Louise Michel: Maestra revolucionaria universal

Especial para CLARIDAD

Louise Michel fue una de las líderes y combatientes destacadas de la Comuna de París de marzo-mayo de 1871. Cuando el gobierno de la burguesía (empresarios, banqueros y comerciantes capitalistas), con fuerzas militares superiores, logró derrocar la Comuna y ahogarla salvajemente en sangre, Michel se libró de los fusilamientos en masa. Pero fue procesada por el gobierno verdugo y sentenciada a seis años de prisión en la lejana colonia francesa de Nueva Caledonia, una pequeña isla al este de Australia.

Mientras estuvo en la isla-prisión, y luego de la amnistía para los communards sobrevivientes en 1880, Michel se mantuvo en incesante lucha política. Desde que cobró conciencia social no dejó de luchar por los oprimidos, los trabajadores, los niños y los pobres en general hasta el último día de su vida. Louise Michel no fue desconocida en su tiempo en Puerto Rico.

Vamos primero a considerar su biografía de manera resumida. Luego examinaremos noticias e imágenes que se proyectaron sobre ella en varios periódicos del último tercio del siglo 19 e inicios del siglo 20.

Louise Michel         

Una buena relación de sus datos biográficos fue escrita por la historiadora Véronique Fau-Vincenti en Dictionnaire des anarchistes(versión en línea, internet, 2020). Esta fuente, a su vez, forma parte de la gran obra multi-volumen editada por el especialista en la historia obrera Jean Maitron, Diccionnaire biographique du Mouvement ouvrier François, 44 tomos (1964-1997). La información general que sigue proviene de esta obra, a lo que añado algunas pinceladas historiográficas.

Louise Michel nació en el pequeño pueblo de Vaincourt-le Côte, en el noreste de Francia, el 29 de mayo de 1830. Era hija natural de Marie Anne Michel, criada doméstica en la casa de monsieur Charles Étienne Dehamis; éste o su hijo Laurent fueron responsables del embarazo abusador. Sin embargo, gracias a su abuelo y abuela, de orientación liberal y republicana (favorecían la abolición de la monarquía)  ella recibió una educación básica no común para sus circunstancias sociales.

A los 20 años aspiraba a ser poeta y en 1850 conoció al novelista, poeta y dramaturgo Victor Hugo (1802-1885), con quien mantuvo correspondencia hasta 1879. Louise estudió para ser maestra, pero no pudo ingresar en el magisterio público en 1852 por negarse a prestar juramento al emperador Luis Napoleón Bonaparte III (sobrino de Napoleón I). Este llegó al poder por un golpe de estado el 2 de diciembre de 1851. Napoleón II murió joven a los 21 años en 1832. Sobre aquel contexto el científico social y revolucionario Karl Marx (1818-1883) publicó dos ensayos de historia fundamentales, La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850, publicado originalmente en Neue Rheinische Zeitung: Organ der Demokratie, en Colonia (1850) y El 18 Brumario de Luis Bonaparte, primero impreso en Die Revolution, de New York (1852). Durante los siguientes 15 años ella trabajaría como maestra en escuelas privadas.

Sensibilizada por el cuadro de miseria en su pueblo natal la joven Louise solicitó a dos alcaldes, en 1852 y 1855, que instituyeran un “Bureau de bienfaisance” (beneficencia) para dar asistencia a los pobres. Más tarde, en 1881, publicó una novela titulada La Miseria. En 1855 se mudó a París, según relató en sus Memorias(1886), para combatir al gobierno del Imperio. Allí se incorporó a la organización Société  pour la Revendication du Droit des Femmes, fundada en 1866, que se reunían en casa de la periodista y feminista Victoire Léodile Béra, conocida por el seudónimo André Léo (nombres de sus hijos gemelos).

