Invertir en la UPR como motor del desarrollo

 

 

Especial para CLARIDAD

La Junta de Control Fiscal (la Junta) ha proyectado que a “pesar de la llegada de unos $10,000 millones anuales en fondos federales, la economía de Puerto Rico no logrará volver a crecer hasta el año fiscal 2027, y lo hará a penas un 1.7%. Luego regresará a un periodo de estancamiento y contracción.” La proyección del futuro depende de las decisiones u omisiones que adoptemos en relación con los problemas que nuestra sociedad enfrenta y que, de no resolverse, complicarán nuestra situación. Esta proyección de futuro de la Junta surge de la observación de tendencias y problemas del presente, y una seleccionada de factores, premisas o supuestos que adolece de estudios profundos. Pero podemos tener otro futuro que no sea de “estancamiento y contracción”. Es el momento en el que se requiere un cambio y tomar consciencia de lo que sucede. Imaginar ese futuro tomando en cuenta la evaluación del momento, diseñar e imaginar salidas a la situación actual, para poner el acento en los problemas de fondo que nos aquejan. Es entender la urgencia de un cambio de rumbo y las consecuencias de nuestras acciones y modo de funcionamiento actual. La Junta no ha diseñado esos posibles futuros, no ha estudiado la economía, los problemas y la sociedad puertorriqueña para poder buscar alternativas y nos llevan por la ruta equivocada al enfocarse en pagar la deuda, con sus planes de ajuste fiscal, privatizaciones, corrupción, en destruir la educación en especial la universitaria y en el secuestro del Estado (la captura y cooptación).

Mediante las metodologías de planificación se pueden elaboran escenarios futuros a mediano y largo plazo, para estimar las consecuencias de mantener los patrones actualmente prevalecientes y buscar alternativas combinando variables sociales, financieras, políticas, demográficas e institucionales en los estudios y análisis. Imaginar el futuro es una herramienta crítica y libertaria que tenemos que hacer, pues la Junta y el Gobierno no le interesa.

Primero debemos comprender que hay varios pasos para diseñar escenarios futuros, hay que entender las relaciones entre los factores de interés dentro de un sistema para crear un o varios modelos. Después, modelar esos escenarios con sus posibles consecuencias. Luego, medir las alteraciones en el comportamiento de varios factores, para comprender sus efectos sobre el comportamiento del sistema en su conjunto. Entonces, observamos las variables a partir de los cuales, los cambios en el nivel de intensidad de una alteración provocan cambios cualitativos en el funcionamiento del sistema, produciendo nuevas sendas de evolución. Así vamos descubriendo y modelando los efectos de estos cambios cualitativos y cuantitativos sobre las condiciones actuales, para formular sugerencias y ajustar las condiciones vigentes a fin de evitar la entropía generada por las alteraciones modeladas. Pero en el mismo la participación ciudadana es un elemento transversal en cada paso, para definir las necesidades y los objetivos a lograr, con procesos transparentes en todo momento. Entonces podemos decir tenemos un modelo de desarrollo.

Puerto Rico es una sociedad de ingresos medios, con desarrollo humano y una democracia comprometida con los intereses de los administradores coloniales y los que mueven los hilos de la corrupción, la captura y cooptación del Estado, la Junta. Esos intereses fueron acumulando serios problemas en la producción y distribución de la riqueza y en la sostenibilidad y funcionamiento de las instituciones del sistema de inversión social, en la distribución del presupuesto, especialmente en salud, educación, vivienda, seguridad social y las pensiones. El país se encuentra en la denominada “trampa de los ingresos medios”, que afecta el desarrollo económico y no permite alcanzar un cierto nivel de ingresos gracias a las ventajas adquiridas por su situación previa donde se ha quedado estancado, con una fase de lento crecimiento económico. No se resuelve el problema de la equidad y ha agravado el problema de la pobreza y la desigualdad. Sigue insistiendo en la economía de enclaves de alta tecnología y farmacéuticas, comercio y servicios empresariales que ha creado diferenciales de productividad crecientes que alimentan la desigualdad distributiva y de salarios y no puede atender los desafíos provenientes de la situación estructural colonial, la demografía y los eventos naturales que puedan ocurrir. La Junta sigue repitiendo los mismos errores, todavía somos un enclave, que refleja problemas en el mercado laboral, en la grave crisis fiscal del Estado y la corrupción. Enfrentamos la combinación de una baja recaudación tributaria (pero seguimos creando paraísos fiscales), altos niveles de gasto (muchos de ellos en la corrupción, contratos de asesores y no en servicios esenciales), déficits fiscales y un peligroso endeudamiento que se agrava con la restructuración de la deuda ilegal e ilegítima, que hace que paguemos más. Además de la captura y cooptación del país por parte de la Junta, que controlar de manera sistemática las decisiones del Estado con el fin de producir ganancias económicas ilegales a los bonistas dentro de un contexto de alta impunidad.

