Nadie en Puerto Rico niega la fuerza que tiene el deporte en el corazón de nuestro pueblo. Por eso fue maravilloso ver ganar a nuestros «doce magníficos» del baloncesto masculino los cuatro juegos consecutivos del torneo de Repechaje que les consiguió la clasificación para representar el basquet boricua en las próximas Olimpiadas, que tendrán lugar en París, a partir del próximo 26 de julio. Con su gesta, nuestro equipo nacional de baloncesto masculino completó la delegación que representará a Puerto Rico en distintos deportes en el más importante cónclave del deporte mundial. Ya el equipo nacional de baloncesto femenino había clasificado. La cifra total de 51 atletas participantes supera los pronósticos del propio Comité Olímpico de Puerto Rico.
Poder tener en Puerto Rico un Comité Olímpico, y participar como nación en encuentros deportivos internacionales, es una conquista enorme del pueblo puertorriqueño. Sobreponiéndose a la condición de inferioridad política que nos impone el ser colonia de Estados Unidos, Puerto Rico ha sabido forjar el consenso y la unidad necesarias para reclamar, proteger y enarbolar su soberanía deportiva, y defenderla como un espacio de auto reconocimiento y celebración de nuestra identidad nacional, que le ha permitido brillar con luz propia en el firmamento deportivo mundial.
Hace solo 75 años que Puerto Rico ostenta la soberanía deportiva. Nuestra primera participación olímpica fue en 1948 en las Olimpiadas de ese año en Londres, exactamente 50 años después de la invasión de Puerto Rico por Estados Unidos. La petición la hizo el líder deportivo Julio Enrique Monagas, con el respaldo de los organismos deportivos de la época. En esa primera ocasión, enviamos una delegación pequeña, 9 atletas y 3 administradores. Nuestro abanderado fue el pertiguista José «Fofó» Vicente quien, en lugar de desfilar con la bandera de Puerto Rico, lo hizo con la enseña del recién constituido Comité Olímpico. Recordemos que en aquellos años nuestra monoestrellada estaba prohibida. Considerada por el gobierno colonial como un símbolo de «subversión», el solo hecho de poseerla- y mucho más, desplegarla- era un delito que se castigaba duramente, como se vería dos años mas tarde, cuando tras la Insurrección Nacionalista, miles de compatriotas fueron detenidos y puestos en prisión, muchos de ellos y ellas por el mero hecho de tener una bandera puertorriqueña entre sus pertenencias.
En ese contexto de intimidación y feroz represión política, se inició la participación deportiva internacional de Puerto Rico con mucha energía y excelentes resultados. El boxeador Juan Evangelista Venegas nos trajo nuestra primera medalla olímpica, un bronce con brillo de oro que ha quedado registrado con honor en nuestra historia deportiva. De ahí en adelante, no ha cesado nunca la participación de la Nación Puertorriqueña en todas las competencias regionales, hemisféricas y mundiales, reavivando el sentido patrio y el orgullo boricua cada vez que se levanta en alto nuestra bandera o se escuchan los acordes de La Borinqueña. La participación deportiva internacional boricua, bajo el liderazgo del Comité Olímpico de Puerto Rico y en las personas de nuestros y nuestras atletas de alto rendimiento, ha traído a Puerto Rico cientos de medallas de todos los metales en competencias centro y panamericanas y olímpicas a través de los años y las décadas. Pero, sobre todo, han puesto en evidencia ante el mundo la vitalidad y resistencia de nuestra nacionalidad puertorriqueña que sabe afirmarse y crecer ante los grandes desafíos.
También ha desatado la ira de sus enemigos que, durante todo este tiempo, no han dejado de maquinar esfuerzos para interrumpir, desviar, crear división y sabotear el trabajo del Comité Olímpico y minar nuestra soberanía deportiva, motivados por sus enredos de espíritu y una ideología anti puertorriqueña que es provocada por el efecto que tiene en algunas personas la prolongada experiencia colonial.
Por haber perseverado ante todos los obstáculos, debemos estarles agradecidos a nuestros atletas, y a las federaciones y oficiales del Comité Olímpico que representan a nuestro país en esos foros. Hay que reconocer especialmente la contribución de los atletas de la diáspora quienes, sin haber nacido ni haberse criado aquí, se sienten tan boricuas como el que más, y se adhieren con amor y compromiso para poner su talento y destrezas deportivas en el esfuerzo de representar con excelencia a Puerto Rico. Ellos y ellas han contribuido decisivamente a expandir el impacto y calidad de nuestro desempeño en el terreno deportivo, y fomentan la comprensión, cercanía y familiaridad entre los boricuas de las dos «orillas».Las medallas de oro olímpicas de Mónica Puig y Jasmine Camacho Quinn simbolizan la expresión más alta del espíritu boricua en el deporte internacional. Un logro que debía significar alegría y esperanza para todos los sectores en nuestro país.
En el pasado conversatorio anual que realizó CLARIDAD, el tema fue «El deporte aquí y allá, una sola Nación», una exploración de la soberanía deportiva y la representación internacional de atletas de Puerto Rico y la diáspora. El panel estuvo moderado por la periodista y ex volibolista Ivonne Solla, e integrado por tres figuras deportivas boricuas: el licenciado Jaime Lamboy, alto oficial de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), la medallista panamericana y veterana judoca Melissa Mojica y el estelar atleta del décalo, nacido y criado en Pennsylvania de madre y abuelos puertorriqueños, Ayden Owens Delerme quien, con solo 22 años, es una estrella ascendente en el atletismo mundial.
Durante el intercambio, Ayden explicó de forma muy directa, en inglés, su decisión de formar parte de la delegación que representa a Puerto Rico, a pesar de haber sido invitado a integrar la delegación de Estados Unidos. » Toda la vida me he confrontado con la pregunta ¿quién eres? ¿a quién representas? ¿cuál es tu identidad? Solo estoy aquí para decir que soy puertorriqueño. Eso es todo lo que me importa.»
Realmente, eso es todo lo que nos debe importar. Que nuestros atletas quieran y puedan representar lo mejor de lo que somos como puertorriqueños. ¡ Éxito y buenas vibras a nuestra delegación en los Juegos Olímpicos París 2024!