Canta amigo: Homenaje a Marcial Lafuente

 

Nada mejor que un cuento bien tradicional cuando los eventos de tu vida te superan. Tu guerra es con el ABS y con el Low Batt. ¿Qué hacer para evitar que enciendan cuando vas transitando por el Expreso con un inexplicable amago de paro cardíaco? El tarazón creo que lo llamaba Juan Ramón Jiménez, su consabido dolor de pecho. O el cuadro pintado por cierto migra ruso de mi parentela, que acabó mesero con resuelta majestad y no por ello pudo evitar esa inevitable punzada venida no se sabe de dónde. El muestrario de paños, o lista de apartados telefónicos, te acercan al problema como lo haría Philip Roth, dándole vueltas a la muralla sin que te animes a asaltar un recuerdo espinoso. Uno para medirte la presión arterial, otro para grabar lo que te quiera decir en Whattsap una persona inverificable, sin saber si esa foto en la que no reconoces a nadie de tu prolongado ayer te desvía de un requiebro doloroso.

Pepe, de quién soy vocal. Pepe, mi continuada espina de Caín. Cuántas veces no se ha publicado la historia de la que pudo ser su media naranja. Egipcia o no, el Sueño era él. Yo era la sombra de un sueño prolongado. Mi pariente, el mesero Iván, que se ocupaba de recordarme que nuestro ancestral abuelo era mesero. ¿Hasta cuándo no escribí tus aventuras para hacerme a un lado cuando te tocara dar la cara por una Sombra como yo?

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Evento con Pepe, 1992 environs

Cuando tu amigo se casó con la compositora, lo seguiste fielmente hasta Austin creyendo que era tu hermano. Allí te dice: nos vemos, amor. Rabiando regresas a la isla que te vio nacer y haces contacto conmigo porque te llamó la atención que fuera tu tocayo. Yo, que tenía tan buenas notas y que a todos sonreía. Tú, que te bebías hasta las lágrimas. Me notifican que esa noche viene Julián para darse un trancazo al lado de Padilla. El jefe del sindicato me dice que soy puertorriqueño de pura cepa, que como Julián brego con la hipertensión con un tajito en la mano.

¿Quién esa noche en Bidis? Como no había GPS, conjeturamos que debía tratarse de la novia de alguno: Julián, Vibración, Down y Tu Sombra. Pasó dicen como un celaje en su carrazo. Los recuerdos que me pasan revista por el rabo del ojo. ¿No quieres hacer cine ya?

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