
En Rojo
Siempre nos suele suceder: el anuncio de una enfermedad inesperada; las noticias de que responde bien al tratamiento, aunque la quimioterapia parece hacerle + daño que la misma enfermedad; lenta recuperación; la decisión de en qué circunstancias se puede o no seguir “viviendo”. La muerte anunciada nos sigue sorprendiendo. Eduardo Cánovas, conocido en el mundo del cine Super 8 como Chirimbillo, apagó su cámara el ll de enero, natalicio de Eugenio María de Hostos. Aunque hacía tiempo que muchos de los integrantes del grupo original, Taller de cine la Red, no nos veíamos, pudimos circular la noticia y acordar escribir algunos de nuestros recuerdos de esa década de 1980 donde hacer cine estuvo a la mano de todxs al poder manejar la cámara Súper 8 y establecer, casi sin proponerlo, una red de apoyo e intercambio de cine a través de América Latina, Estados Unidos y Europa. En 1982 se celebró el 1er Encuentro de Cine Super 8mm que contó con la visita activa, por los talleres y charlas que ofreció, del realizador venezolano Germán Carreño. A través de esta década en que el Taller de Cine La red auspició estos encuentros nacionales e internacionales se integraron + superochistas y continuaron las visitas y participación de los integrantes en multiplicidad de foros. Mi labor fue de cronista: participé como audiencia (y a veces en las preparaciones tras la pantalla) al reseñar cada uno de estos eventos para la página de cine de En Rojo/CLARIDAD. También participé como comentarista en el panel que organizó la Profesora Isabel Arredondo (estudiosa del cine Super 8mm) en la convención del Latin American Studies Association (LASA) celebrada en Puerto Rico en 2015 y donde formaron el panel Chirimbillo, Poli Marichal, Kino García y Carlos Malavé. Dos libros de la autoría de Joaquín (Kino) García son indispensables para conocer los logros del cine Super 8mm aquí en Puerto Rico: Cine puertorriqueño: filmografía, fuentes y referencias (Cuadernos del Ateneo, 1997) e Historia del cine puertorriqueño: (1900-1999) Un siglo de cine en Puerto Rico (2000, revisión 2014). Componen el recordatorio: Poli Marichal, Waldo Sánchez, Kino García, Marién Barreto, Oscar Colón, Lowell Fiet.
POLI MARICHAL:
Eduardo Cánovas, también conocido como Silvestre Chrimbillo, nombre que utilizaba
en la autoría de muchos de sus cortos de corte político en el formato súper 8 mm, falleció este 11 de enero de 2015. Esta muerte me tomó por sorpresa. La última vez que lo ví fue en el sentido velatorio de otro querido cineasta y profesor de comunicaciones, Carlos Malavé en 2023.
En enero de 1982, Eduardo Cánovas, Quino García, Carlos Malavé y Waldo Sánchez fundaron el Taller de Cine La Red, Inc., el primer colectivo de cine en pequeño formato en Puerto Rico que se dedicó a utilizar el medio para protestar nuestra condición colonial, para rescatar eventos en nuestra historia nacional y para promover el amor por el cine independiente y experimental.
Yo me uní al grupo el verano de ese año, justo después de terminar una maestría en cine de Mass Art en Boston. Para mí, que ya estaba incursionando en el cine experimental súper 8, encontrar un grupo de cineastas que también utilizaba ese pequeño formato fue alentador. Eduardo era, por mucho, el motor fundamental del taller. Su pasión por el cine era contagiosa y su generosidad y solidaridad solidificaron el espíritu de colaboración de sus miembros. Muchas de las reuniones del grupo eran en su casa, en donde teníamos largas y amenas tertulias y podíamos ver proyectadas nuestras películas en proceso y recibir crítica constructiva. Eduardo también llevaba años participando en festivales internacionales de cine súper 8 y fue a través de su empuje que todos los miembros empezamos a participar activamente en ellos. Esos primeros años de los ’80 fueron muy fructíferos para el Taller de Cine la Red. Trabajando juntos conseguimos organizar varias muestras internacionales de cine súper 8 mm en San Juan y en Ponce. Esto se logró al solicitar exitosamente fondos del National Endowment for the Arts. También dimos talleres de cine súper 8 en la comunidad del Barrio Esperanza de Vieques y participamos en muestras del grupo en el Festival Internacional de Bruselas, en el festival de UNICA (Union of Cinema) en Graz, Austria, en la muestra de cine experimental en Exit Art Gallery en NYC, en el Festival Internacional de cine súper 8mm en Caracas, Venezuela, y en muchos otros. Eduardo siempre estuvo al timón del grupo y, aún después que el Taller de Cine La Red se disolvió, a finales de los ’80, y que el súper 8mm fue desplazado por el video, él siguió haciendo cortos explorando la problemática de la colonia. Eduardo fue un verdadero amante del cine independiente y de su patria. Sus cortos experimentales demostraban una verdadera preocupación con el impacto del capitalismo y del sistema colonial en Puerto Rico. Al igual que Carlos Malavé fue un firme creyente en el poder del arte cinematográfico independiente y contestatario. Eduardo Cánovas ya no está entre nosotros pero es imperativo resaltar su vida y también conservar su obra en cine súper 8mm y en video, cuyo valor histórico es invaluable.