Viendo la pobreza igualmente en la gran ciudad, junto a un grupo fundaron en 1867 la Société des Équitables (Sociedad de Justicia), como cooperativa de consumo. Por esos años hizo amistades con jóvenes de filiación republicana, fourieristas y blanquistas. Es decir seguidores de las perspectivas políticas del economista Charles Fourier (1772-1837), socialista utópico y promotor del cooperativismo, y del socialista libertario Louis Auguste Blanqui (1805-1881), organizador del movimiento estudiantil parisino y quien tuvo muchos seguidores. Entre los jóvenes amigos estaban Eugène Varlin y Théophile Ferré, muertos en la represión de la Comuna.

En 1864 se fundó la Asociación Internacional de los Trabajdores (AIT) en Londres, en donde figuraba Marx como uno de los máximos dirigentes. La AIT estableció secciones en varios países de Europa y en París, incluso en los 20 arrondisements(distritos) de la ciudad. La biógrafa Fau-Vincenti plantea que Michel probablemente perteneció a la sección de la AIT en el distrito 18 de Montmartre, donde hubo gran concentración de familias obreras. La población de París reunía unos 2 millones de habitantes.

Louise Michel no estaba ajena a la situación colonial de Argelia, así como la de Cuba y Puerto Rico. Enterada de la guerra que se libraba en Cuba (1868-1878), reivindicaba su libertad y de todas las colonias.

En julio de 1870 la monarquía de Napoleón III, buscando consolidarse como gran potencia imperialista en Europa, declaró la guerra a Prusia (Alemania del norte) dirigida por el ministro Otto von Bismark, en disputa por los territorios fronterizos de Alsacia y Lorena. Francia fue derrotada y su emperador fue capturado el 1° de septiembre; pero la guerra siguió por un Gobierno provisional de la burguesía encabezada por Adolphe Thiers. La AIT y la izquierda francesa se oponía a la guerra y promovió la solidaridad de los obreros, empezando con los franceses y alemanes.

París estaba defendida por la Guardia Nacional en todos los distritos, con mayoría obrera y afiliados de toda la gama de la izquierda política. En 1870 Louise Michel fue electa presidenta del Comité Republicano de Vigilancia de su distrito. Allí había establecido una escuela basada en principios libertarios con más de 200 alumnas. En su libro La Comuna, publicado en 1898, ella narra el episodio del 31 de octubre en que junto a Gustave Flourens y decenas de patriotas del pueblo fueron presos y el gobierno prohibió las organizaciones de izquierda. Desde ese momento se puso en boca de todos “¡Viva la Comuna!”.  El capítulo 9 se titula La mujer del [18]70. Entre ellas, también se destacó la joven rusa de 20 años Elizabeth Dmitrieff, una de las organizadoras de la Unión de Mujeres. Invitamos a todo el mundo a leer esta joya de libro, digitalizada y accesible en internet.

Cuando el gobierno de Thiers, operando desde Versalles a las afueras de París, acometió con sus tropas a la ciudad, la movilización organizada por Michel impidió que se apoderaran de la artillería de Montmartre el 18 de marzo de 1871.Unos días después, el Comité Central de la Guardia Nacional proclamó la Comuna de París, el 28 de marzo de 1871. Este fue el primer gobierno netamente obrero en la historia de la humanidad. En los dos meses intensos que duró la Comuna, Louise Michel militó en diversas actividades sociales y como combatiente en las barricadas patrióticas populares. El gobierno de Thiers negoció con Bismark la devolución de cien mil soldados prisioneros. Fue con eso, y armamento superior, que derrocaron la Comuna el 28 de mayo. El gobierno represor dio la cifra de 30,000communardsejecutados. Michel observó que 100,000 estaría “menos lejos de la verdad”. Louise se entregó a cambio de que no mataran a su mamá capturada (quien la ayudaba en la escuela de Montmartre). Le dijo al fiscal que presidió su consejo de guerra que ella asumía sus actos y que ordenara el plomo de fusilamiento que le tocaba.

