El deporte y el público

Especial para CLARIDAD

A los fanáticos y fanáticas del deporte que les gusta ver deporte en vivo

 Hace par de semanas regresé al Yankee Stadium, presenciar un evento deportivo en persona por primera vez en más de un año y medio, fue mágico. En Puerto Rico el Americup de Baloncesto Femenino se pudo celebrar con público, aunque con restricciones. Y otros eventos también van regresando a incluir aficionados. Durante la pandemia sin duda el deporte se vio sumamente afectado; primero al detenerse por completo y luego al irse reanudando poco a poco, inicialmente sin público y luego con muy pocos aficionados. Aunque está lejos de estar en una situación de completa normalidad, vamos viendo cómo poco a poco se va restableciendo, y sin duda el regreso del público a las gradas tiene un gran impacto en un sinnúmero de renglones.

Emocional

El deporte moderno incluye aficionados como parte de su estructura. El atleta y el público tienen una relación simbiótica. Por eso en ocasiones cuando se quiere penalizar a un equipo uno de los castigos más frecuentes en el fútbol europeo es jugar partidos a puerta cerrada. Cuando se reanudó el deporte sin aficionados vimos todas las maneras artificiales de simular la “presencia” de fanáticos. Desde las caras en cartelones, las caras virtuales, sonidos y cánticos, aplausos pre grabados, entre otros. Pero nada de esto sustituye la interacción entre aficionado y atleta, ese grito visceral con el penal cantado injustamente, o ese abucheo constante al mejor jugador del equipo contrario, bailar al ritmo de la música que sale del altoparlante, interaccionar con los otros aficionados. Nada de esto se pudo reproducir por más que se intentara durante la pandemia.

Económico

Económicamente también tener aficionados tiene un gran impacto. Y no solo es la venta de boletos, sino los concesionarios, la venta de mercancía y toda la economía que rodea los eventos, los empleados, los vendedores ambulantes alrededor de los estadios, las líneas aéreas que mueven aficionados, entre otros. En estos días que la Eurocopa se juega en múltiples países, hemos visto cómo aficionados se mueven dentro de Europa siguiendo a sus selecciones y éstos se hospedan, consumen, etc.

Regreso a la normalidad

Hay algo también anímico y simbólico en el regreso a las canchas, parques, estadios y es que ayuda con la sensación del regreso a la normalidad. Es como poder abrazar a los seres queridos después de vacunarse o regresar al trabajo o a la escuela, es añadir a la lista de actividades que hacíamos pre pandemia. Para los aficionados del deporte es importante estar presente e incluso cuando lo vemos por televisión ver y escuchar a otros aficionados allí. Nada más lindo que una cancha o parque lleno.

Para mí regresar al parque de pelota ha sido una de las actividades que más me han alegrado en estos meses de ir regresando a la normalidad. Comprar un hot dog, tomarme una cerveza, cantar “take me out to the ballgame”, gritarle a el equipo contrario, insultar al árbitro por el strike no cantado, era por un momento volver al 2019. Y por la tele me he disfrutado los cánticos en la Eurocopa, los gritos y llantos en los juegos de la NBA y ver el Roberto Clemente vibrar nuevamente.

La noche que volvimos a ser gente”

Cuando el sábado en la noche se fue la luz en medio del juego por la medalla de oro entre Puerto Rico y Estados Unidos en el Americup, porque había aficionados en el Coliseo Roberto Clemente pudieron gritar “fuera LUMA”. También pudieron participar y animar a las jugadoras de ambas selecciones cuando, en medio del apagón, se pusieron a bailar en medio de la cancha. Nada de esto hubiera sucedido sin aficionados. Recordando y parafraseando al gran escritor José Luis González, el regreso de los aficionados trae vida al deporte en ambos lados, los atletas lo sienten y los fanáticos también, es darle humanidad, y esa noche en el Clemente fue evidente, como “la noche que volvimos a ser gente”.

 

Artículo anteriorLa histórica plata del Americup
Artículo siguienteReflexiones: conmemoraciones y política estatutaria en el marco del centenario del 1898