CLARIDAD
“Nosotros tenemos leyes que van en contra, literalmente, de este proyecto. En términos de política pública, ambiental y climática eso está protegido en la constitución, las leyes de política pública ambientales, leyes de desarrollo económico sostenible, el Plan de Uso de Terrenos (PUT), afirmó el doctor en Planificación, Ariam Torres Cordero, sobre la contradicción con la política pública que representa el pretendido proyecto turístico residencial Esencia, a construir en un predio de dos mil cuerdas en la costa de Cabo Rojo.
Indicó que los terrenos tienen dos clasificaciones de suelo: el suelo rústico común y suelo rústico, especialmente protegido por su valor ecológico. La razón principal por la que los suelos tienen esta categoría es porque están entre dos reservas que son áreas naturales protegidas que sirven, a su vez, como un tipo de corredor entre las diferentes especies y organismos que se van moviendo en diferentes momentos del día y en diferentes épocas del año y por su valor recreativo.
Se supone que en un área que tenga la categoría de suelo rústico protegido, el tipo de desarrollo como el proyecto Esencia esté completamente prohibido. Añadió que sí hay unas áreas que son de suelo rústico común que son las menos, en donde hay mas flexibilidad, pero no es suelo urbano, ni urbanizable. El planificador coincidió en que técnicamente el proyecto esta violando la ley. No obstante reparó en que lo que sucede es que la Junta de Planificación estableció un Reglamento Conjunto de Emergencia, el cual ha sido declarado nulo en dos ocasiones por el Tribunal Supremo de Puerto Rico, con el cual a través de los años la Junta ha sido mucho mas flexible creando situaciones en donde no se tiene que cumplir con el Plan de Uso de Terrenos y se ha buscado otros mecanismos como declaraciones de proyectos estratégicos, o proyectos críticos. La impresión de Torres Cordero es que en caso de acudir a los tribunales va a ser bien claro que se declare ilegal la construcción: uno por que el RC ha sido declarado nulo y porque el PUT lo prohibe.
En un recorrido por los terrenos donde se pretende la construcción de tres hoteles de lujo, 900 residencias, igual de lujo, un hospital, una escuela desde pre-escolar hasta el grado 12, y hasta un aeropuerto, no hay dudas del valor natural, la belleza escénica y espacio privilegiado que ocuparía dicho proyecto. El recorrido se hizo junto a miembros del Comité por la Verdadera Esencia del Suroeste.
El profesor de la Escuela Graduada de Planificación del Recinto de Río Piedras, de la UPR, apuntó que el proyecto va a aumentar el calentamiento del municipio de Cabo Rojo, las inundaciones, va a poner un montón de comunidades y áreas comerciales en competencia por el recurso de agua que es relativamente escaso en la zona y más valioso que nunca. El área sirve como un corredor ecológico, por lo que el proyecto va a poner en peligro, en términos de servicios de regulación del clima y el ecosistema. “Ante el cambio climático este proyecto no tiene ningún tipo de sentido”, indicó Torres Cordero, quien tiene una especialidad en planificación comunitaria y justicia ambiental.
En esa linea denunció que en términos del impacto cultural y social en Puerto Rico el proyecto tampoco tiene ningún sentido porque no va a ser algo que se va a integrar a la zona, sino que será algo totalmente aislado y exclusivo. No tiene nada que ver con el turismo que viene el fin de semana y los veranos, que se integran a los negocios y vida de la comunidad dado a que un por ciento significativo de los turistas que vienen a la isla buscan la experiencia local, con la naturaleza. “Lo que nosotros tenemos para ofrecer son nuestros recursos naturales, la recreación al aire libre, se va a literalmente a restringir para el beneficio de unas personas que son las que pueden pagar altas precios eso también va en contra de la política de Turismo, que no es esa”.
