Poesía en zapatos de arco-iris

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Suplemento Especial

Eduardo Arocho nació y creció en Humboldt Park, envuelto en una puertorriqueñidad tan evidente que no le causaba curiosidades ni cuestionamientos. Sus padres hablaban español todo el tiempo y el español se hablaba en el barrio, la iglesia y la escuela. Su vecindario –puertorriqueño y afroamericano- era un universo de apariencia coherente. Su padre era a la vez anexionista y orgulloso de su pueblo isleño de Moca. Eduardo llegó a la escuela secundaria Roberto Clemente convencido de que Puerto Rico era parte de Estados Unidos. No sentía necesidad de saber más de lo que sabía e ignoraba que su gente tenía historia propia y cultura profunda. Con esa conciencia, fue parte del ROTC y la banda de acero de la escuela, y al salir estaba listo para ingresar en la Marina.

Cambió de planes cuando la Northeastern University lo admitió como estudiante y allí entró en contacto con activistas y poetas afroamericanos. Se sintió atraído por la política radical. Aún no sentía inquietudes de afirmación puertorriqueña.

Un día leyó en el periódico una carta de una mujer puertorriqueña que expresaba su oposición a la colocación de una estatua de Albizu Campos en Humboldt Park. Esa líder anexionista se expresaba en forma tan insultante de su barrio que Arocho quiso enterarse del trasfondo de la controversia que tanto agitaba el ambiente. Por su cuenta buscó y leyó el libro Albizu Campos el revolucionario de Federico Ribes Tovar. Las primeras palabras del libro se le grabaron en la memoria: “Yo vengo del huracán”…dijo una vez el Maestro. Del huracán, fenómeno meteorológico autóctono provenía él y con empuje similar barre Borinquen, arrasando, destruyendo y purificando el aire mefítico creado por el coloniaje en Puerto Rico.

Eduardo Arocho, que desde los veinte años se había puesto a escribir poemas de amores, gangas y otros asuntos, que había conocido la poesía negra de protesta y que ya recitaba en tarima, produjo entonces un  poema que fue un descubrimiento de su puertorriqueñidad y que –en un cementerio cerca de la universidad- le permitió una larga mirada, como la que tuvo Corretjer en la Torre de Ciales.

He came from the hurricane
“El Maestro” said,
as he stood overlooking
the children in the dirt
with a calm
and peaceful eye
and when he opened
his mouth
to sing their names
a truthful hurricane
of words came
storming and destroying
the lies created by the palace white
purifying with tropical rains
the colonized minds
of the Colorful Children of Borinquen.

Así comenzó el traspaso y el viaje desde y hacia la Isla. Arocho encontró un lenguaje todo suyo y no prestado, y le colocó a las palabras los sonidos y colores de la gente de su barrio. El poema siguió ganando altura y con Albizu llegó el cielo, el sol y el mar, la plena y el arco-iris. Era más difícil que les llegara su historia desaparecida de los libros, periódicos y televisores, pero Albizu vino y la controversia de la estatua sirvió de vasija para que la gente la llenara con conocimientos nunca antes compartidos y hubo mucho aprendizaje de Historia de Puerto Rico. Al final, los niños de Humboldt Park siguen solos esperando que Albizu de bronce los acompañe en su barrio tan lleno de colores de gente boricua.

Eduardo no sabía de su propio orgullo por su barrio hasta ese momento. Comenzó a declamar el poema en público, alzando la voz y gritando duro para que todos oyeran lo que muchos no veían. Gritando doble, porque no hay muchos poetas públicos puertorriqueños en Chicago.

Desde el principio fue un performer. Una vez, un poeta amigo le dijo que recitar de memoria ayuda al espíritu a expresarse mejor. Desde ese tiempo, when I go to perform tengo muchos de mis poemas ya memorizados.

El poema de Albizu lo encontró en un cruce de caminos. Estaba en la universidad estudiando literatura, tomó su primer curso de poesía y sacó F -lo mismo que en otros cursos-; y a la vez que encontraba su vocación poética, era expulsado de la universidad; y a la vez encontraba un poeta que hacía poemas de Shakespeare en blues y con esa inspiración Eduardo estudió a Blake y otros poetas clásicos; y hasta montó poemas de Blake en rap. 

