del lujo” que contará con 2,630 pies cuadrados, azotea con piscina privada y vista al mar; Los Balcones, unos apartamentos fastuosos; y las unidades individuales llamadas Las Casas. Los rótulos también anuncian la inclusión de muelles, canchas de tenis y “futuros proyectos”. Carlos Román González es el inversor principal detrás de The Cliff.

“El estudio ambiental de este proyecto lo hizo un arquitecto de Isabela. Cuando llegan a la parte de la geología, usan un mapa que no es geológico. Incluyen un mapa de suelos para la agricultura. Es un mapa que describe que se puede sembrar ñame, yautía o plátanos. Pero en ninguno trabajan algo geológico, y cuando busco el mapa geológico, encuentro que hay dos fallas geológicas: una al este del proyecto y otra al oeste del proyecto”, resaltó Quintero.

De hecho, el ecólogo reveló que, en ese mismo mapa, se indica que la falla oeste se extiende por el océano y llega al norte de Puerto Rico, uniéndose a la misma falla que provocó el terremoto de 1918, conocido como el terremoto de san Fermín. Igualmente, Quintero añadió que las construcciones en suelo carso requieren mayor rigor por la posibilidad de sumideros, cuevas y sistemas de cavernas.

“Eso no lo tocan. Ellos sí presentaron un estudio geotécnico. El mismo estudio admite que está incompleto, que se deben hacer otras cosas. Como se dan tan pocas muestras, y a poca profundidad, no se sabe qué hay debajo de ese carso. Es típico que haya cuevas y sumideros metidos debajo de proyectos. Eso no lo tenemos porque no se ha presentado nada más, y ese es el problema. Nadie toma consideración de esto”, denunció el docente de la Universidad Interamericana en San Germán.

Además, Quintero reseñó que el DRNA fijó un solo requisito para este desarrollo: que permaneciera una franja de 20 metros para mitigar el espacio entre el proyecto y el acantilado. En la zona marcada, yacía una de las zonas de anidaje del pelícano pardo más numerosas en la región. Yacía, porque el requisito y el área fueron violentados por la maquinaria.

“Tampoco se resolvió el deslinde de la Zona Marítimo Terrestre (ZMT). Porque cuando hay acantilado, hay que considerar esa parte de la zona, por la cercanía que tiene al agua, y eso tampoco se hizo. El borde de la Zona Marítimo Terrestre está abajo, en la roca. Ahí tumbaron mogotes y dañaron el ecosistema. No hicieron una DIA (Declaración de Impacto Ambiental)”, explicó el doctor.

Por su parte, la vicepresidenta de la organización Salva Aguadilla, Dra. Jaris Delgado Cabán, criticó el hecho de que, desde el 2023, el desarrollo ha integrado una muralla de contención en el mismo farallón, varias villas nuevas y otras zonas aplanadas. En un vídeo de Prensa Comunitaria, se notan claramente las distintas violaciones.

“Cuando fuimos hacer el injuction en el tribunal, perdimos el caso. Ahora mismo vamos a enviar un mandamus al Municipio de Aguadilla porque es una ciudad autónoma, y eso le da la potestad a Aguadilla. Recursos Naturales y las demás agencias le pusieron la bola en la cancha a Aguadilla. Pero hasta ahora, ellos se han lavado las manos como Pilato”, compartió Delgado Cabán con CLARIDAD.

Del mismo modo, la doctora en psicología afirmó que la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés) fijó una multa de $50,000 por conceptos ambientales. En respuesta a eso, el DRNA ordenó un informe que aún no se ha detallado. Con varias querellas entregadas al DRNA y otras divisiones del gobierno, como el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), las organizaciones todavía aguardan por acciones estatales. “El proyecto sigue a pesar de todo esto”, prosiguió la activista.

“Ellos han ido poco a poco pelando los alrededores de Las Golondrinas, después empezaron más arriba. He visto que, en estos seis meses, avanzó mucho la destrucción de mogotes hacia el lado de la playa Crash Boat… Ahora estamos fortaleciendo los grupos, aprendiendo y uniéndonos a otras luchas que forman parte de esta, como la de Cabo Rojo. Son nuestros compañeros y es la misma bahía”, concluyó Delgado Cabán, quien fue arrestada durante las manifestaciones en la zona del desarrollo.

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