La Legislatura pica fuera del hoyo

Vilmarie Rivera Sierra. Foto Alina Luciano/CLARIDAD

 

 

Especial para CLARIDAD

 

Hacía algún tiempo que no iba a el Capitolio de Puerto Rico a otra cosa que no fuera participar en alguna de las múltiples protestas que allí son convocadas para manifestar indignación y exigir acción en torno a los desmanes y atropellos que enfrenta el Pueblo. Trato de proteger la paz de mi espíritu de los procesos legislativos que, con frecuencia, carecen de sentido común y nada tienen que ver con las necesidades de la gente que paga los salarios de quienes allí se sientan literalmente, pues lo hacen sin ningún propósito que lo justifique. Las pocas veces que el activismo por la defensa de los derechos humanos y la responsabilidad de hacer alguna aportación a favor de la equidad y la justicia o la necesidad de representar a alguna organización requieren que comparezca a alguna vista pública o sesión legislativa, casi me obligo a hacerlo, pues sé que saldré de allí disgustada y, casi siempre, con un desagradable sentimiento de vergüenza ajena.

Así ocurrió con la vista de confirmación de la Procuradora de las Mujeres designada, Vilmarie Rivera Sierra, el pasado 16 de marzo.  El proceso estuvo a cargo de la Comisión de Nombramientos del Senado, la cual dirige José Luis Dalmau, presidente del cuerpo legislativo y, hasta el próximo mayo, del Partido Popular Democrático (PPD). Luego de caminar un largo trecho bajo el sol candente por la Ave. Constitución, debido a la distancia del estacionamiento, de esquivar las patéticas estatuas de los presidentes de Estados Unidos que han visitado el País (afortunadamente todavía no han colocado la de Donald Trump con el rollo de papel toalla en alto), me uní a las compañeras que llegaron allí con el mismo propósito. Tengo la certeza de que la mayoría de las personas en el salón de vistas favorecíamos el nombramiento.

Entonces, comenzó “la función”. Entre los primeros en llegar estuvo Thomas Rivera Schatz del Partido Nuevo Progresista (PNP) con el gesto hosco que lo caracteriza.  Se arrellanó en la silla, como si estuviera viendo televisión en su casa.  También hizo acto de presencia Joan Rodríguez Veve del Proyecto Dignidad (PD).  Otras senadoras y senadores del PPD y del PNP también asistieron. Uno de los últimos en presentarse fue Gregorio Matías Rosado, quien hizo gala de su carácter destemplado y tono irrespetuoso en la formulación de preguntas a la Procuradora. Con la presencia de María de Lourdes Santiago del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), de la Lcda. Ana Irma Rivera Lassén y Rafael Bernabe de Victoria Ciudadana (VC), nos sentimos dignamente representadas y respiramos un poco mejor.  La Sra. Rivera Sierra hizo gala de una gran serenidad cuando leyó una ponencia muy completa en la cual destacó su procedencia familiar, formación académica y profesional, el compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres y experiencias de trabajo en el albergue para sobrevivientes de violencia de género que dirigió, en la creación y presidencia de la Red de Albergues y como representante de las organizaciones no gubernamentales de mujeres (Ongs) en el Comité de Prevención, Apoyo, Rescate y Educación de la Violencia de Género (PARE).

De manera precisa, que denota el trabajo que ha estado haciendo desde que llegó a Oficina de la Procuradora de las Mujeres (OPM), la deponente describió lo que encontró cuando llegó a la entidad. Por su relato confirmamos lo que las organizaciones de mujeres habíamos estado denunciando desde el activismo: escasez de recursos humanos, falta de diversificación en la búsqueda de fondos para poder hacer la labor que la ley orgánica de la procuraduría (Ley de 20 de 2001) le exige,  la inexistencia del Consejo Consultivo de la OPM, que la Junta de los Programas de Desvío está inoperante y no supervisa los programas probatorios para las personas convictas por la Ley 54 de Violencia Doméstica, entre muchas otras cosas.  También abordó su propuesta de plan de trabajo, que no está limitada, como no debe estarlo, al grave problema de la violencia machista, sino que incluye también las necesidades de desarrollo económico vinculado a la pobreza de las mujeres, el acceso a los servicios de salud, la escasez de viviendas, el vínculo con las ONGs, por mencionar algunas.

