De Nicky Jam hasta Kamala Harris

 

 

Especial para CLARIDAD

 La representación es importante. Nos ayuda a forjarnos y a construir nuestro yo y nuestro futuro. Confieso que en el 2020 me hice fan de Nicky Jam. Me tiré al cuerpo la serie “Nicky Jam: El Ganador” completa y me la gocé. Y no fue particularmente porque la considerara una joya de la cinematografía moderna, ni porque sea una fan “de cora” del reguetón, si no porque es boricua.

 Escuchar mi acento en la pantalla es maravilloso. Que la historia me fuera familiar, y que reconociera a varios actores y actrices (Modesto Lacén, Néstor Rodulfo, Mariana Monclova) fue súper nítido. Me encantaron las vistas de Puerto Rico, de los barrios. Me transporté a la Isla.

 En la universidad nos enseñan que la representación de las diferentes comunidades en los medios de comunicación masivos es de suma importancia.

 No obstante, cuando vives en tu país y estás rodeado de tus compatriotas, no es lo mismo que si vives en el exilio, y tienes que hacer un esfuerzo consciente de reafirmar tu nacionalidad y tu procedencia a diario.

 Cuando el ahora presidente Joe Biden nombró a Kamala Harris como su compañera de papeleta –en medio de una álgida campaña–, muchas personas nos emocionamos. Y no tiene nada que ver con las políticas públicas implementadas por Harris en California, ni con que fuera la mejor candidata para que Biden le ganara a Donald Trump. Fue significativo porque es una mujer, asiática y negra, que se expresó en favor de la justicia racial y social, y de las mujeres.

 Cuando la periodista colombiana Ilia Calderón fue entrevistada por María Hinojosa, para el programa Latino USA, de NPR, mencionó que como mujer negra o afrolatina tiene que luchar contra el racismo a diario. Relató que cuando llegó a su casa después de una larga jornada de trabajo, le contó a su hija que se había retrasado porque Biden había seleccionado a Harris como su vicepresidenta. A lo que su hija le preguntó “Mami, ¿ella es la que se parece a nosotras?”, a lo que Calderón respondió con voz entrecortada, “sí mi amor”.

 La representación importa, porque es difícil ser lo que no puedes ver. Como hija de inmigrantes de Jamaica y de la India, Harris ha hecho historia varias veces a lo largo de su carrera, incluso como la primera fiscal de distrito negra en California, la primera fiscal general en California afroamericana y del sur de Asia, y más recientemente, como la primera estadounidense del sur de Asia, y segunda mujer negra en la historia del Senado de Estados Unidos. Ahora, como vicepresidenta de los Estados Unidos, Harris tiene la esperanza de que su legado forje el camino para la próxima generación de mujeres.

“Si bien soy la primera mujer en esta oficina no seré la última, porque todas las niñas que están pendientes esta noche, ven que este es un país de posibilidades”, expresó en su primer discurso como vicepresidenta electa en noviembre de 2020.

Como mujer puertorriqueña admito que me emocioné muchísimo cuando me enteré que Harris seleccionó a la jueza del Tribunal Supremo, la boricua Sonia Sotomayor para que la juramentara. Sotomayor, la primera jueza latina en el Tribunal Supremo, juramentó a Biden como vicepresidente en 2013. Cuando vi esas dos mujeres de color (la traducción literal de “women of color”)en el podio del Capitolio en Washington D.C. fue grande.

“La representación es importante porque todos traemos diferentes perspectivas a la mesa, y esas perspectivas están realmente informadas por nuestras experiencias e identidades… Entonces, si esas estructuras no incorporan nuestras opiniones, nuestras perspectivas no se toman en cuenta en la toma de decisiones (…)”, comentó Alphonso David, presidente de la Campaña de Derechos Humanos (Human Rights Campaign).

Se me infló el pecho cuando Biden seleccionó al maestro boricua Miguel Cardona como su candidato para Secretario de Educación. Así como mi hijo, el maestro puertorriqueño criado en Meriden, Connecticut habló solo español hasta que llegó a Kindergarden.

Cardona está orgulloso de sus padres puertorriqueños y de su educación bilingüe y dijo que era tan “estadounidense como el pie de manzana, el arroz con habichuelas”. El maestro y profesor se ha basado en su experiencia personal para enfocar su política educativa en luchar por que las escuelas sean más equitativas, cerrando las brechas de aprovechamiento académico entre los estudiantes de color y sus compañeros blancos, y en mejorar la enseñanza para los estudiantes que aprenden inglés como segundo idioma.

Porque la representación es importante. Es trascendental que haya más mujeres, más negros y negras, gente de diferentes trasfondos culturales y religiosos, personas de la comunidad LGBTT, y más, en puestos gubernamentales, en corporaciones privadas, en los medios, en la radio, en el cine y la TV, en las oficinas centrales de los equipos de deportes profesionales y en todas partes. La representación es fundamental para que las futuras generaciones se puedan identificar y aspiren a más. Y así construyan un mundo más equitativo, más justo, y más inclusivo.

Por eso ahora cuando escucho a Nicky Jam, a Bad Bunny, y a Daddy Yankee, siento tanto orgullo como cuando en el pasado sentía con los salseros; al igual que cuando Jennifer López desplegó la monostrellada en el Super Bowl y cuando la jueza Sotomayor y la vicepresidenta Harris hicieron historia en el Capitolio federal.

Porque la representación es importante.

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