Their spirits soared
So high
That they coalesced
Into beautiful rainbows
El Maestro said, these are
The colorful children

Of Borinquen.

Era una nueva mirada a la misma gente colorida que desde niño veía desde la ventana de su casa, porque no lo dejaban salir por miedo a que se juntara con el peligro de las pandillas, mientras dentro de la casa lo perseguía el peligro de un padre alcohólico que llegaba furioso y destruía toda la casa.

Yo vivía en una casa en la Potomac y Washtenaw donde al cruzar la calle había un mural gigantesco de los Disciples y ellos venían y hacían un corazón grandote con unos cuernos y cosas así. Esto fue en los setenta –seventies- y así bien grande y lindo y cuando terminan viene la policía y le tira pintura encima pero yo no sé por qué esperaban hasta que terminaran porque eso le cogía dos o tres días. Desde la ventana del cuarto de nosotros el mural estaba ahí siempre. 

Había ese miedo a las pandillas y yo empecé a escribir sobre eso pero no quería estar stereotyped, tú sabes, as a gang-ghetto poet y después encontré  ésto. Hice el poema de Albizu. Antes del poema de Albizu yo encontré la palabra poet-opera y empecé a escribir algo sobre eso con diseño como un journey y eso me ha mantenido enfocado porque hay veces que yo no escribo por meses pero puedo regresar a ese mismo enfoque, a ese mismo journey, y regresar al rumbo que llevaba. Empecé a añadir poemas que había escrito y a decir bueno esto es parte de esta ópera aunque no he estudiado ópera ni he visto otro poet-opera pero siempre me encantaba ir a los plays. En muchas formas he estado cerca del arte. Mi papá cantaba en el coro de la iglesia y yo estaba en dramas de la iglesia y estuve en steel bands. Siempre iba a los musicals yo solo. I would go to see Cabaret y, tú sabes, los musicales populares. Phantom of the Opera.

Una vida cerca del arte. Una identificación con la gente del barrio. Un deseo de no limitarse ni encasillarse en los rótulos restrictivos. Una memoria de sonido y color. En vísperas de su encuentro con la historia puertorriqueña, ya sabía que su poesía era un viaje de toda la vida en el que los episodios –convertidos en poemas- se enlazan en un poema mayor, un poet-opera que es un mapa de dirección; una estructura general que acomoda las partes de la vida en un todo que es una vida más amplia y que se resuelve en la poesía. 

Antes de la revolución armada de Albizu, había vivido los tiroteos del barrio.

It was
A summer afternoon
And it was
the sun that lit our view
And it was/ a day to spend with friends.

And there was
sunlight
Camera eyes
And action
From a hand gun.

And it was
At the corner store
And he laid
On the cement floor
And it was the neighbors
That gathered to see
He that was/ Fourteen.

And it was his cheeks
Stuck on the street
And he had
three bullets in his back
and he was alone
with no mother to cry/ goodbye.

And it was
The police that came
And it was one cop
That smiled and said,
“this is better/ than the movies”.

Arocho es un performer que recita poesía sin leer y desde la tarima provoca ruidosas reacciones de la audiencia. Su estética personal consiste en trabajar, editar, corregir, alterar y rebuscar tanto cada palabra que cuando el poema está terminado a la vez queda memorizado. Una vez conseguido y comprobado su método, quiso ir más allá y establecer su estilo como un alejamiento del estilo de los poetas nuyoricans, de los cuáles considera a Pedro Pietri como el más innovador.

The others sound the same: el mismo uso del spanglish, el mismo ritmo musical. There is this gigantic depression that they carry. And I wanted something hopeful, tú sabes, I wanted hope and I wanted a different music, you know. Lo mismo con los afroamericanos. They have their style and it’s part of their culture. But you can always identify it and it sounds to me like the same thing. Quería alejarme de esos estilos y esas influencias y crear algo más diferente. Y por eso me he rompido la cabeza mucho con algunos de estos poemas porque I saw it over there visually: yo lo he visto. I’ve seen the whole poem. I’ve seen everything, the color y de todo. Y trabajar esa música.

