Mirada al país-“Nunca lo hubiera pensado”

 

Especial para CLARIDAD 

“Nunca lo hubiera pensado”, “Jamás lo hubiera imaginado”, “Era tan amable y servicial…”, son algunas de las expresiones que escuchamos de personas de la vecindad, familiares, amistades, cuando los medios de comunicación hacen reportajes sobre los feminicidios, cuya tragedia nos persigue casi a diario. En el reciente caso de la joven estudiante de Derecho Lymar Martínez García, encontrada dos días después de que fuera denunciada su desaparición, asesinada por su pareja, el cual se suicidó en la misma escena. Este era un docente que ocupó puestos electivos en la Asociación de Maestros de Puerto Rico. La Sra. Aida Díaz, ex presidenta de dicho gremio dijo en una entrevista radial que no podía creer lo sucedido pues el hombre nunca dio muestras de ser un agresor. Para mi sorpresa, añadió que “quería recordarlo como siempre había sido”. Es decir, borrar el terrible evento, el delito cometido, la más violenta manifestación de discrimen por género, supongo que para así preservar ella su tranquilidad espiritual. La reflexión de la dirigente sindical debió ser la contraria: cómo una persona puede ocultar sus prejuicios machistas, las estrategias controladoras, la violencia como forma de resolver problemas dentro de los círculos de personas conocidas, pero en las relaciones íntimas o de pareja, mostrar las conductas que le permitan tomar la sartén por el mango para que se cumpla su voluntad.

Hay algunos rasgos y manifestaciones que las sobrevivientes pueden tomar como señales de alerta de que están involucrada en una relación de violencia. Las banderas son rosadas inicialmente- es un poco celoso, hace recomendaciones sobre la vestimenta, la acompaña a todas partes, restringe disimuladamente las relaciones con la familia- y se van tornando de un rojo carmesí con el paso del tiempo, pero ello no ocurre de inmediato. La relación de Lymar con su feminicida tenía muy pocos meses y siendo ella una joven inteligente, sensible y educada sobre el tema de la violencia de género, activista universitaria y lideresa dentro del estudiantado, como muchas personas han reconocido, parecería que detectó y abordó esos indicios. Las expertas han señalado que la etapa de la terminación de una relación violenta puede ser la más peligrosa y letal, pues el poder y control del agresor se ven amenazados. La reacción de Rubén Antonio Pagán Banchs fue para mantenerla en el redil, sin importar la forma. Como ha ocurrido en un número considerable de casos en Puerto Rico en los cuales hay feminicidio y suicidio, Pagán Banchs poseía y portaba legalmente un arma de fuego. Las organizaciones defensoras de la equidad de género y las que le proveen servicios a las sobrevivientes de la violencia se basan en esta cruda realidad que sostienen las estadísticas, evidente después de las recientes enmiendas a la Ley de Armas para liberalizar el otorgamiento de licencias, para exigir que el derecho aplicable a la tenencia y portación de armas sea revisado nuevamente. La oposición de los dueños de armerías y de las organizaciones que las representan ha sido feroz.

Los informes del Observatorio de Equidad de Género de Puerto Rico (OEG) señalan que hasta el pasado 18 de diciembre se habían cometido 82 feminicidios o muertes violentas de mujeres. En 20 de los feminicidios íntimos o de pareja, 15 fueron cometidos con armas de fuego. Transcurridos los hechos, la directora de la escuela en la que laboraba el feminicida- suicida, señaló que el carácter del docente no era tan apacible y que tuvieron algunos enfrentamientos laborales. Dado lo acontecido posteriormente, una se pregunta si el hecho de que quien lo supervisaba era una mujer, tenía algo que ver con su beligerancia. Es necesario reiterar que la ideología patriarcal que atraviesa la sociedad en que vivimos y que reproduce roles, estereotipos, costumbres desde que nacemos, nos afecta a hombres y mujeres. La conducta violenta en nuestra contra, sea física, emocional, verbal, sexual, económica, no siempre es evidente ante el resto de las personas. La educación con perspectiva de género desde la niñez temprana, es la estrategia para erradicar la desigualdad y la violencia por género. Esta es nuestra cantaleta- entiéndase exigencia reiterada- y seguirá siéndolo.

Es indudable que el año 2024 ha sobrepasado ya la cifra de feminicidios perpetuados en el 2023, lo que causa una gran tristeza y mucha más preocupación con relación a la protección de los derechos humanos de las mujeres. A pocos días de que termine el año y de que también expire el Estado de Emergencia por Violencia de Género que el saliente gobernador extendió mediante la Orden Ejecutiva 2023-039, la violencia nos agobia cuando sufrimos casos como el de Lymar Martínez García y tantos otros en los que el solo hecho de ser mujer nos expone a ser vulneradas y a perder nuestras vidas.

No sabemos cuál será la postura del nuevo gobierno sobre el tema de la violencia machista. El gobernador Pierluisi dejó en manos de la Primera Ejecutiva entrante una posible tercera extensión de la Orden de Emergencia. El programa de gobierno del Partido Nuevo Progresista es muy parco y opaco con relación al tema de la equidad de género, incluyendo el de la violencia hacia las mujeres en sus diversas manifestaciones. La Sra. Jennifer González tampoco se ha destacado por ser una defensora de los derechos de las mujeres, ni como legisladora, ni como presidenta de la Cámara de Representantes, ni como Comisionada Residente. De la Oficina de la Procuradora de las Mujeres nada nuevo puede esperarse tampoco. Solo esperar que no empeore su pobre desempeño.

Reitero, como señalé en la columna de noviembre que las luchas, el activismo, las alianzas y el trabajo solidario serán nuestra opción segura para el 2025. Fortalecer las organizaciones no gubernamentales y estar bien plantadas en la línea de los logros alcanzados para defenderlos sin límites de fuerzas y estrategias disponibles o de nueva creación. Mientras tanto y siendo ésta mi última columna del año, les deseo unas felices fiestas de Navidad y nuevo año, rogándoles al mismo tiempo que sigan apoyando en todas las formas posibles, a nuestro Claridad, el periódico de la Nación Puertorriqueña.

 

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