El horror de la duda y la sonrisa en Smile 2

 

Especial para En Rojo

 

¿Qué hay en una sonrisa que aterra? Como una persona que sonríe demasiado, entiendo el impacto. Una sonrisa refleja amistad, empatía y entendimiento. Una sonrisa inspira a una invitación a un trago o a un café porque interpretamos una conexión en el gesto. Puedo sonreír, aunque este destruyéndome por dentro, refleja calma. Me podrían quitar todo, pero la paz interior y la felicidad son emociones subversivas en un mundo que se nos cae. Y espero que mi sonrisa exprese este sentimiento. Sin embargo, una sonrisa también puede esconder la oscuridad. Un asesino con una sonrisa es el terror mismo porque corrompe todo lo que el gesto evoca en el que la ve. Es una paradoja tan horrible como un padre aparentemente amoroso que abusa de sus hijos o un niño que refleja inocencia, pero que detesta a su madre. Este es el golpe que siente el espectador en oscuras maravillas como The Shining (dir. Stanley Kubrick, Reino Unido y EE. UU., 1980) y We Need to Talk About Kevin (dir. Lynne Ramsay, Reino Unido y EE. UU., 2011).  Estamos familiarizados con ciertos signos culturales, pero cuando su significado se altera, la realidad se corrompe y se vuelve de cabeza. Esa es la maravilla del Guasón en cualquier historia de Batman. Mientras el héroe anda rodeado de la noche y blindado de su seriedad férrea; el Guasón y su eterna sonrisa irrumpen llenos de color y armados de juguetes peligrosos. Batman nunca mata la raíz del trauma de su pasado, pero el Guasón, entre risas, asesina a cualquier inocente. Lo familiar se torna en lo bizarro. Esta es precisamente la sacudida que nos promete la excelente Smile 2 (dir. Parker Finn, EE. UU. y Canadá, 2024).

En Smile (dir. Parker Finn, EE. UU., 2022), el director establece los cimientos de la maldición que persigue a los personajes de la película. Sin dar muchos spoilers de la primera película, Rose (Sosie Bacon) es una psicóloga que cae en las garras de la maldición sonriente por presenciar el suicidio de su paciente. Desde ese momento, figuras sonrientes la acechan y alteran su percepción de la realidad llevándola a hacer actos que ella nunca hubiese hecho en su sano juicio. La única manera de escapar es suicidarse o matar a otra persona frente a un testigo. Así, el que observa, hereda la maldición y el maldito original es liberado. Smile 2, tanto como su precuela, comienzan siguiendo a una protagonista que se infecta; vemos cómo su vida gradualmente se transforma en un infierno; luego buscan una manera de contrarrestar la maldición; y, finalmente, ambas enfrentan la amenaza en el conflicto final. El director, Parker Finn, utiliza una premisa sencilla para explorar el horror del trauma y cómo este nos posee alterando la manera en la que navegamos nuestras realidades. En la primera película, la protagonista no solo presencia el suicidio de su paciente por la maldición, sino que también sufre en su juventud la muerte de su madre por una sobredosis de droga. Sus intentos de explicar la aflicción bizarra que la persigue son recibidos por quienes la rodean con desconfianza por su fragilidad emocional. La maldición sonriente y el descenso a la demencia de la protagonista son una metáfora de la duda con la que se reciben las consecuencias del trauma y la seriedad de la salud mental.

En Smile 2, Skye Riley (Naomi Scott) es una artista pop famosa que sufrió un aparatoso accidente de carro. Riley lucha por su sobriedad y con las heridas que marcan su cuerpo y su siquis cuando se topa con la sonrisa maligna. En una referencia a los problemas que afectaron la vida y carrera de Britney Spears, Riley lucha con la presión de la madre (Rosemarie DeWitt) que la mantiene trabajando sin parar. Ella no puede ni considerar que tiene un problema, porque la madre le recuerda sus obligaciones. La sonrisa demoníaca representa la angustia de Riley al procesar sus traumas bajo el escrutinio público. Cada vez que la maldición altera la percepción de Riley llevándola a alguna acción devastadora, sus colapsos son vistos por miles de personas. Sin embargo, nadie realmente escucha su explicación y tanto Riley como Rose, la protagonista de la precuela, se encuentran atrapadas en una celda desesperante que nadie más puede ver.

Smile 2 es una secuela sólida. Esta expande efectivamente en la amenaza del monstruo, que se hace más grande y sus consecuencias más extremas. Al mismo tiempo, la película continúa explorando las frustraciones de estas mujeres ante una sociedad que duda de su experiencia y silencia su voz. La música del compositor chileno, Cristóbal Tapia de Veer, agranda la sensación agobiante de una realidad virada al revés por la maldición monstruosa. De hecho, permanezcan en la sala durante los créditos finales ya que la música combina los gritos de la protagonista haciendo la banda sonora una extensión del horror de la película. Aunque los sustos o jump scares me parecen un recurso sonso para aterrar al espectador, tanto Smile como Smile 2 utilizan muy bien el efecto para sumergirnos en la experiencia de sus protagonistas ante la presencia depredadora y una sociedad que prefiere ignorar sus llamados de ayuda. Pueden ver Smile en diferentes plataformas de streaming y no se pierdan Smile 2 en los cines de la isla. Pero les advierto, es una película de horror y el gore no puede faltar.

 

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