Eduardo Arocho ve y oye poemas y luego pasa trabajo en el esfuerzo de convertirlos en palabras que salen de su mente al papel y, después del forcejeo de la escritura, regresan a su mente convertidos en textos memorizados para el público. Son poemas para leer y poemas para recitar. Cuando la lucha del arte cuaja, el éxito es resonante porque es ovación y aplauso. Un ejemplo de poema logrado según esta estrategia es They Wear Zapatos de Arco-Iris (Rainbow Shoes) to the Epiphany.

Marching down
an impasse street
seen parading on TV
the children of the colony
are dancing proudly
exiled with the flag
they inherited from history.

Ahora que el poeta está esclarecido y sabe viajar por su vida y por la historia de su gente, el lenguaje se hace firme y se mueve sin sombras ni faltas, centrándose en la imagen de la parada/desfile: el encuentro de la gente consigo misma y del poeta con su gente y la unión de ambos en el viaje de la historia reconquistada. Es el 6 de enero en Humboldt Park y la parada celebra la inauguración de las banderas puertorriqueñas más grandes del mundo en el Paseo Boricua. Pero el poema había nacido antes: este momento es una de esas añadiduras que caen en su sitio porque la poesía de Arocho es un journey integrador de experiencias dispares pero de significado común. 

Mientras tanto, los Reyes Magos están en Borikén,

Where the Jíbaro-Santero
has carved them
and calls them in prayer
asking please bring gifts
to the poor niños y niñas
of this estrella.

Los Reyes cumplen su cometido en la Isla pero, desde Humboldt Park,

A new star shines in the sky
Seen by the middle saint divine
Melchor is his name
Africa’s negro Rey.
He says to the wise,
“look there on the street,
deep in a city canyon
a beckoning light
and hidden among the shadows
are niños y niñas heirs to this estrella”.

Melchor insiste en ir a visitar esos niños boricuas que viven al norte, pero los otros reyes le advierten que ya no tienen regalos, que todos los han repartido en la Isla.

So the wise Melchor
on his white horse
contemplated and prayed
and then he said to the wise
“bring them history and song
bring them zapatos the arco-iris
so they may walk
to the future with dignity”.

Y los Reyes llegan a la calle Division guiados por la otra estrella y llaman a los niños:

“ven, ven little Boricuas!
Look at what we brought you
History, song and zapatos de arco-iris
for the Reyes y Reinas de La Bandera”.

Mientras tanto, fuera del poema, los niños despiertan y salen a recibir sus regalos sin importarles la nieve ni el frío, y la imaginación y la realidad se confunden en el mismo gozo pues, tras inaugurar las banderas, tres vecinos del barrio son los Reyes Magos que, montados a caballo, dirigen el desfile por el Paseo Boricua. Al terminar, reparten juguetes a todos los niños gracias al esfuerzo de las organizaciones comunitarias. Pero el poeta, claro, escribe su crónica localizado en otro nivel del evento: la magia que deja un rastro perdurable y hermosamente inexplicable.

A trail of shackles remain on the street
a phenomenon never seen on t.v.
as they wear zapatos de arco-iris.

Realizado el milagro, los niños que en otro poema deseaban la llegada de un Albizu de bronce, han recibido un regalo mucho más grande.

History they live and make
on Division street renamed
and, they wear zapatos de arco-iris.

El poema es mucho más que la transformación de una leyenda. Es también el triunfo de una lucha íntima y personal del poeta que fue víctima de abuso sexual en su niñez. Yo quería journey, ir para atrás y salvar ese pequeño, darle algo que le ayudara para que venga al futuro sin esos peligros y esas cosas que estaban pasando. So, ese fue un poema bien difícil para mí porque era bien personal. Cuando uno lo lee no sabe que ese es el tema. Es algo de orgullo y hope, esperanza. Es el conocimiento de la historia y la cultura: zapatos de arco-iris.

Ese regalo es el fruto de la búsqueda de la paz y la libertad. La imagen procede de la vida misma de Eduardo. Cuando yo era joven vestía bien loco. Tenía un rabo así bien grande y me vestía de negro con muchos botones bien feos. Tenía unos All Stars con los thick shoelaces rainbow. Ok? I guess it was to get attention, ¿verdad? Todo el mundo me miraba. Donde único no recibí atención fue cuando llegué a Nueva York y everybody thought I was normal. Eso fue en el Bronx.

