“Somos el Yunque, donde se fragua el amor a la independencia de la Patria”

Ada Rosa Rivera y don Heriberto Marín. Foto Juanma Hernández

 

 

Primero, quiero expresar mi profundo agradecimiento al colectivo de CLARIDAD por haberme dedicado este Festival # 49, el cual llega en un momento histórico. Sumamente importante para nuestra lucha de tantas décadas que ha costado muchos sacrificios, tragedias, sangre, muertes, persecuciones y cárcel. Pero estamos de pie, con mucha voluntad y esperanza. No han podido vencernos. Porque hemos sido un hueso muy duro de roer por los dientes del imperio. Somos el Yunque, donde se fragua el amor a la independencia de la Patria. Éste no es un homenaje solo a mi persona, y sí a la perseverancia de todos nosotros y nosotras. Un homenaje a los que luchan sin cansancio, a los que luchan en todos los frentes. Es un homenaje a cada uno y una de ustedes, que mantienen en alto la bandera de la Patria. Lo comparto con toda mi familia, mis hijos, hijas, nietos, nietas y mi bisnieta. A todos, pero muy en especial a una que fue mi sostén y la que sí, me está esperando en la otra orilla del camino, Candita, la madre de mis hijos e hijas.

En estos largos años de lucha, he aprendido a ser perseverante. A no desesperar, a caminar despacio, sin prisa, pero con paso firme. Cada paso tiene que ser seguro. Todo tiene su tiempo. He conocido compañeros que se cansaron antes de llegar a mitad de camino. Pensaron que era una carrera de cien metros, ignorando que era un maratón de muchos kilómetros y muchas vallas que pasar.

Cuando vivía en la urbanización de Villa Andalucía, en el Expreso de Trujillo Alto, todos los sábados pasaba por el cruce de la avenida para ir a hacer compra a la cooperativa Dos Pinos, donde ahora está la Avenida Piñero. Siempre encontraba en ese cruce a cinco o seis independentistas recogiendo dinero para el Partido, mujeres y hombre.

Me llamó la atención un señor muy mayor que se movía entre los carriles a riesgo de ser impactado por un auto. Era don Lucas Guerra. Siempre le echaba unas monedas y lo saludaba, pero me sentía inútil. Una mañana vi como un tipo lo llamó, hizo el aguaje de echarle una moneda en la lata y le llevó el único billete que le habían dado. Confieso que me sentí mal. Pequeño, ante aquellos hermanos y hermanas.

Un sábado me fui a hacer la compra en la mañana. A las 9:00 am me presenté con una latita a la colecta y me uní a ellos. No les extrañó verme allí. Sentí una gran satisfacción cuando le di un abrazo a cada uno y una. Me paré en la parte que da a Trujillo. Comprendí que la lucha en cualquier frente es sumamente valiosa. Que la Patria la constituimos todos los que la amamos.  Que no podía conformarme con el hecho de haber participado en una revolución; de asistir al Grito de Lares todos los años; a Ponce el 21 de marzo; al aniversario de la Revolución; a los cementerios y a la conmemoración del natalicio de Don Pedro. A la verdad, que me estrujaba la conciencia. Todavía el expreso hacia Trujillo Alto no existía. Pero allí me paré. Muchas de las personas, especialmente vecinos de la urbanización, les extrañó, pero me echaban sus monedas. No importaba del partido al que pertenecían. La colecta duraba tres horas. Por suerte, cuando fuimos a contar lo recogido, lata por lata, me sorprendí que mi latita era la que más dinero tenía. Así que los sábados iba hacer la compra temprano y a las nueve de la mañana estaba en la colecta. Recoger en vellones 70 y 80 dólares en ese tiempo, era un éxito.

Personalmente no conocía a Rubén Berríos, sí, a Juan Mari Bras. Lo conocí en el1948, en Coabey. Juan, junto al liderato de la huelga del 1948 en la Universidad, iban a visitar a Don Pedro, que residía para entonces en casa de Blanca Canales. Hicimos amistad y desde entonces nos tratamos de tú. Nos llamábamos por nuestros nombres, Juan y Heriberto. Cuando la convención del MPI en Caguas, recibí una invitación para que asistiera. Mi respeto y admiración hacia Juan fue siempre el mismo, de cordialidad y de gratitud.