WALDO SANCHEZ:
Cuarenta y cinco años de haber conocido a Eduardo Cánovas en los inicios del Taller de Cine la Red, los festivales de cine Super 8 y las actividades de conferencias y talleres fue una grata experiencia que jamás olvidaré. Conocí a Eduardo – Chirimbillo – Cánovas recién graduado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras de la Facultad de Artes Liberales y Comunicación Pública. Para 1981, Eduardo era bombero, activista y director de cine. Conocí a la escritora y crítica de cine María Cristina Rodríguez y eventualmente a Joaquín «Kino» García. Más adelante se unieron Carlos Malavé, Poli Marichal y Mariem Barreto. El grupo siguió creciendo con la llegada Aixa Méndez y Jeanette González. También formaron parte del grupo los cineastas Oscar Colón y Waldo Sánchez. José Artemio Torres dio el apoyo inicial para formar el colectivo. Con sede en San Juan, el grupo estuvo activo durante seis años y organizó Encuentros (1982-1987), festivales sin competencia. Eduardo fundó el Taller de Cine La Red, y él era un firme defensor de la soberanía puertorriqueña, y se encontró en oposición a las ideas pro-estatidad del gobierno de la isla. Esto no le ayudó y dificultó al grupo encontrar apoyo financiero y lo obligó a buscar fondos financieros en otros lugares. Cánovas conectó por primera vez al Taller de Cine La Red con la Federación Súper 8 en 1981, cuando se reunió con el entonces presidente de la Federación, Richard Clark, en una visita al festival Súper 8 de la Ciudad de México. Clark apoyó iniciativas y colaboraciones con cineastas de otros países. Esta conexión está documentada en los primeros cuatro catálogos de festivales puertorriqueños, que incluyen las Federaciones.
El Centro Internacional de Cine de Super 8 también fue un gran patrocinador del Taller de Cine La Red que, junto con las iniciativas de Cánovas consiguió la ayuda de la Fundación Brodsky y Treadway, solicitó una subvención del Fondo Nacional para las Artes de los Estados Unidos. El catálogo del festival del Taller de Cine La Red de 1986 muestra la asociación entre el Taller de Cine La Red, el Centro de Cine de Super 8 y la Beca de Artes Estadounidenses. El apoyo de estas organizaciones ayudó a los Encuentros a expandir las actividades ofrecidas para incluir talleres y debates. Una vez en la red de la Federación, los miembros de Cine La Red pudieron exhibir sus películas internacionalmente. Poli Marichal mostró sus animaciones junto con los documentales activistas de Eduardo Cánovas en competencias internacionales. Las películas de Marichal ganaron premios en Bruselas, Montreal y Caracas. Personalmente, tuve la oportunidad en el año 85 de viajar a Barcelona, España a presentar una muestra de nuestros trabajos de cine Super 8. Allí se presentó el documental “El Cetí” realizado con la ayuda de una profesora de biología de la Universidad Interamericana de Arecibo. El documental obtuvo una nominación especial. Todo este esfuerzo gracias a la ayuda y gestiones realizadas por Eduardo. Independientemente de las dificultades financieras que enfrentaba el Taller de Cine La Red, este esfuerzo, ayudado en gran medida por la red de otras comunidades de Super 8, permitió a los cineastas puertorriqueños la oportunidad de expresar su arte y validar su trabajo a nivel nacional e internacional.
