La Habana, ciudad sin terminar

Alejo Carpentier

Porque todos los elementos de la perfección coexisten en La Habana: un malecón comparable únicamente con los de Niza y Río de Janeiro, un clima que propicia flores en todos los tiempos; un cielo que no cubre los pavimentos con lodos grises; una situación geográfica que pone decoración de mar, nubes o sol, al final de cada calle…

Y sin embargo…

La Habana es la ciudad de lo inacabado, de lo cojo, de lo asimétrico, de lo abandonado. Desde niños estamos habituados a tropezarnos, cada día, con solares yermos, donde se amontonan latas cada vez más seculares, desperdicios cada vez más diversos. Durante años padecimos el desierto en donde habría de alzarse el Capitolio, cubierto de ruinas evocadoras de las primeras grandes mangaderasde nuestra vida republicana. (Al menos, tenían un valor histórico.) Durante años hemos estado padeciendo aquel erial que se extendía a un costado de la Terminal, ofreciendo al viajero que llegaba de la provincia un panorama capitalino lleno de acusaciones. Pero aún quedan otros… Me dirán algunos optimistas que esos terrenos abandonados en pleno centro de la capital suelen ser útiles a las novenas de pelota que en ellos sientan sus fueros de bate y mascota los domingos. Pero a ello podría objetarse que esta inesperada contribución a la Comisión de Deportes resulta – y es lo menos que pueda decirse – oficiosa y casi indeseable.

Para desgracia nuestra, el Malecón fue poblado de casas en épocas en que los contratistas catalanes hacían estragos en nuestras avenidas y repartos, con sus columnas compradas al por mayor y balaustradas a tanto el metro. Pero también debe reconocerse que se ha hecho muy poco por embellecer ese corso que disfruta del adorno de puestas de sol únicas en el mundo. La explanada de la Punta – remate del Prado – se ha transformado, después de su ensanche, en un pedregal, donde hasta los perros temen aventurarse, por miedo a lastimarse las patas. ¡Y no se hable del extraño sedimento de glorieta, resto de algo informe, que nos hace pensar en ciertas fotos recientes de bombardeos de Londres!… Sic transit

(Fragmento) Tiempo, La Habana, 10 de diciembre de 1940

 

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