El niño abusado se convierte en todos los niños puertorriqueños. Este no es mi cuento. Es el cuento de todos nosotros aquí. 

Los zapatos de arco-iris son por lo tanto parte del poet-opera, una imagen que cuaja al ubicarse en el tema de las paradas y las marchas. Algo consistente con este pueblo: they are always in motion, always marching and their history comes with them. ¿Cómo es que los zapatos de arco-iris expresan esa unidad en la historia y la cultura? En los seventies las gangas usaban All Stars con big thick shoelaces pero black and yellow or black and blue y yo quería un zapato que me dejara andar por cualquier sitio sin perjudicación de las gangas porque en cada sitio tú ibas y tenían un diferente color y eso es algo que yo siempre he estado bien consciente de las gangas y los sitios que yo iba.

Por lo tanto, la imagen se enriquece con lo biográfico y se engrandece con lo mágico. Los zapatos de arco-iris permiten andar con libertad, libertad que se logra gracias a la unidad, fruto de la historia y la cultura compartidas. Sólo faltaba el toque final, la imagen que redondea el poema y lo lleva a su más alto nivel de experiencia colectiva. El poeta -que para este tiempo estaba en el mismo medio del activismo comunitario- recibió una carta del preso político puertorriqueño Oscar López Rivera en la que entre otras cosas le decía que nació un 6 de enero y por tanto es “un hijo de la epifanía”. Arocho nunca había oído la palabra y yo no sabía esa palabra hasta que él me dijo y yo lo researched y encontré que esa palabra cabía ahí. I was stuck until I found that word. Así pude terminar el poema.

Terminar el poema lo dejó afectado y al borde de volverse loco y tuvo que guardarlo. La epifanía fue un encuentro y descubrimiento tan completo que no le cabía por dentro todo a la vez. Luego pudo recobrarse y llevó el poema a la gente y el público lo aclamó y le pidió muchos poemas nuevos que dijeran el sentir de la gente con la magia de la poesía. Y Arocho usó el poema para provocar poesía en sus estudiantes y lo logró. Se comprometió más con su método de investigación y creación. I’m very careful. Cuando escribo I always try to be responsible. Do research, get as much information as possible, talk to the people who know para no dejar nada, cause I wanted to create a new mythology that represents everybody.

Envuelto en su journey, poet-opera, cultura y mitología, sigue escribiendo su puertorriqueñidad y su conexión con lo no-puertorriqueño que también le rodea. I’ll always perform cause I love performing. I love the stage. Specially when you have a new poem. Its not ready until you give this poem away by reciting it. Para que un poema esté terminado hay que llevarlo al público y decirlo de memoria y hacerle cambios según la reacción de la gente que lo hace mejor. 

Para terminar, la sincronicidad. En el año 98, Arocho comenzó un poema que no está listo todavía y que será su poet-opera. De ese año es un fragmento que dice:

Negrito detects a demon in the crowd
that stalks him with sins of colonia
It beats him hard with historia
for forgetting ancestors que lloran
with shame no maturation to parade

Elegua is witness to that scene
disguised as el niño de Atocha
y dijo Negrito your not a child
your ancient like Bomba Victoria.

Ode to your past Negrito
El niño de Atocha dijo
Put on your mask and disguise
y baila la bomba victoria.

Eduardo Arocho preguntaba y leía sobre vejigantes. Ayudó a montar una exposición de vejigantes conmigo y a la estatua de Albizu –colocada en una sala porque nunca permitieron que se pusiera en el parque- la vestí yo de exhuberante vejigante amarillo, congregando desde el centro del espacio a todos los demás disfraces. Arocho se mandó a hacer su propio atuendo de vejigante y se lo puso en el Desfile del Pueblo  en Humboldt Park y se lo puso para ir a protestar a Washington por la excarcelación de los presos políticos. El poeta se hizo artesano y comenzó a producir mascaritas de vejigante pintadas sobre cascos de nueces. Avejigantó toda su vida y luego, para completar, se allegó a la Santería y ahí descubrió -tres años después de escribir el fragmento de arriba- un secreto estremecedor. Cuando lo llevaron a la adivinación de Orula, resultó ser hijo de Eleguá. No en balde tanto journey, viaje y cruce de caminos. Ahora el poet-opera se ve más claro.

 

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