Victor R Birriel

A Rubén vine a conocerlo en persona, en el 1971, cuando la gesta de Culebra. Me impresionó enormemente su frase para la historia –“Violar la ley del imperio es cumplir la ley de la Patria”- El haber seguido el ejemplo del Partido Nacionalista de no reconocer derecho alguno a las cortes del imperio a juzgar a los puertorriqueños por defender el derecho a ser libres y que le costó, junto a otros compañeros, tres meses de prisión, me llevó a cooperar con el Partido independentista. Cuando salió de prisión, me presenté una noche en el comité del Partido, que para entonces estaba en la Avenida Muñoz Rivera, casi desembocando en la calle que da a la Universidad. Me acerqué a Rubén y le dije que yo era nacionalista pero que quería cooperar con el PIP. Me dio un abrazo y desde entonces caminamos juntos.

Hoy, nos encontramos en el momento más propicio para adelantar nuestras aspiraciones: la lucha por la independencia. Me regocijo con los acuerdos en que han llegado el PIP y Victoria Ciudadana. El desprendimiento de los líderes de ambos Partidos, de unir voluntades para salir del atolladero político en que nos han sumergido los dos partidos colonialistas, constituye un gran paso gigantesco en la descolonización de nuestra Patria. Para aquellos que hemos predicado la unidad y la convergencia en el ideal Patrio, es muy esperanzadora esta alianza. Felicito, de todo corazón a Juan Dalmau y a Manuel Natal. Ya puedo marcharme tranquilo. Solo le he pedido al Sumo Creador, que me permita vivir hasta fines de noviembre de este año. Pues quiero trabajar en un colegio como lo he hecho desde el 1972 hasta hoy, y disfrutar del amanecer de una Patria Nueva, con mujeres y hombres que llevan en la frente una estrella resplandeciente. Este es el momento. No podemos posponerlo para luego, porque corremos el riesgo de perder la Patria.

El día que me llamaron de CLARIDAD para informarme de la dedicatoria, no tuve palabras. El mes de febrero para mí, significa mucho; alegría, angustia y nostalgia. Fue el mes de mi boda, pero también el de la partida de Candita, un día 14. El llamado día del amor o la amistad.  Me sentí emocionado. Confieso que profundamente agradecido. Si me preguntan si me alegré, pues claro, ¿a quién no le gusta un dulce, aunque sea diabético?

Siempre he dicho, que la lucha por la independencia es una de amor, jamás de odio o venganza. Mientras menos dolorosa sea, mejor aún. Esta Tierra nuestra ha sido abonada con mucha sangre y sacrificio. Aquellos que nos precedieron, nos trazaron el camino. Lo dejaron abierto para las nuevas generaciones. Todo esfuerzo es válido. Lo importante es saber usarlo. Un voto en la colonia, puede ser como una bala en el corazón del imperio. La semilla sembrada con mucho amor y sacrificio está dando frutos. No podemos dejar que se pierdan, ya están maduros. Nos toca a todos y todas recogerlos, jóvenes y menos jóvenes.

Ustedes los que han estudiado en la Universidad de Puerto Rico, nuestra IUPI, deben de recordar su himno: “Cantemos unidos, unidos cantemos”.  Podemos parafrasearlo: “Marchemos unidos, unidos marchemos” Ese debe de ser nuestro gran propósito, para llegar a la meta. Como el tiempo cambia, tenemos que usar nuevas tácticas. Buscar nuevas brechas que nos lleven al triunfo. Lo que no puede cambiar es el ideal, ni el propósito de la lucha.

Decía Santa Tersa de Jesús, que “la perseverancia todo lo alcanza”. Nosotros hemos sido el ejemplo de ello. Cuando Muñoz Marín, lloroso, casi de rodilla, le prometió al presidente Eisenhower que acabaría con el nacionalismo en Puerto Rico, a raíz del ataque al Congreso, ¡qué equivocado estaba! Hoy está más vigente que nunca. Estamos de pie. El muerto es el ELA. Su talismán de la traición. Sin cansancio, sin claudicaciones. Rompiendo los eslabones de la cadena del coloniaje en pos de la Patria Nueva.

Decía Don Pedro que el nacionalismo es “la Patria organizada al rescate de su soberanía”. En esos esfuerzos estamos y hacia esa soberanía nos dirigimos.

Cada uno y una de nosotros y nosotras tenemos un deber patriótico: ofrecerse desde hoy a ser funcionario de colegio en las elecciones. No podemos dejar que nos roben un solo voto. Si marchamos unidos, unidos venceremos.

¡QUE VIVA PUERTO RICO LIBRE!

Un voto es como una bala en el corazón del imperio.

Palabras pronunciadas en el 49Festival de Apoyo a CLARIDAD el 25 de abril 2024.

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