Especial para En Rojo
La primera característica que salta a la vista entre las obras que Sarabel Santos Negrón exhibe en el Museo de Arte de Caguas es su fisicalidad. Esta aseveración puede resultar un tanto obvia, por tratarse de obras escultóricas, pero no toda escultura –ni siquiera todo ensamblaje– aprovecha las propiedades físicas del material con la capacidad expresiva que demuestra la artista en su muestra Emplazamiento del Imaginario Costero. Si a esto se añade el hecho de que las obras incluidas son técnicamente paisajes tridimensionales en los que se funden la escultura, la pintura y la gráfica, resulta notable cómo la artista utiliza la elegancia como de caballo de Troya para tratar un tema muy feo y urgente.
El material del que hablamos es el policloruro de vinilo, mejor conocido como PVC; un polímero plástico que se utiliza ampliamente en la construcción, lo que nos ha llevado a asociarlo con tuberías de desagüe. Así que, antes de leer el título de la muestra, Santos Negrón nos da indicios del tema a tratarse mediante la selección de su material principal, uno utilizado como conducto de agua. Del mismo modo, la obra que recibe al espectador, titulada Pleamar, funciona a modo de clave en un pentagrama, pues es la única obra de la muestra que se encuentra en el suelo y es la más literal de la serie, titulada Mitigaciones. La misma consta de tiras gruesas de PVC curvadas en ondulaciones que imitan la creciente del mar sobre una base de arena. Así, se hace evidente que las labores curatorial y museográfica hacen consistentes la propuesta visual con lo estipulado en los textos de pared.
Todas las palabras en el título de esta exposición hacen referencia a espacios: emplazamiento es el acomodo de un elemento en un lugar, la imaginación es un espacio metafísico y la costa un espacio geográfico. Así que no es sorpresa que la serie constituya verdaderos paisajes, es decir, obras en la que el espacio es protagonista. Lo que sí resulta sorpresivo es la manera en la que Santos Negrón hace uso del relieve, un tipo de escultura poco utilizada en el arte contemporáneo. Tradicionalmente, llamamos relieve a las esculturas adosadas a una pared u otra superficie, resultado en una escultura de la que únicamente podemos ver tres lados (a diferencia de una escultura de bulto, o exenta, a la que podemos darle la vuelta). Por esta razón, muchos relieves suelen ser tallados en piedra o madera, o vaciados en metal, porque el artista suele partir de una estela que bien puede erigirse por cuenta propia o colocarse sobre otra superficie. Pero este no es, ni de lejos, el proceso que utiliza Santos Negrón. De hecho, la artista va directamente en contra de esta lógica milenaria, pues la talla es un proceso de extracción (se cortan pedazos del bloque y se retiran) y ella recurre al ensamblaje, el cual es un proceso de adición (juntando piezas prefabricadas).
Si utilizamos el término relieve para clasificar esta obra, es únicamente porque es más que clara la intención de que sean obras de pared. Tanto así, que la artista incorpora las paredes del museo a sus esculturas, nuevamente revirtiendo el proceso escultórico tradicional. Y es que –aun cuando algunas obras incluyen el soporte desde el cual se proyecta el PVC– Santos Negrón incluye los colores de la pared como parte de sus composiciones. En El punto de esfuerzo metafísico, por ejemplo, la pieza escultórica está montada directamente en la pared, y a su vez la pared está pintada en dos tonalidades que emulan un horizonte. Por otro lado, en La construcción de la Isla propia, un recuadro pintado en la pared hace las veces de marco, separando el horizonte pintado en el soporte de la obra del horizonte pintado en la pared. Si históricamente el paisaje ha sido un género asociado a la pintura, más que a cualquier otro tipo de arte, la artista además incorpora en su obra elementos de la museografía, sin llegar a convertir la muestra en una instalación. Pero estas no son las únicas maneras en las que Santos Negrón revierte la tradición artística en su práctica.
Las y los artistas de Puerto Rico llevan varias décadas utilizado el PVC como matriz de grabado, como alternativa al linóleo y la madera. De modo que ya existe una relación directa entre este material y la escuela gráfica puertorriqueña. Pero Santos Negrón, nuevamente, le lleva la contraria a esta relación. En lugar de utilizar el PVC como matriz, lo utiliza como soporte sobre el cual “imprime”, más bien, transfiere imágenes digitales. No siendo esto suficiente, en lugar de realizar hendiduras en la matriz, como regla general, hace que la matriz se proyecte en la dirección contraria al corte. Sin embargo, algunas de las obras incorporan cortes, como de gubias, que señalan el conocimiento de la artista sobre la relación histórica entre estas artes. Así actualiza la tradición, incluyendo elementos gráficos contemporáneos, al mismo tiempo que innova sin sucumbir a la presión del supuesto rompimiento con la tradición, si no que aporta nuevas prácticas desde la tradición misma. Siendo que esta es una muestra que se presenta como parte de la Poli/Gráfica de Puerto Rico: América Latina y el Caribe –descendiente de la Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano y del Caribe, celebrada desde la década de 1970–, la obra de Santos Negrón, como efecto colateral, le hace justicia a la escultura, un tipo de arte que no ha tenido del mismo reconocimiento nacional del que gozado la gráfica.
Sobre el tema que ha elegido trabajar la artista no podemos aportar mucho más, puesto que constantemente aparece en la prensa la lucha de los sectores ambientales por hacer valer la Constitución de Puerto Rico en contra de quienes buscar robarse nuestras playas. La obra de Santos Negrón, sin embargo, no es de carácter panfletario, si no que busca dirigir con el ejemplo. Esta exposición se compone principalmente de material encontrado y reutilizado, evitando así que termine convirtiéndose en micro plástico que terminemos consumiendo o que afecte la vida marina; así que su proceso es uno que aporta “su grano de arena” a la mitigación de contaminantes. Además, como afirma la curadora de la muestra, Elsa María Meléndez, la obra de Santos Negrón constituye una “promesa para el futuro”. Si una sola artista es capaz de transformar la basura que afea nuestras playas en elegantes piezas de arte, cuanto más puede hacer un pueblo entero para conservar la belleza natural de nuestros ecosistemas. Sin embargo, como la obra de Sarabel Santos Negrón, estos esfuerzos implican reinventarnos, sin necesariamente desprendernos de la tradición. Hay que nadar contra la corriente.