Conociendo las simpatías que tenía en la población, el juez no se atrevió a dictar su fusilamiento. Michel fue deportada junto a 4,500 prisioneros a la isla de Nueva Caledonia.  Luego de dos años presa en París, embarcaron el 10 de diciembre de 1873 a la isla-prisión, en viaje de cuatro meses. Nueva Caledonia se refiere a un archipiélago de varias islas de Melanesia, área cercana a Australia. Habitada por el pueblo kanak, cuya antigüedad se remonta a la cultura lapita, evidenciada con artefactos cerámicos de hasta 1500 antes Cristo. Por un capricho imperialista del capitán explorador inglés, James Cook, en 1775 le llamó “Nueva Caledonia” aludiendo a la zona de montañas Caledonia, de Escocia; nada que ver con aquel pedazo del planeta.

En sus casi siete años presa allí, entre otros hechos, Louise Michel recopiló información sobre las leyendas, costumbres e idioma kanak (un trabajo de antropología). Fue maestra de los niños y niñas y cuando le cerraron la escuela, los reunía en un bosque. Apoyó el movimiento nativo de los cacicazgos kanak y a su jefe Atai por la independencia en la rebelión de 1878. Las autoridades imperialistas francesas los reprimieron durante seis meses, matando a 1,200 kanakas incluyendo a Atai. “Los kanakas”, protestó Michel, “luchaban por la misma libertad por la que nosotros luchábamos en la Comuna” (Kaos en la red, 2014); esa cuestión colonial continúa hasta el presente. Michel contradijo la propaganda del gobierno sobre Nueva Caledonia en su novela L’Évadé: roman canaque (1884). Compartiendo con otros presos, conoció las concepciones políticas del anarquismo, que abrazó de ahí en adelante. Entre ellos estaba el joven Charles Malato, más tarde autor de La Philosophie de l’Anarchie(1889).

En esos años hubo cambios de gobierno en Francia. Michel fue beneficiada de la amnistía total para los comuneros el 11 de julio de 1880. Esta fue promovida por Luis Blanc en la Cámara de Diputados y por Víctor Hugo en el Senado. Luego de su regreso a París a donde llegó el 9 de noviembre ofreció numerosas conferencias en Francia,  Inglaterra, Bélgica y Holanda. En 1881 tuvo a su cargo la despedida de duelo del veterano revolucionario Blanqui. En ese año también asistió al Congreso Internacional Anarquista de Londres. Contrario a la imagen falsa y tergiversadora de los gobiernos de los estados capitalistas, desde sus postulados filosóficos y políticos, anarquía no tiene nada que ver con desorden y caos: significa autogobierno del pueblo, orientado por fines sociales primordialmente, y sin la institución del estado. Desde aquellos tiempos, socialistas y anarquistas han compartido el deseo de ver la extinción del estado; y han tenido diferencias serias (marxistas versus bakuninistas, por ejemplo) en cuanto al camino de llegar a ello y a las formas de organización. Los últimos se refieren a Mikhail Bakunin (1814-1876), uno de los principales exponentes del anarquismo socialista.

En 1883 Louise Michel participó de la Manifestación de los Trabajadores de París. Acusada de promover el saqueo de panaderías fue sentenciada a seis años de prisión, sentencia luego conmutada. En 1888 sufrió un atentado a su vida (herida de bala) y hubo otros. Por el 1890 participó en las actividades del 1° de mayo a favor de la jornada de 8 horas laborales.

El recorrido político de Louise Michel comenzó con el cristianismo crítico en su adolescencia. Como joven y adulta transitó al republicanismo democrático, el socialismo y el anarquismo. Aunque en sus últimos años se le identifica más como “agitadora anarquista”, creo que en el fondo combinó todos estos elementos.  Hay quien dice que fue la primera en ondear la bandera negra de los anarquistas. Su bandera principal fue la de la solidaridad internacionalista de los trabajadores y de las naciones en su lucha por la justicia social, la libertad y la paz mundial.

Durante toda su vida de militancia política Louise Michel estuvo bajo vigilancia policíaca, y fue perseguida, atropellada, encarcelada y calumniada en innumerables ocasiones. En 1895 enfermó gravemente de gripe y en 1902 tuvo un primer padecimiento de pulmonía. Luego de una estadía corta en París en 1904, a sus 74 años viajó a Argelia y estuvo dando conferencias políticas por el sur de Francia. En enero enfermó gravemente, y murió de pulmonía en Marsella el 9 de enero de 1905. Fue enterrada en París; le acompa؜ñaron al cementerio de Levallois-Perret 120,000 personas.

