Pasión por las artes gráficas

Pollito chicken, gallinas hen, pesadilla-nightmare y fin Grabado y monotipia.2025
Travesía. Grabado en relieve, monotipia y collage. 2025
Travesía. Grabado en relieve, monotipia y collage. 2025

En una época en que lo grandioso, lo espectacular y lo monumental se adueña de los espacios expositivos con contundencia, se comprueba una y otra vez que su capacidad de expresión permanece también en las actitudes mínimas, esto es: hacer una raya o estampar un grabado son actos gráficos con una capacidad de expresión similar a la que tiene un multimedia.

María del Mar Bernal, Universidad de Sevilla

Para mí, el mero acto de estampar, de imprimir una plancha tallada, mordida o pintada, ya es un acto performativo. Hay mucha maña, mucho esfuerzo y mucha intención envuelta. Las técnicas gráficas son, de por sí, expresivas e históricamente transgresoras. Por ello, no es de extrañar que la estampa contemporánea siga desafiando y apropiándose de disciplinas nuevas como lo son los medios digitales y la instalación, el multimedia y el grabado multidimensional. Hay espacio para todo tipo de acercamientos y de manifestaciones. Esa gran versatilidad me llevó a amar la gráfica, la cual, sin importar todos los movimientos y las modas en las artes visuales, sigue vigente y con garra. Me considero heredera de toda una dinastía de artistas grabadores que abrieron los surcos que seguimos tallando. 

Soy miembro de la colectiva Las Jornadas del Grabado Puertorriqueño, compuesta por artistas dedicados a las técnicas gráficas. En el grupo se trabajan un sinfín de técnicas de la estampa, desde lo tradicional a lo experimental. Actualmente tenemos una exposición curada, Huella Indeleble – Cumbre Gráfica de las Jornadas del Grabado Puertorriqueño, en la sala Oller del Museo de San Juan hasta el 6 de julio de 2025, la cual les recomiendo con entusiasmo. También estoy participando en otra fabulosa exposición, Gráfica Vital, en el Museo de Antropología, Historia y Arte del Recinto de Río Piedras de la UPR. La misma estará abierta hasta fines de 2025 y es una verdadera clase magistral de la historia de la gráfica puertorriqueña. No se las pierdan.

A pesar de la prominencia de los medios digitales en el arte actual, el grabado puertorriqueño sigue teniendo muchos adeptos, y más ahora, cuando la crisis energética nos hace ver cuán frágil es nuestra dependencia en las plantas generadoras de electricidad. Aunque tenemos placas solares en nuestra casa, mi prensa de mesa es manual y también imprimo a mano. Adoro la simplicidad y los procesos que todavía nos conectan con la brega artesanal y con nuestros orígenes prehistóricos. Los maravillosos petroglifos hechos por nuestros primeros antepasados siempre me resultan conmovedores y me llevan a apreciar el poder de un rayado, de una mancha, de la fuerza que puede tener la expresión franca y directa.   

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mayo 21, 2025

Una plancha rasa siempre es un reto. Intervenir ese espacio con rayados, cortes y tallas, utilizando gubias, buriles, formones, cuchillas, ruletas, bruñidores, punzones, agujas, papel de lija, clavos y todo lo que aparezca para crear una matriz es un proceso lleno de sorpresas y de riesgo. Ese acto intenso de creación tiene aires de grand guignol, o quizás más de slasher movie, en donde, al tallar, saltan virutas de madera, de linóleo, de PVC, o de cobre, y se acumula una montaña de restos que también tiene su belleza visceral. Cuando tallo, entro en una zona mental particular que me produce un goce único. Cada buril produce un corte particular que yo comparo a una notación musical. Cada soporte o plancha también tiene su resonancia, por las texturas o falta de ellas, o por el tipo de maleabilidad o resistencia que produce al trabajarse. Tengo un oído de tísica y me place escuchar los timbres que producen todo tipo de placas. El entintado de la plancha también produce unos sonidos muy particulares que se dan dependiendo del grado de viscosidad de la mezcla de pigmentos y barnices que esparcimos con el rodillo. Podría hacer una pista sonora con todos ellos.

Después de tanto trajín, llega el esperado momento mágico cuando levantamos la hoja de papel y revelamos la imagen impresa. Cada estampa contiene una belleza intrínseca, aunque ésta sea parte de una edición. Cada ejemplar tiene pequeñas diferencias en el entintado que lo hacen único. En adición, el papel que utilizamos es un ente vivo, que se expande y que reacciona al agua, si se humedece, y que absorbe la tinta durante la impresión para hacerla suya. Las moléculas del papel y de la tinta se maridan, y continúan palpitando indefinidamente en su micro universo gráfico. La estampación en otros medios, como el pellón, la tela, y otros soportes, también resulta muy satisfactoria y llena de posibilidades táctiles y expresivas. Las he explorado todas y sigo aprendiendo mañas y buscando nuevos derroteros que enriquezcan mi obra.

Desde hace varios años, utilizo programas digitales de animación para crear cortos donde le doy movimiento a mis grabados. He logrado combinar mi pasión por el cine y por el grabado, lo cual me brinda una intensa satisfacción al lograr expresar mi visión personal de nuevas formas. Cuando intervengo las estampas para darles movimiento tengo que cortarlos digitalmente y trabajarlos de muchas maneras para que funcionen como deseo. Lo que empieza por una destrucción de la estampa original, termina en una serie de trozos unidos por medio del esqueleto digital que armo y que posibilita su movimiento a manera de marioneta gráfica.

Empecé a darle movimiento a mis grabados cuando descubrí un programa muy versátil de animación, Moho Pro, que se presta al dedillo para experimentar de formas poco ortodoxas. Los cientos de grabados que he hecho me proveen con todo un repertorio de personajes esperando a estrenarse en la pantalla. Aunque no estudié música, creo las bandas sonoras para mis cortos utilizando el programa, Garageband. Me sirvo de mi buen oído para mezclar pistas utilizando como instrumento el teclado de mi MacBook, la cual se ha vuelto mi estudio de cine. Me maravilla tener todo un mundo contenido en un aparato tan pequeño. Aunque dependo de una tecnología que cambia con una rapidez vertiginosa, mi trasfondo en animación tradicional me ha servido de ancla en estos nuevos derroteros. Ya veremos hasta dónde me llevarán.

A pesar de que ya incurro en el mundo virtual, seguiré haciendo grabado, medio-mixto, y todo tipo de obra análoga en el soporte que sea, mientras el cuerpo aguante. Sigo unida inexpugnablemente a esa raíz gráfica que nutre mi proceso y mi práctica como artista.

No he mencionado la semilla conceptual, de donde parte todo acto creativo, porque entraríamos en las aguas profundas de la subjetividad. El arte surge de la visión particular de cada artista. Por lo tanto, cada obra acaba siendo una especie de autorretrato, una placa de rayos X, donde se revela nuestra forma de percibir, de sentir, de racionalizar y de expresar nuestras ideas. La tarea de dilucidar lo que se descubre al verla le corresponde al espectador. 

Quiero terminar citando a Elizabeth Catlett, a quien admiro muchísimo como artista y como mujer: “El arte tiene la habilidad de evocar emociones y de provocar el pensamiento. Quiero que mi arte haga a la gente pensar y sentir profundamente.

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