La fragilidad estructural puertorriqueña, que es la colonia, no hace posible cambiar el estilo de desarrollo. La imposición de la Junta agrava la condición colonial de falta de poderes y a quién debe responder los intereses económicos. Dentro de la colonia se requiere implementar estrategias y políticas novedosas para enfrentar viejos y nuevos problemas que no están siendo adecuadamente atendidos. La “democracia” muestra síntomas de erosión en el apoyo ciudadano, debido a la corrupción y captación del Estado, al problema en la representación política y su creciente incapacidad para propiciar el progreso social y económico del pueblo mediante acuerdos políticos y sociales que son bloqueados por la Junta y su interés económicos.

Esto produce el lento crecimiento económico que se transformó en una recesión que se agrava con los problemas de huracanes, terremotos y la pandemia. Que disparara la pobreza (la brecha entre ricos y pobres se agranda con un coeficiente Gini de 0.4818 según la Oficina del Censo), agrava la exclusión y sexismo, y el desempleo. Continua agravando los problemas fiscales del Estado y los municipios con los recortes y el tener enfrentar los problemas sociales y ambientales. La economía de enclave amplia las brechas estructurales en la economía. Ante los recortes y desviación de fondos se profundizaron los problemas de sostenibilidad financiera de los sistemas públicos de educación, educación universitaria, salud, vivienda y pensiones. Además de tener que pagar más deuda, comprometiendo los recaudos con la deuda ilegal e ilegítima renegociada por la Junta. Y a pesar de la entrada de fondos federales, los mismos no se utilizan para lograr desarrollo y crecimiento, se usan, mueven la economía temporalmente pero no tiene efectos a largo plazo.

El Marco Estratégico del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC) ante complejísimo y difícil panorama de Puerto Rico es enfrentarlo con consignas, llamado “Propósito”, es la abdicación a pensar, la entrega a los intereses corporativos de los procedimientos para atender los problemas reales que enfrentamos y el no cumplir con analizar y estudiar la sociedad puertorriqueña. Los eslóganes, el repetir formulas fracasadas y la falta de evaluación pierden eficacia ante los problemas complejos, como: el envejecimiento de la población y su reflejo en los sistemas de pensiones y sistemas de bienestar social; los efectos previstos de la crisis climática y los eventos naturales extremos; las tendencias de la migración, la exclusión, falta de empleos y la pobreza; la estructura de la economía como enclave, con los bajos salarios y la falta de derechos laborales; la severa y prolongada crisis fiscal y de la deuda ilegal e ilegítima; la reducción de los servicios esenciales y sus efectos en la calidad de vida; la reducción en fondos en la educación y en la Universidad de Puerto Rico (UPR): y la revolución científico-tecnológica que transforma las fuentes energéticas, las relaciones económicas, laborales, educativas y políticas.

Pero hay límites que debemos entender: nuestra dotación de factores y los logros en el desarrollo humano; y la posición geoestratégica y las crisis ambientales diversas. Y el límite mayor es el estructural, es la colonia y en ella la Junta, sus administradores coloniales y la corrupción.

Cuando señalamos nuestra dotación de factores del capital natural y humano es porque es nuestro activo mayor. Pero los mismos hay que fortalecerlos el capital natural y humano requiere una fuerte inversión en conservación, en inversión social y en conocimiento científico tecnológico, para sostener el acervo patrimonial, natural y humano. En la población reducida se impone, invertir en la calidad de nuestra poca mano de obra para aprovechar oportunidades de desarrollo, con una población altamente educada y entrenada. Defender la UPR y el sistema de educación de calidad es urgente, para tener un ramillete sofisticado de habilidades, conocimientos y destrezas que los haga capaces de generar los ingresos para sostener el progreso del país. Tener una juventud preparada que puedan enfrentar el futuro con creatividad e innovación, haciendo investigaciones, creando conocimientos, desarrollando productos y procesos, con personas calificadas y preparadas en todo tipo de conocimiento.

