Chez versus Mukien: O el rol de la intelectualidad

 

 

 

 

«La lucha contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido”

 La insoportable levedad del ser

Milan Kundera

La  discusión que se está sosteniendo al interior y exterior de la Academia de Historia, sobre la inclusión de Ramiro Matos, va más allá de las personas que la encarnan.  Lo que está en discusión es un viejo paradigma:  el del rol del o la intelectual en la sociedad.

En Dominicana es un debate de larga data, recuérdese la Carta de Juan Bosch a los intelectuales de 1954; es perenne entre poetas y nos trasciende.  El ejemplo quizá mas célebre en El Caribe, es el de la poeta nacional de Puerto Rico:  Julia de Burgos, considerada por  Neruda y Bosch como la gran voz emergente de America, cuyo nombre se expandiría, “como el de la sombras cuando el sol declina”.

Frente a su ataúd, en el Ateneo Puertorriqueño, Nilita Vientós, de la Academia de la Lengua, su eterna rival poética y despechada  enamorada de Juan Isidro Jímenes Grullón, se atrevió a decir que Julia “hubiera sido una gran poeta si no hubiese incluido en su poesía y ensayos los temas políticos y sociales”, precisamente los que la han convertido  en bandera de su nación.

Llama la atención el reclamo de Chez a Mukien: “Cuando yo te presenté en la Academia eras una “académica pura”.  Empero, ¿puede existir algo como una “académica pura”, “un poeta puro”, o “un intelectual puro”?

Si “pureza” quiere decir falta de influencia ideológica, ello es imposible.  En el caso especifico de Mukien, ella es  egresada de la Universidad Católica Madre y Maestra (la cual expulsó el pensamiento liberal de sus aulas desde el inicio de su creación), y es una ferviente admiradora de Monseñor Núñez Collado, quien no necesita presentación y que en paz descanse.

Y es imposible por una simple razón:  Porque desde que nacemos nos socializan, con ideas y valores, y nos constituyen (análisis de genero) en ideologías andantes, por eso quienes dicen ser “apolíticos” son de hecho más políticos que los políticos, porque con su inacción avalan el status quo, o la sociedad que le circunda, con sus aciertos y sus injusticias.

Lo segundo es que no hay escritura “neutral”, como lo están demostrando los actuales estudios sobre la Historia, que  siempre ha sido escrita por los vencedores.  Por eso, la historia convencional tiene tantas ausencias, y   en los Estados Unidos las mujeres están empeñadas en escribir su historia o “Her- story”, en  complemento a la “His-tory”, Her,(o de ella), y His (o de él).

Por último, una cosa es perder un ojo en una batalla, y otra fusilar a un grupo de hombres enfermos y desarmados.  Claramente lo segundo no constituye una acción heroica, y que el autor de la masacre sea un escritor, o haya publicado  libros no le exime del juicio colectivo, como no ha eximido a Celine, uno de los mayores escritores de Francia de su feroz antisemitismo y colaboración con los nazis, razón por  la cual no se pudo celebrar su Centenario.

¿Qué lamentamos?   Que una hermandad como la de Chez y Mukien se hay podido afectar por alguien que no merece ni que se le mencione.

  1. LA VULGARIDAD DEL PERIODISMO

Para irradiar luz hay que tenerla, y así sucede con las democracias:  sólo proyectan valores si son auténticas. El mundo se parece cada vez menos a nosotros, protestamos, pero hace tiempo que decidimos constituirnos en mausoleo de oro y encerraros en él, y nos ocurre igual que las bibliotecas cuando solo se nutren de si mismas…o las Academias.  Nos empobrecemos”.

El País.  Reseña sobre “El Poder de Nadie”, de Pierre Rosanvallon, profesor del College de France.  Teórico sobre “La ideología ascendente de este siglo”.  Referencia intelectual de la Francia Contemporánea”.

En el debate sobre Ramiro Matos y su inclusión en la Academia de Historia, uno de los reclamos de Chez Checo a Mukien es que haya dejado de ser una “académica pura” y se haya transformado en una “vedette” que “escribe artículos”, haciendo uso de clichés de internet etc.

Detrás de esa afirmación hay un juicio de valor, el de menosprecio del periodismo por  la intelectualidad, al cual consideran vulgar.  Y vulgar es si la palabra viene de vulgo, o pueblo, porque quien escribe en los diarios y otros medios de comunicación, lo hace para llegar a la gente, para salirse del círculo cerrado de la llamada intelectualidad.

Habría que recomendarle a quienes sostienen esa posición que lean a la más erudita y completa intelectual de República Dominicana de todos los tiempos:   Camila Henríquez Ureña.

Ya en 1939, Camila declaró en su ensayo sobre La Mujer y la Cultura, que:

“Las mujeres de excepción de los pasados siglos representaron un progreso en sentido vertical.  Fueron precursoras, a veces sembraron ejemplos fructíferos.  Pero un movimiento cultural importante es siempre de conjunto y necesita propagarse en sentido horizontal

…La mujer necesita desarrollar su carácter en el aspecto colectivo para llevar a término una lucha que está ahora en sus comienzos.  Necesita hacer labor de propagación de la cultura que ha podido alcanzar para seguir progresando.  Y siempre que la cultura tiene que extenderse, da la impresión de que baja de nivel.  Se trata de una ilusión óptica”.

Pág. 66, CHU.  Feminismo y otros temas.

 

De esta cita quisiera que recordaran estos postulados:

1.-Que todo movimiento cultural importante es siempre de conjunto y necesita propagarse en sentido horizontal.

2.-Que la mujer necesita desarrollar su carácter en el aspecto colectivo, para llevar a término una lucha que está ahora en sus comienzos.  Y,

3.-Que la mujer necesita hacer labor de propagación de la cultura que ha podido alcanzar para seguir progresando.

En 1983 un grupo de jóvenes poetas se organizó en un Círculo, adoptó la enseñanzas de Camila, y denunció a quienes Camila definió como  “varonas intelectuales”, las pocas mujeres de excepción aceptadas por los hombres en sus gethoes literarios, que se convierten en sus portavoces; por eso afirmo que la discusión sobre la función de la intelectual en la sociedad es de larga data.  Así, un intelectual tan “puro” como Borges apoyó la dictadura de Pinochet, y la lista es larga.

Lo que si nos queda claro es que la sociedad dominicana se ha derechizado, y por esa razón la Academia de la Historia se atrevió a aceptar entre sus filas a una figura tan cuestionada, por Minou y Mukien entre otros y otras,  como Ramiro Matos.

El problema es que esta desecralización, o banalización de la Historia, provocada por lo que se ha denominado como “Cuarta Revolución Tecnológica” (las redes sociales, internet, Netflix y otras yerbas) y su fomento de la despolitización, el individualismo, o la falta de empatía, o solidaridad; la promoción de una nebulosa entre el bien y el mal, o lo correcto o incorrecto, justifica la visionaria tristeza de Don Pedro Mir.

La última vez que lo visitamos, su esposa nos dijo que no podríamos verle porque estaba muy enfermo y ya cuando nos disponíamos a salir Don Pedro bajó hacia la sala y nos dijo:

“Me estoy muriendo de la derrota de mi generación, y ustedes también”.

¿Quizás ya es hora de admitirlo?

 

 

 

 

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