KINO GARCIA:
Chirimbillo, como se identificaba Eduardo Cánovas, fue un pionero del cine super-8 en serio, mas allá de un medio casero. Creo que destacan sus filmes experimentales. Pero lo recuerdo sobre todo como una persona generosa. El posibilitó, con su donativo, que el documental »Betances: Destierro y libertad» que hice en 2015, se completara. Le ofrecí que apareciera como Productor Asociado y me dijo que no quería crédito, por lo que simplemente aparece un agradecimiento a Chirimbillo, su nombre de batalla. Entiendo que además dio talleres en video y que en cierta manera se mantuvo activo, luego de que abandonara el super-8 por sentirse «fundido». Además, los formatos de video y video digital posibilitaron nuevos modos de producción y el pequeño formato de cine cayó en desuso.
MARIEN BARRETO:
Mucho antes de que existieran internet y las redes existió en Puerto Rico el Taller de Cine La Red, un junte afortunado de jóvenes cineastas empeñados en hacer cine en formato Super 8.
Allí conocimos (mi compañero Carlos Malavé y yo) a Eduardo Cánovas, el “Chirimbillo”. En el grupo aportaba su trabajo y recursos para los proyectos de todos y otros eventos del taller, incluyendo la celebración del primer Festival Internacional de Cine Super 8 en Puerto Rico donde acudieron cineastas de Europa y Latinoamérica (hecho sin emails, ni WhatsApp ni Facebook…). Su motivación y entusiasmo eran contagiosos. Sus documentales siempre se enfocaban en combatir los abusos e injusticias de esta colonia: el asesinato de Adolfina Villanueva por la policía, el desahucio de Villa Sin Miedo, los asesinatos terroristas contra independentistas, la lucha de Vieques…
Comprometido, tenaz, generoso y solidario…Así era Eduardo Cánovas, “Chirimbillo”.
OSCAR COLON:
Conocí a Eduardo en la isla de Mona, donde filmaba un documental de las cuevas. Allí lo vi por 1era vez y desarrollamos una amistad que nos llevó + tarde a la organización de varios festivales de cine Super 8mm en Puerto Rico, cine alternativo y de vanguardia. Mucho + tarde coincidíamos en Cuba en el Festival Internacional del Cine Pobre de Gibara, con el cual tenía conexiones muy fuertes por sus producciones muy parecidas a lo que había sido nuestros encuentros de Cine la Red. Siempre estuvo en la lucha por los derechos de los desamparados como el caso de Adolfina Villanueva.
LOWELL FIET:
No conocí a Eduardo Cánovas a través del Taller de Cine La Red o en otra capacidad artística o profesional. Lo conocí más casualmente como un amigo de María Cristina quien visitaba la casa y era un conversador gregario sobre el cine, la política, Cuba y bicicletas, entre una multitud de otros temas. Me cayó muy bien y aún mejor porque compartimos el afán de correr bicicleta. Eduardo era una de las pocas personas suficientemente valiente para no tener un carro y lanzarse a las calles de San Juan utilizando su bici como transporte principal. Mi propia práctica de correr cada domingo por la mañana para evitar el tránsito peligroso de la semana parecía muy tímida al lado del gesto de Eduardo de moverse entre Río Piedras, Hato Rey, Santurce y San Juan en dos ruedas.
El gran valor de Eduardo fue su capacidad de hablar en múltiples registros sobre muchos temas y su radicalidad general en acercarse a cada tema. Vimos juntos varios documentales, especialmente los cubanos, pero verdaderamente no hablamos de cine, sino más generalmente sobre los temas de los filmes. Tenía mucha experiencia de viajar a La Habana y eso me ayudó cuando en julio de 2022 tuve un taller de máscaras en el Teatro Estudio Macumbá en Santiago de Cuba. Al momento, por un cambio de planes, descubrí que necesitaba hospedaje en La Habana yendo y regresando de Santiago. Eduardo de inmediato, me suplió el contacto de los amigos donde él se hospedaba y, conociéndole a él, yo recibí el mismo trato que siempre le dieron. Gracias y adiós hermano.