Geoestratégicamente la localización impone dos retos. Se encuentra ubicación cerca del principal mercado mundial (EEUU), pero carece de relaciones exteriores para atraer inversiones e intercambios sociales y culturales de otros países. Los demás países tienen esa ventaja, que la colonia no permite. Por eso el modelo de desarrollo debe enfrentar la necesidad de diferenciar nuestro escenario económico y logístico en relación con otras naciones en el Caribe, creando ventajas en nichos especializados. Por eso invertir en la educación universitaria es nuestra salvación. Ya lo fue en una época y ahora es urgente para enfrentar la economía del siglo XXI.

Pero estar en el Caribe y ser archipiélago hace vulnerable al país a los efectos del cambio climático y los eventos naturales extremos, por eso debemos desarrollar maneras innovadoras para mitigar y adaptarse a estos efectos. Maneras que también puede ser un nicho especializado. El no hacerlo tendrá consecuencias disruptivas sobre los fundamentos sociales, culturales, económicos y ecológicos de Puerto Rico.

El reto colonial es un asunto a resolver, pero podemos exigir que la Junta se vaya, no ha resuelto los problemas económicos y sociales, los ha agravado, la deuda pública es más insostenible, la corrupción sigue creciendo, los servicios esenciales son precarios, al igual que los salarios y la vivienda, destruye nuestro activo principal – la UPR-, y sólo ofrece más estancamiento y contracción económico. Sus políticas hacen que la economía del crimen aumente con todos los problemas sociales envueltos, además de convertir a Puerto Rico en un paraíso fiscal, que excluye y crea gentrificación en el país. La Junta ha creado más problemas, agravado la pobreza y destruido la capacidad de Puerto Rico para reconstruirse, expulsando población, atacando la educación, a las poblaciones envejecidas, a las poblaciones marginas, y controlando de manera sistemática las decisiones del país, con el fin de producir ganancias económicas ilegales. Genera violencia sistémica e institucional contra la población, violenta derechos humanos y por eso el primer paso es que sea eliminada junto con la Ley PROMESA. Entonces trabajaremos con el problema de los administradores coloniales corruptos y su impunidad.

La alternativa para Puerto Rico comienza con fomentar la economía del conocimiento, invirtiendo en el conocimiento humano para generar valor y ofrecer a la sociedad nuevos productos y servicios en la innovación científica y tecnológica, en creación en un sentido amplio: social, cultural, ambiental, salubrista y técnica. La economía del conocimiento genera valor y ofrece a la sociedad nuevos productos y servicios, que pueden ser aprovechados por todas las ramas de la producción. Debemos fortalecer el papel de la Universidad de Puerto Rico en el desarrollo, la investigación y la innovación, ya que tienen una especial responsabilidad al ser un vector de innovación aplicado al cambio social, cultural, económica, tecnológica y en su infraestructura.  La inversión social en el capital humano, lo coloca al servicio de la imaginación y al diseño soluciones alternativas a los problemas que nos aquejan. El momento de la creatividad, la imaginación y la innovación de esa economía del conocimiento se impone. Hoy al igual que ayer la UPR es el motor del desarrollo. Sin investigación, creación de conocimiento e innovación no hay viabilidad nacional.

Durante la pandemia, los huracanes y terremotos la UPR desplegaron iniciativas comunitarias, tecnológicas y de apoyo social a la población que tuvieron impactos reales, poblaciones abandonadas por el Estado. El valor económico de la UPR, sus efectos multiplicadores ha sido estimado y demostrado que es de alto rendimiento (Alameda y González, 2017). La inversión en educación justifica seguir invirtiendo en la educación universitaria, en la investigación, la innovación y el desarrollo de conocimiento, si queremos un futuro mejor.

La UPR tienen que tener un diálogo constructivo y crítico con toda la sociedad, sin exclusiones, para descubrir los acuerdos políticos básicos que nos permitan romper las cadenas de la inercia, mediante acciones concretas que contribuyan a generar mejores oportunidades empresariales, laborales y sociales, maneras de aumentar la productividad de nuestras actividades económicas, de encontrar soluciones a los graves problemas financieras, de proveer los servicios esenciales para la sociedad, de mejorar la educación, la salud y la calidad de vida. Además de fomentar la inclusión y la equidad social.

La Junta debe entender que la inversión en la UPR es la salvación para Puerto Rico.

 

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