Hostilidad, burla y espanto

  ¿Qué se dijo sobre Louise Michel en Puerto Rico? Acerca de la Guerra Franco-Prusiana y de la Comuna de París se tuvieron noticias en Puerto Rico desde sus inicios hasta su desenlace. Sin embargo, sobre Louise Michel, en los periódicos que han sobrevivido y accesibles (digitalizados) en esta investigación, las referencias a ella corren de 1881 a 1905. Es decir, luego de la amnistía y un poco después de su regreso a París en 1880. En la prensa en Puerto Rico siempre se traduce su nombre al  español: Luisa Michel.

En la década de 1880 donde se prestó atención a Louise Michel y a sus pasos políticos fue, principalmente, en el Boletín Mercantil de Puerto Rico(BMPR). En sus artículos y breves noticias ella fue tratada continuamente con hostilidad, insultos, difamación y burla. De ese periódico – que se subtitulaba entonces “Órgano de los Españoles sin Condiciones” – no había que esperar nada menos. Era representativo y portavoz del Partido Incondicional Español y de la clase dominante española (terrateniente, financiera y comercial) en la colonia de Puerto Rico. Eran conservadores y reaccionarios, invariablemente antiobreros, sostenedores del despotismo militar y represores no solo de los independentistas, sino de los liberales reformistas.

En un comentario político de enero de 1881, preguntan: “¿Qué va a ser de Francia? Verdad es que allí predican hoy vampiros con faldas como la comunista enragéLuisa Michel”, esto es, la comunista furiosa. Y citan de Le Figaro(París) donde se refirieron a “esa loca de Luisa Michel”. También la llamaron “el marimacho Luisa Michel”. (BMPR. año 43, n. 6, 14 enero 1881, p. 2).

Para los miopes del Boletín Mercantil resultaba incomprensible la ironía con que Michel trató las elecciones municipales de 1881. El propio parte noticioso expone su intención: “Luisa Michel, revolucionaria de la Commune, que ha estado en Nueva Caledonia sufriendo las penas correspondientes a sus delitos, pronuncia arengas muy aplaudidas por los demagogos…ha tenido la singular idea de proponer para los cargos municipales las candidaturas de los muertoscomo homenaje a la memoria de los Delescluze, Flourens y otros comuneros”. (BMPR, año 43, n. 10, 23 enero 1881, p. 3).

Desde la década anterior abogaban por el progreso de la educación de la mujer figuras como Eugenio María de Hostos, autor de La educación científica de la mujer(1872) y Alejando Tapia y Rivera, editor de la revista La Azucenadedicada a las mujeres. Los machistas del Boletín Mercantilpublicaron un apartado en 1881 bajo el título de “Juan Contento” que pone de manifiesto su pensamiento y con lo que creían ser muy graciosos: “Este prójimo está muy satisfecho porque ha visto en cierto pueblo mujeres que leen, que recitan, que cantan y tocan el piano, sin que se le ocurra exigir de ellas ninguna otra cualidad para considerarlas dignas y perfectas. Nosotros tenemos por muy desgraciadas a las mujeres que a aquellas habilidades no reúnen las de rezar, coser, bordar y cuidar su casa: y más desgraciados serán los pobres maridos que hubiesen escogido a las primeras por esposas. ¡Buena andaría la sociedad si los reformistas se encargaran de la educación de la mujer! Formarían muchas literatas despreocupadas que mirarían como cosas secundarias los principales deberes de esposas y madre de familia, y pronto veríamos entre nosotros alguna Luisa Michel que luciera sus dotes oratorias en las veladas literarias”. (BMPR, año 43, n. 33, 18 marzo 1881, p. 3).

