CLARIDAD
La opción no puede ser no hacer nada. Puerto Rico debería adoptar el Impuesto Mínimo Global (IMG) o, de lo contrario, se arriesga a perder hasta $3.8 mil millones anuales.
El asunto de si Puerto Rico puede y debe adoptar el IMG fue abordado en el foro Impuesto Mínimo Global, Perspectiva internacional y contexto local. Auspiciado por la organización Espacios Abiertos (EA), en el foro participaron el Dr. José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda, Planificación y Agricultura de Colombia; Verónica Grondona, asesora senior de la Comisión Independiente para la Reforma de Tributación Internacional Corporativa (ICRIC, en inglés); Dra, Eileen Segarra Alméstica, del Departamento de Economía del recinto de Río Piedras de la UPR, y el subsecretario del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC), Humberto Mercader Pérez. El foro fue moderado por Daniel Santamaría Ots, director de Investigaciones de EA.
En su introducción, Santamaría Ots aclaró que Puerto Rico no tiene que pertenecer al G-20 o al Banco Mundial para formar parte de este marco del IMG. “La realidad es que no. Sí es importante coordinar con el Gobierno federal, pero Puerto Rico tiene una autonomía fiscal. La realidad es que Estados Unidos suscribió acuerdos mínimos, aunque no lo ha implementado. En el caso de Puerto Rico, no se ha comprometido”.
El IMG no es uno que se impone a todas las compañías por igual. Es solo para las que tienen ingresos por encima de los $821.55 millones anuales, ($750 millones de euros). El IMG no quiere decir que es un impuesto adicional al que ya estén pagando las compañías. El impuesto es global, lo que está en discusión es dónde lo van a pagar. Al respecto, indicó que a partir de enero de 2025, las compañías multinacionales que sí hayan implementado el IMG pueden reclamar la diferencia de los países que no lo han adoptado, y aquí es donde, apuntó, hay una potencial transferencia de una economía como la de Puerto Rico, que tiene una tasa efectiva de 2.43 %. Espacios Abiertos ha estimado que esa diferencia podría generar hasta $3.8 mil millones anuales.
Santamaría Ots indicó que el año pasado hubo un intento de legislación en la Cámara de Representantes, pero la medida no prosperó y levantó ciertos señalamientos por parte del Gobierno Federal y el Departamento de Hacienda de aquí, por tecnicismos, entiende se pueden abordar. “Muy importante: entendemos que no es una cuestión de manera unilateral, sino es una decisión de política pública en que todos deben estar sentados a la mesa”,señaló. En esa línea, dijo que el propósito del foro era transparentar una conversación de expertos internacionales en la academia, que ya se tiene, para que cuando se emita legislación, la Asamblea Legislativa, ya sea en la extraordinaria o el año que viene, pueda emitir una decisión informada.
A nivel internacional el doctor Campos, quien al presente es codirector de la concentración en Desarrollo Económico y Político de la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de Columbia University en Nueva York, indicó que al presente: “Más del 70 por ciento del comercio internacional se lleva a cabo entre empresas pertenecientes a un mismo grupo empresarial. Eso brinda a las multinacionales oportunidades suficientes para brincar entre diferentes regímenes fiscales. Esas empresas compiten con las compañías locales que no pueden trasladar fácilmente sus obligaciones tributarias a otras jurisdicciones. Cuando las multinacionales no son gravadas, o son gravadas a tasas más bajas que el resto de las empresas, e incluso que los trabajadores, el estado de derecho se ve afectado. Esto alimenta un ambiente de insatisfacción en la sociedad”.
En el caso de Puerto Rico, aunque como territorio no incorporado de Estados Unidos enfrenta numerosas restricciones, su autonomía fiscal le permite adoptar el IMG. Señalo que Puerto Rico ha utilizado esa limitada autonomía de una manera peculiar, cediéndola a través de incentivos tributarios y tasas preferenciales sobre los ingresos de las empresas multinacionales. Pero en el marco actual del IMG, “ya esos beneficios no funcionarán”. Seguidamente advirtió que “si Puerto Rico no introduce un impuesto propio, las ganancias que hoy no grava por otorgar generosos incentivos a las multinacionales serán objeto de tributación en otros países que sí hayan implementado el impuesto IMG”.
Mientras, el subsecretario del DDEC, Mercader Pérez, dio a conocer que la agencia comenzó una serie de conversaciones con empresas que hacen negocios en Puerto Rico para hablarles del IMG. Estas son compañías que tienen decretos firmados con las condiciones para operar en la isla.
Según explicó, el proceso con las empresas sobre la nueva ley de impuesto reveló que en Puerto Rico ya hay compañías que están pagando el top of tax o sobretasa en otros países. Aunque en Estados Unidos todavía no se ha implementado y las empresas con compañías matrices en Norteamérica no tienen tanta prisa por pagar el IMG, las europeas sí, porque ya lo están haciendo en otras partes.
El funcionario ofreció como ejemplo de la creatividad que se requiere para diseñar un marco que tenga sentido a una compañía que opera aquí. Mencionó que vio cómo en Singapur el Gobierno negocia de manera individual con cada empresa un crédito reembolsable por inversión dentro de los parámetros de su ley. “Al final del día, tenemos que ponernos creativos con los incentivos. Tenemos que ser agresivos porque al final del día yo prefiero una tasa baja con el empleo y con el ingreso a una tasa alta sin el empleo y sin el ingreso”.
Por su parte, la profesora Segarra Alméstica narró que en los años 50, cuando a Puerto Rico se trajo la estrategia de incentivar empresas a través de incentivos contributivos, la cual lleva ya más de 70 años utilizándose, puede haber sido algo innovador; pero ya no. “El problema es que no hemos evolucionado con el tiempo. Puerto Rico se quedó bien atrás en términos de estrategias de desarrollo económico porque insistimos en que los incentivos contributivos es la manera. Lo que nos está diciendo el mundo es que los incentivos contributivos no es la manera”.
La profesora recordó que cuando se dio la discusión de la reforma contributiva, en Estados Unidos esto se discutió. Apuntó que “ya de por sí Puerto Rico está perdiendo dinero al tener contribuciones tan bajas porque estas compañías norteamericanas, que son la mayoría de las multinacionales que se encuentran localmente, ya están pagando impuestos sobre parte de esas ganancias que reportan en Puerto Rico. Lo que no tenemos es una buena medida de cuánto es, y eso yo creo que es una pieza central”.
El estudio de EA sobre el IMG y su impacto en Puerto Rico indica que en el marco que adoptaron las entidades internacionales, el que se implementaría en Puerto Rico, se basa en dos pilares: el primero, que reasigna impuestos sobre los beneficios de las grandes multinacionales a los mercados donde realizan sus ventas, y, el segundo, el IMG y la Cláusula de Sujeción a Imposición (CSI), que establece un impuesto mínimo del 15 % para las multinacionales con ingresos anuales consolidados superiores a $ 821.55 millones.
El informe de la EA, que se centra en el Pilar II y sus implicaciones en Puerto Rico, señala que el IMG podría aumentar de manera significa los ingresos fiscales a corto plazo, pero también presenta riesgos a largo plazo si no se adapta su modelo económico para mitigar los impactos. Ya sobre 140 países han implementado el IMG.