Otro aspecto que advirtió es el desplazamiento a que se van a enfrentar las comunidades adyacentes. “Los van a desplazar van a tratar de comprar y al precio a que van a poder vender esa gente se tendrá que ir al mercado de vivienda que ya está caro”. El desplazamiento reparó lo van a ocupar los alquileres a corto plazo con lo que se elimina la oferta de alquiler a largo plazo.
Torres Cordero, expresó en tono sentido que ya mucha gente ha pasado por esta experiencia en pueblos como Dorado y Rio Grande, donde hay proyectos similares. “Se transforma por completo el aspecto cultural de la región. No será el mismo turismo a largo plazo, Cabo Rojo va a terminar como Rincón en el sentido de que la inmersa mayoría de la población va a ser extranjera”. Tampoco dejó pasar el que sea cierto que habrá acceso público al área.
De igual forma llamó la atención a que la cantidad de exenciones contributivas que se le está dando a estos proyectos son tantas que la inversión de cuánto el país va a generar es mínima en comparación con lo que se está dando.
“Las exenciones contributivas son muchísimas, se habla de empleo pero los empleos son de servicio, con esos empleos cuánta gente va a poder pagar la renta, el agua, la luz, la compra. Con esos empleos, esa gente va a tener que tener cinco y seis trabajos lo mismo que tienen ahora”, denunció.
Por su parte el historiador Guarionex Padilla Martí, destacó la importancia histórica y escénica del área. El sector donde se pretende desarrollar el proyecto Esencia, estuvo poblado por habitantes originarios del Caribe. Se sabe con certeza que existen al menos unos 24 yacimientos arqueológicos, desde la época pre-colonial, y la época colonial española en particular vinculados a la industria de la sal, la cual se explotó por muchísimo tiempo para uso comercial, en particular para la conservación de alimentos y estuvo en funcionamiento hasta las primera décadas del siglo XX. Indicó que muchos de esos yacimientos que están en el área tanto pre-coloniales como coloniales, no han sido trabajados mas allá de haberse identificado.
Padilla Martí relató que después del principio del proceso de colonización fue un área de asentamiento junto a la bahía de Boquerón y era el camino antiguo que conducía desde el área de Boquerón hasta lo que hoy se conoce como el área de Combate y el Faro de los Morillos. El sector fue la arteria principal de comunicación entre el faro y el poblado de Boquerón, así que es un lugar importante para las comunicaciones terrestres desde la Villa de Cabo Rojo -el pueblo- hasta esa parte de Cabo Rojo.
El oriundo y residente de Cabo Rojo, denunció que en términos de la magnitud del proyecto se trata de un deslinde de cerca de tres millas que se llevó a cabo de una forma expedita a espaldas de la ciudadanía y que no se tomó en consideración a las comunidades aledañas, ni a las comunidades de Cabo Rojo.
“Es uno de los aspectos mas preocupantes, que todo este proceso se ha hecho de forma escondida sin tomar en consideración la opinión del pueblo por lo tanto me parece que los ciudadanos levantamos esa bandera de preocupación debido al impacto que pueda tener. Además, donde se va a desarrollar los pozos colindan con uno de los bosques mas importantes de Puerto Rico que es el Bosque Insular de Boquerón que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX y que tiene posiblemente la más grande extensión del bosque de mangle de Puerto Rico después del área de Piñones. Esa área de los bosques colinda también con una parte de una reserva federal, por lo que en términos de la importancia de valor ecológico histórico es colindante con esos terrenos”.
Los miembros del Comité por la Verdadera Esencia del Suroeste, denunciaron que los contratistas del proyecto fueron los anfitriones de la reciente actividad de recaudación de fondos en Washington de la comisionada residente y candidata a la gobernación del Partido Nuevo Progresista, Jennifer González. La firma de Cristina Villalón y Ricardo Alvarez Díaz, Alvarez-Díaz, quienes están a cargo del diseño y gestores de permisos del mega proyecto. Esto fue confirmado y denunciado por el medio Marea Ecologista.