Al año siguiente, en un artículo sobre la lucha feminista por la igualdad, aludiendo a los espectáculos de volar en globos como los del gimnasta y aeronauta Fëlix Mayet, los macharranes españoles escribieron, añadiendo condimento racista, que solo faltaba ver en un globo “a una niña ganosa de elevarse por el espacio, sin duda para probar su superioridad al hombre, a quien tendrá lástima, mirándole a vista de águila desde las nubes. Primero subió una española, luego una africana, ahora una inglesa, que no quiere ser menos; si viniese a esta la célebre Luisa Michel, aprovecharía sin duda la moda para darnos una conferencia al aire libre sobre la igualdad de derechos entre los pantalones y las faldas”. (BMPR, año 44, n. [cortado], 29 diciembre 1882, pp. 2-3). A propósito, en enero de 1883 el capitán Mayet murió escocotao cuando su globo cayó sobre las tejas de una casa en Madrid.

En 1883 la redacción del Boletín Mercantil sonó la alarma englobando a la izquierda sin distinciones y creyendo ver anarquistas hasta en la sopa: “El nihilismo en Rusia, la internacional en Francia, el socialismo en Alemania e Inglaterra, la Mano negraen España; he aquí la voz que corre de boca en boca como el pan cotidiano. Una misma cosa con distintos nombres. En París fue sorprendida la célebre ciudadana Luisa Michel arengando a los obreros y agitando una bandera negra. La policía se encargó de ponerla a la sombra”. (BMPR, año 45, n. 41, 8 abril 1883, p.2).

Dos meses después la “célebre ciudadana” junto a las mujeres combativas de izquierda fueron rebajadas a enfermas mentales. Además, la historia de su madre sirvienta fue completamente tergiversada y falsificada; debido a su supuesta desventura amorosa fue que Louise se infectó con la epidemia del socialismo. En un apartado titulado “Una forma de locura”, el Boletín Mercantilescupió con puro veneno reaccionario, las palabras que siguen: “Algunos alienistas franceses (dice un periódico) opinan que las tendencias sanguinarias de fenianos, nihilistas y comunistas, son hijas de una especie de manía. Dícese que la prisión reciente de Luisa Michel tiene por objeto reconocer el estado de su mente. Según los alienistas, las mujeres están muy propensas a ser inficionadas por esta epidemia furiosa, y esto explica la extraordinaria ferocidad de las mujeres durante el tempestuoso período de la comuna de París. Luisa Michel, leemos, era sirvienta en una casa, y concibió un violeto amor por el hijo de la familia. La imposibilidad de una unión con el objeto de su cariño, a causa del abismo social que de él la separaba, irritóla de tal manera que la impulsó a seguir con toda exageración los principios del socialismo”. (BMPR, año 45, n. 65, 6 junio 1883, p. 3).

El periodista Nic Maclellan relata que el 9 de marzo de 1883 se llevó a cabo una manifestación de desempleados en la esplanada de les Invalides“durante la cual fueron saqueadas varias panaderías”. Louise Michel y Émile Pouget portaban una bandera negra al frente de los manifestantes. Michel fue detenida a finales del mes y conducida a la prisión de Saint-Lazare. Allí conoció a numerosas prostitutas con las que hizo causa y denunció la explotación sexual. El 21 de junio “el fiscal le preguntó: ¿Toma parte usted en cada manifestación que ocurre?”. Louise Michel respondió: “Desgraciadamente, sí. ¡Siempre estoy de parte de los desdichados”!”. El juez dictó una sentencia bárbara de 6 años de prisión solitaria más 10 años de rigurosa vigilancia policiaca. Tras conseguir permiso para asistir al funeral de su madre, el 3 de enero de 1885, por decreto presidencial fue liberada. (Louise Michel, 2006, pp. 21-22). El Boletín Mercantilreportó sobre la sentencia impuesta a “la célebre agitadora Luisa Michel, convicta por haber participado en los robos efectuados durante los últimos alborotos de los comunistas en París”. (BMPR, año 45, n. 81, 13 julio 1883, p.3).

