El primer párrafo: breves apuntes sobre nuestro oscurantismo ilustrado

Foto por formulario PxHere CC: https://pxhere.com/en/photo/1189716

 

José Orlando Sued

Necesitamos un país resiliente y emprendedor. Darnos cuenta de que las oportunidades solo son posibles cuando tomamos decisiones arriesgadas; valientes. Nuestro país se construye con la voluntad de saber que necesitamos un cambio urgente y que para lograr esto debemos cambiar nuestro modo de pensar. Romper el molde no debe ser visto como algo negativo, sino como ese primer paso para crear cosas nuevas. Queda en cada uno de nosotros dejar de dar excusas o de concentrarnos en las adversidades. Todas nuestras energías deben estar dirigidas a atrevernos a soñar un nuevo país en donde no juzguemos a los que se arriesgan a proponer esas ideas innovadoras tan necesarias para labrarnos un nuevo porvenir.

El primer párrafo de este escrito no es más que composta retórica saturada de imágenes vacías; una hemorragia de generalidades matizadas por un positivismo enajenante. En ese texto se esconde una maldad sutil que se cimienta sobre un palabreo celebratorio diseñado para hacer lucir como pesimista a cualquier detractor que pida cuentas ante lo que ahí se plantea. El párrafo está diseñado para que los cuestionamientos sobre cómo lograr de modo tangible lo que ahí se “propone” sean vistos como algo que detiene el “progreso”, pues se apuesta a creer que la voluntad va por encima del razonamiento.

Así las cosas, cualquier “líder” que propone un “cambio” cual estrategia de mercadeo puede esconder su falta de conocimiento detrás de soluciones placebo como estas. A esto se suma la condescendencia paternalista de liberar a las masas de la responsabilidad de analizar cualquier propuesta, pues ya el líder se encargó de ello y nos pidió de modo esperanzador que confiáramos en él. Cuando se les hace creer a las personas que carisma y credibilidad son sinónimos es más fácil lograr estos resultados. En la era de la inmediatez embelesante y de las changuerías validadas por “diagnósticos”, queda el terreno fértil para que “atreverse” a creer o a soñar baste y sobre para encubrir cualquier fracaso. De este modo, se invisibiliza detrás de la “valentía” de actuar con inmediatez, la incapacidad de pensar de modo estructurado y crítico.

De igual modo, en un país como Puerto Rico, en donde históricamente se ha criminalizado la palabra libertad, se aprovecha la proscripción del término para vendernos una pseudo libertad fabricada con individualismos exculpadores. Esto crea un terreno fértil para que cualquier preocupación sobre inequidad política o social sea definida como “actitudes negativas que nos quitan la paz”. De eso se nutren los nuevos mercaderes de soluciones mágicas: del deseo reprimido de muchos de sentir que tienen el control, aunque esto sea en mundillos cibersociales en los que fabrican sus triunfos y grandeza mediante ficciones argumentativas inaplicables en el mundo de a pie. Esa es la materia prima de ese nuevo boom hipermotivacional que hace gárgaras con términos como “resiliencia” “liderato” y “emprender”: fabricar significados vacíos alimentados por estados de ánimo, esperanzas y metas tan idealizadas como intangibles. Queda por preguntarse qué se puede construir con este “ejército” de pseudolíderes que maquillan cualquier fracaso decisional o error de juicio detrás de frases infalibles y redentoras tales como “que sea lo que Dios quiera” y “al menos nos atrevimos a intentar algo diferente”.

Es cierto, el pueblo salva al pueblo, pero ese mismo pueblo también tiene la capacidad de autodestruirse y ocultar esa destrucción bajo el alegato de procesos de crecimiento o aprendizaje. De ahí el porqué del primer párrafo de este texto, donde les brindo una muestra representativa de ese “oscurantismo ilustrado” disfrazado de esperanza que hoy está tan de moda. Es necesario evaluar la funcionalidad de este tipo de palabrería para ver si de una vez y por todas nos damos a la tarea de hacerles una autopsia a la dejadez y al vacío político e intelectual que esconden esas frases rimbombantes que dicen todo y nada al mismo tiempo.

31 de diciembre 2024

 

 

Artículo anteriorDedicarán concierto a Mercedes Sosa
Artículo siguienteMarchan en rechazo a políticas migratorias