Editorial Plan de Ajuste de Deuda: lo patriótico es oponerse

 

La línea editorial de la mayoría de los  medios de prensa que regularmente se alían a los grandes intereses económicos y a las políticas del Gobierno de Estados Unidos para Puerto Rico, fue desde un principio muy clara: darle un espaldarazo incondicional al Plan de Ajuste de Deuda (PAD) propuesto por la Junta de Control Fiscal  La argumentación de estos medios a favor del proceso también ha sido la misma siempre. Totalmente predecible, y  como en la máxima del cuento del Medio Pollito, meterle miedo al pueblo con que el cielo se nos caerá encima de atrevernos a  rechazar el engendro fiscal que nos obligará  a pagar miles de millones de dólares por cuarenta años para amortizar la deuda pública- legal e ilegítima-mientras se deja en la zona del lenguaje ambiguo los asuntos esenciales que garanticen un mínimo de dignidad y decoro en su diario vivir para la mayoría empobrecida de nuestro pueblo.

El liderato y la mayoría en las Cámaras Legislativas – pertenecientes a los dos partidos que se han turnado el gobierno de Puerto Rico – PNP y PPD- los cuales han sido principales responsables y facilitadores del descalabro fiscal y de la astronómica deuda pública que ahora pagamos todos- se unieron e hicieron su “show de fuerza” para distraer la opinión pública por un ratito, en lo que se aseguraban algún beneficio para sí mismos y sus colectividades, antes de plegarse a la presión y amenazas de la Junta de Control Fiscal y de la Jueza del Tribunal de Distrito de  Estados Unidos para la Quiebra de Puerto Rico- Laura Taylor Swain.

Nadie en nuestro País se sorprende de este desenlace. El servilismo de la clase política dominante en Puerto Rico ante el gobierno de Washington es la norma dentro del sistema colonial que nos domina. Por eso, un creciente sector de nuestro pueblo- valiente, consciente y decidido- se ha impuesto la tarea urgente de acabar con este sistema bipartidista servil que se deja utilizar como mampara  para esconder y justificar su propia corrupción, y los abusos del imperio estadounidense contra nuestro pueblo.

Según los expertos de los medios oficialistas, el PAD aprobado es la única y última alternativa que tiene Puerto Rico para salir de la quiebra. Sin embargo, otros expertos – tanto o más expertos que los anteriores- lo han denunciado e impugnado por ser injusto y desbalanceado como la llamada “ ley del embudo”: lo ancho y cómodo para los grandes bonistas y lo estrecho y difícil para los sectores de nuestro  pueblo más necesitados y afectados en su nivel y calidad de vida: trabajadores, maestros y servidores públicos, los estudiantes, maestros y trabajadores de la Universidad y la escuela públicas, y los ciudadanos y ciudadanas de a pie que necesitan y dependen de los servicios del gobierno central y de los municipios.

Ante la ola de críticas y protestas de las últimas semanas y días, los medios oficialistas se limitan a señalar  que el PAD  no es perfecto. Pero no van más allá y admiten que el mismo nos obliga a pagar por deuda ilegítima, que no  define ni protege los servicios esenciales, que no evita el cierre de al menos 40 municipios, ni  que condena a la UPR a un presupuesto fijo que no satisface sus necesidades, sobre todo tras los masivos recortes recientes en su presupuesto hechos por la Junta de Control Fiscal.  Peor aún, los expertos que lo cuestionan dicen que el PAD propuesto, que establece un pago anual de deuda para Puerto Rico de $3,500 millones, se cimenta en unos supuestos económicos demasiado optimistas y principalmente dependientes de desembolsos de fondos del gobierno de Estados Unidos, que no han sido entregados aún. Por ejemplo, que el dinero federal asignado a la reconstrucción, estimado en $82 mil millones, se utilice en Puerto Rico en su totalidad. Que la asignación adicional  de fondos de Medicaid se otorgue completa. Que la economía de Puerto Rico crezca en el largo plazo, y que se sostengan algunos de los recaudos de corporaciones foráneas. En fin, un pantano de arena movediza que, de fallar mínimamente, impediría que Puerto Rico cumpla con el pago de la deuda, con consecuencias nefastas

Tras la aprobación por las Cámaras Legislativas, el Gobernador Pedro Pierluisi firmó la Ley 1003 que habilita el PAD propuesto por la Junta de Control Fiscal. El Gobernador y  las  Cámaras Legislativas tuvieron  la oportunidad de crecerse y actuar con dignidad a favor de los mejores intereses de Puerto Rico. Escogieron el camino fácil de plegarse, una vez más, a las exigencias y amenazas del poder metropolitano. Seguramente, habrán de conformarse luego, cuando nuestro pueblo sienta en carne propia los efectos del PAD y les pase la factura.

Por otro lado, hay  excepciones notables  y esperanzadoras en las Cámaras Legislativas. Reconocemos y felicitamos al grupo de legisladores y legisladoras de todos los partidos, movimientos e independiente, 12 en la Cámara de Representantes y 13 en el Senado  que pusieron a Puerto Rico primero, y votaron NO a la Ley 1003, más allá  de presiones y amenazas. Lo patriótico y lo noble fue oponerse al Plan de Ajuste de Deuda y así lo hicieron.

 

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