Otra actividad que causó pavor a los conservadores fue la proliferación de la masonería (asociaciones de libre pensamiento) en la década de 1880. En 1883 se fundó la logia Adelphia en Mayagüez.  Estos vieron con horror la noticia publicada en La Adelphia, periódico de la logia, informando que en Estados Unidos “la Masonería de mujeres fundada en 1855 tiene 288 capítulos y 5 grados… Seguros estamos de que semejante nueva ha de ser recibida con desdén por la católica dama puertorriqueña, modelo de religiosidad y de purísimas creencias”. La fobia con Louise Michel los llevó a escribir a renglón seguido: “Pero, ¿qué tiene de extraño que La Adelphiadé con fruición aquella noticia referente a mujeres francmasonas, en tiempos en que no falta quien pretenda hacer la apoteosis hasta de una Luisa Michel?”. (BMPR, año 46, n. 50, 27 abril 1884, p. 2) / y (Miguel Pereira, La Adelphia: periódico masónico del siglo XIX, 2020; internet).

En 1886 Louise Michel estaba organizando una demostración para el 1° de marzo, “aniversario del precursor de la Comuna”. (BMPR, año 48, N. 34, 19 marzo 1886, p. 3). Ese fue el día que, tras un pacto traicionero del gobierno burgués presidido por Thiers, tropas alemanas desfilaron por algunos distritos como toma simbólica de la ciudad. La Guardia Nacional de oposición instruyó a la población a fijar carteles negros de luto por todo París y no salir de sus casas. Los prusianos desfilaron por calles desiertas y se retiraron el mismo día.

Anarquista revolucionaria

  En 1890, documenta Antonio S. Pedreria, se fundaron dos periódicos liberales La Democracia(órgano del Partido Autonomista) dirigido por Luis Muñoz Rivera, y La Correspondencia de Puerto Rico, cuyo dueño en 1900 era Manuel Zeno Gandía (El periodismo en Puerto Rico,1941; 1982). Sus páginas se abrieron a artículos sobre Louise Michel, con desprecio primero, y según pasaron los años, con más objetividad y hasta simpatía.

En 1894, por ejemplo, La Democracia publicó el artículo “Glorias del anarquismo”, en que se hace un inventario de atentados y asesinatos alegadamente perpetrados por anarquistas, citando figuras del anarquismo como los rusos Bakunin, Kropotkin y Vera Zasoulich, los alemanes Hoedel y Nobiling, entre otros. A Louise Michel la enredaron en esa maraña sanguinaria indicando que en 1883, “mientras que en España las bandas anarquistas de la Mano Negracometieron por espacio de diez días veintidós asesinatos y varios incendios, Luisa Michel organizó en la esplanada de los inválidos de París un meetingcuya consecuencia fue el saqueo de varios establecimientos”. (La Democracia, Año IV, b. 661, 17 enero 1894, p. 2). Evidentemente, es una mezcla de hechos con intención de lanzar más lodo contra ella. Tres días después informaron de la publicación del libro de Michel, El siglo rojo. (BMPR, año IV, n. 664, 20 enero 1894, p. 3). He buscado como aguja este texto en diversos recovecos del internet (incluyendo Google Books y Yahoo France), hasta ahora infructuosamente. Si alguien da con ello, por favor, compártalo.

En abril de 1895 el gobierno de Alemania, “como medida de orden público” ordenó la disolución del Comité de Agitación Feminista en Berlín “que dirigió la propaganda socialista entre las mujeres en todo el imperio”. Un año antes había muerto “la célebre Agnes Wabnitz” (1841-1894), a quien llamaron “la Luisa Michel berlinesa”. (La Correspondencia de Puerto Rico, añoV, n. 1596, 17 abril 1895, p. 3).