Las preguntas de Rivera Schatz estuvieron dirigidas a algunos de los hallazgos de unas monitorías que la OPM le hizo al albergue que la designada dirigió durante 18 años.  No son recientes, no tienen que ver con malversación de fondos y los señalamientos fueron corregidos. Tanto así que, hasta el presente, la casa de acogida ha continuado recibiendo la aprobación de propuestas de la Procuraduría y otras entidades, incluso del gobierno federal. Era obvia la mala intención del senador quien desde que el gobernador hizo pública la designación, se opuso de forma visceral. Documentos presentados después de la vista, como exigió Rivera Schatz y algunos otros comisionados confirmaron lo dicho por la designada.  Por su parte, Rodríguez Veve recurrió a su costumbre de exigir a las personas en vistas públicas que contesten con si o no las preguntas, como si estuviera de fiscala en un tribunal de justicia. Cuando la deponente le indicó en algunas ocasiones que no podía contestar de esa manera, entonces dio por sentado que la respuesta era la esperada por ella. Buscaba establecer en récord lo que entendía perjudicaba a la Procuradora.  Es parte de “la función.”

No sabemos cuál será el resultado final en cuanto a la confirmación de la Procuradora.  Si fuera por los méritos, compromiso con los derechos y la equidad para las mujeres, su independencia de criterio, como requiere la legislación, tendría que ser confirmada. Pero, es muy sombrío lo que ocurre en la Legislatura.  Resultan electas personas que no nos representan. Hasta en el caso de muchas de las mujeres que ocupan los escaños, asumen posturas e impulsan legislación que atropella reivindicaciones que ya hemos alcanzado, como han pretendido con los derechos sexuales y reproductivos. Con las excepciones antes mencionadas y a las que sumo a la compañera Mariana Nogales Molinelli junto a pasadas legisladoras como Velda González, Olga Cruz, María Libertad Gómez, no podemos sentirnos orgullosas, sino decepcionadas.  En cuanto a los varones, qué podemos decir cuando hay gente como los tres proponentes del disparatado proyecto sobre el aborto que pretendía imponer hasta 25 años de cárcel a la mujer que abortara dentro de las primeras 10 semanas de embarazo y luego del que promueve la castración química de agresores sexuales convictos. Tres actores de “la función” que están en su segundo cuatrienio, pero son desconocidos, excepto en sus casas: José “Memo” González, Yazzer Morales Díaz y Wilson Román López.  Si no fuera tan trágico provocaría risa.

La Legislatura está picando fuera del hoyo, cuando lo que realmente se necesita es una verdadera fiscalización, no destructiva ni partidista, de lo que hacen las otras ramas de gobierno y también la empresa privada con relación a la legislación y las políticas públicas. También urge tomar medidas contra la corrupción y el inversionismo político.  Necesitamos que se legisle para atender las necesidades de la gente y para que haya un desarrollo económico que atienda la pobreza y la dependencia.  Las mujeres exigimos un presupuesto nacional con perspectiva de género que tome en cuenta nuestras necesidades. Hemos llegado al límite de tolerancia respecto a las privatizaciones y medidas neoliberales que socaban nuestro futuro como pueblo. Basta de legislar para llamar la atención de los medios de comunicación y para recibir un salario que no justifican con su trabajo. Si Vilmarie Rivera Sierra no es confirmada no veo otra opción que tirar la OPM a pérdida.

Las personas que votamos cada cuatro años, también somos responsables de hacerlo de forma sabia.  Desde luego que entendemos y respetamos por qué hay gente que no ejerce esa opción y por ello no pierden el derecho de exigir equidad y justicia.

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