A finales del siglo 19, Barcelona industrial y con miles de obreros empobrecidos fue uno de los centros de mayor arraigo del anarco-comunismo. En mayo de 1897, en el Proceso de Montjuic, el gobierno de España llevó a la cárcel a unas 600 personas acusadas de ser anarquistas o simpatizantes de ese movimiento. Más tarde, en octubre Louise Michel andaba de gira política en Bruselas donde intentaba participar en una actividad en solidaridad con los presos catalanes. En el parte titulado “Los anarquistas belgas”, se expone: “Luisa Michel, acompañada de varios conocidos anarquistas extranjeros, llegó con objeto de dar una conferencia sobre los reos condenados en Barcelona. La policía les atajó el paso, anunciándoles que tenía orden de expulsarles del reino”. La reunión se dio y terminó en motín. (La Correspondencia de Puerto Rico, año VII, n. 2501, 13 octubre 1897, p. 2).

A sus 69 años cuando comenzó el siglo 20, Louise Michel continuaba en sus labores políticas infatigablemente. En el contexto del debate de congresistas socialistas franceses sobre su participación en gobiernos conservadores, Enrique Gómez Carrillo publicó el artículo “El último comunero”, reproducido en Puerto Rico. Gómez Carrillo (1873-1927) era periodista, diplomático guatemalteco, y cónsul de su país en París designado por el gobierno liberal de Manuel Estrada Cabrera; el también escritor fue autor de 80 libros de diversos temas, especialmente internacionales. En el citado artículo ofreció un perfil de Luisa Michel, recogiendo adjetivos sobre su persona que recorrían en imaginarios de leyendas, romanticismo y realidad.

“Mientras los socialistas del Congreso discuten con razones dignas del último burgués de Calais si los revolucionarios deben o no deben formar parte de ministerios conservadores”, Gómez Carrillo apuntó, “una socialista libre vuelve a París después de largos años de destierro, y principia en el teatro de la Bodiniere una serie de conferencias sobre la miseria universal. Se llama Louise Michel”. En términos elogiosos, Gómez Carrillo preguntó, “¿Os acordáis de ella? Hace treinta años, durante la Commune, iba de barricada en barricada vendando heridas, animando corazones, enseñando energía; iba, cual un fantasma rojo de sangre y de odio; señalando con el índice crispado los uniformes del ejército de Versalles, para que los fusiles de sus compañeros tirasen contra ellos; iba rápida, lívida, llevando tras sí la muerte y la venganza”.

“Los comuneros la llamaban «Nuestra Señora del Coraje». Sus amigos solían designarla con el nombre de «Monja diabólica».” Hasta dónde este escritor dejó correr la imaginación no lo sabemos. Pero siguió diciendo: “Y en efecto, algo hay en ella de religioso y algo también de demoniaco. Vestida de guardia nacional, con la carabina terciada y los labios palpitando de rencor, debe de haber parecido en las noches trágicas de la guerra civil una encarnación de la crueldad humana. Pero también debe haber parecido una hermanita de los pobres, cuando, después del combate, mientras los demás descansaban, seguía trabajando en las ambulancias, en los Hospitales, al pie de los lechos de dolor y de agonía, con la agonía en el alma”. Señaló que algunos de sus amigos se habían convertido en reaccionarios y otros no querían recordar la Comuna. Terminó diciendo Gómez Carrillo, “solo ella sigue de pie en el mismo sitio, esperando siempre, predicando siempre         , sufriendo siempre – sufriendo de sus dolores íntimos – y sobre todo, de los dolores ajenos, ¡del gran dolor universal!”. (La Democracia, año X, n. 2487, 12 febrero 1900,.pp. 2-3).

La Virgen Roja

Después de la Guerra Hispanoamericana de 1898, en que Puerto Rico pasó al control imperialista de Estados Unidos el Boletín Mercantilse continuó publicando hasta 1918. Entonces cambió su subtítulo del incondicionalismo español a “Diario independiente de información universal”. También cambiaron de tono y trato respecto a Louise Michel.

Hacia 1902 la salud de Louise Michel se fue deteriorando, pero se mantenía activa. Bajo la firma de F. Mora se publicó un breve artículo de portada “Luisa Michel”. Mora comenzó diciendo, “la célebre propagandista anarquista, la «Bonne Louise”, como la llaman hoy las gentes del pueblo, ha vuelto a ser nuevamente y con triste motivo objeto de las crónicas. Su exaltación fue calificada por muchos de demencia”. Mora replicó: “Y, en efecto, Luisa Michel tuvo demencia, delirios de una bondad infinita, de una caridad insaciable, del sacrificio sin recompensa”. (BMPR, año 66, N. 11, 11 mayo 1904, p. 1).

A mediados de noviembre de 1904 se publicó en el nuevo Boletín Mercantilun artículo enviado desde París titulado “La Virgen Roja” y firmado por Eduardo Zamacois. Parece que presentían que le quedaba poco tiempo de vida, de hecho, tres semanas más. Se trata de una entrevista, quizás la última que se le hizo, por Zamacois a Louise Michel en su casa. Eduardo Zamacois (1873-1971) nació en Pinar del Río, Cuba. Su padre era un emigrante vasco (de Bilbao) y su madre era cubana. A los cuatro años de edad su familia viajó a Europa, y se establecieron definitivamente en España. EduardoZamacois fue un periodista y novelista, de ideas republicanas. Murió en Buenos Aires, a los 98 años de edad en 1971; échenle un vistazo a su interesante biografía en internet.

En “La Virgen Roja”, Zamacois escribe, “Los periódicos de todos los matices anunciaron la llegada de Luisa Michel a París y fui a conocerla. El nombre de la gran filántropa es uno de esos que oímos correr de boca en boca desde niños; además, Luisa, hace pocos meses, estuvo en extremado peligro de muerte”. El entrevistador describió su estado físico sumamente débil. Ella le dijo que su casa estaba siempre llena de gente, incluso que no conocía. Zamacois transmitió lo que le dijo:

“Para Luisa Michel, que dio la vuelta al mundo y que ha visto tanto y padecido tantas persecuciones y sufrido tantas ingratitudes, y tantos reveses, la humanidad es buena”.  “Y lo será completamente – añade extendiendo los brazos con ademán dictatorial – cuando toda ella sea consciente”.

“Su optimismo no retrocede ante ningún obstáculo”. “La vida” – dijo – “también es buena y será mejor cuando desaparezcan la ignorancia, las guerras y los privilegios, legados aborrecibles de otras edades. ¡Hay nada más hermoso que no pensar en matar ni oprimir a nadie, y hallarse al mismo tiempo libre de atropellos y de criminales acechanzas?”. (BMPR, año 66, N.  263, 12 noviembre 1904, p. 8.).

En 1904 también en La Democraciase publicó un breve artículo, “Luisa Michel”, resumiendo datos sobre su vida. (La Democracia, año XIV, n. 3815, 22 junio 1904, p. 5). En sus últimas semanas de vida, Louise Michel se fue de gira una vez a dar conferencias por el sur de Francia. Luego de conocerse su muerte en enero de 1905, el periódico publicó otro artículo, “Luisa Michel, la Virgen roja”. (La Democracia, año XV, n. 4037, 21 marzo 1905, p. 4.). Tiene algunos errores factuales, mas en general sus términos son elogiosos. Termina citando al escritor Anatole France (más tarde galardonado con el Premio Nobel de Literatura) que la llamó “la mística roja”.

Louise Michel, campeona del pueblo trabajador y de todos los desvalidos y sufridos, merece un monumento y que se conmemore su vida y obra en todos los países del mundo.

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El autor es Historiador. comentarios a: fmoscoso48@gmail.com.

 

Bibliografía mínima:

Louise Michel, La Comuna de París (Madrid: Editorial La Malatesta, 2014).

Louise Michel, El crimen de la época(Madrid: El Nadir, 2012).

Bullit Lowry and Elizabeth Ellington Gunter, Editors, The Red Virgin. Memoirs of Louise Michel(The University of Alabama Press, 1981).

Nic Maclellan, Editor. Louise Michel(Australia, New York, Cuba: Ocean Sur, 2006).

Edith Thomas, Louise Michel(Montréal: Black Rose Books, 1980) y The Women Incendiaries(Haymarket Books, 2007).
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