COVID -19 “Se necesita tiempo preparar los protocolos del regreso a clases”

 

CLARIDAD

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Aunque las recientes órdenes ejecutivas emitidas por el ahora gobernador, Pedro Pierluisi Urrutia, flexibilizando las medidas dirigidas a combatir la propagación de la infección con el coronavirus (COVID-19) crean la impresión de que el peligro ha pasado, los números denotan lo contrario.

A finales de la segunda semana de febrero, de acuerdo con la tabla de datos del Departamento de Salud, el total de casos de COVID-19 confirmados era de 36,904, los casos probables eran 33,615, las muertes confirmadas 659 y las muertes probables 203.

Sobre la falsa impresión de que ya ha pasado el peligro, la neumóloga pediátrica, doctora Brenda Rivera Reyes, miembro del grupo de profesionales de la ciencia, Ciencia PR, señaló en entrevista con este semanario que el problema ha sido que aunque se empezó bien —en referencia a los primeros encierros—, cuando las cosas están funcionando, de momento, viene el Gobierno y cambia todo. “Si uno mira hacia atrás, cerramos a tiempo. Eso se hizo muy bien, pero los pasos que se tenían que hacer luego del cierre no se hicieron. Ahí fue que comenzó el problema. No teníamos pruebas, no hubo nadie educando al pueblo para que entendiera de lo que se trataba”. Dio como ejemplo que en su clínica quizás se tarden unos 5 y 10 minutos más con un paciente nuevo, pero eventualmente, el resto del tiempo el paciente sabe lo que padece y lo que tiene que hacer. Pero que como a las personas no se les ha orientado sobre la enfermedad, entonces ha habido que estar la mayor parte del tiempo apagando fuego.

Cuando se empezó a ver unos números favorecedores, el Gobierno se apresuró a abrir. “No hay paciencia, lo comparo con cómo se están criando ahora los niños, que todo es rápido”. Mas otro factor que ha incidido en que continúe la propagación del virus, dijo, es el sistema de salud. “El sistema de salud no nos ayuda, porque no tenemos un sistema de salud donde se enfatice la medicina preventiva. Por lo tanto, pasamos a ver pacientes con alta presión, del corazón o diabetes que están totalmente descontrolados y, por lo tanto, cuando surgen situaciones como esta, de una pandemia, se ve reflejado más”.

Rivera Reyes, quien además tiene un doctorado en inmunología, relató que son muchas las capas que hay debajo de la pandemia, las cuales ha visto en su práctica. Como por ejemplo, algo que ha salido a la luz dentro de la medicina preventiva es que muchos niños han faltado a sus visitas de seguimiento con el pediatra y, por lo tanto, sus vacunas se atrasan. “Las consecuencias de una pandemia no son solo los que se enferman. Tiene repercusiones en todos lados, como hemos visto, en la economía, la salud mental de las personas, los niños que han tenido que pasarla mal”, observó.

La doctora Reyes Rivera confesó que ha dejado de ver los números diarios —los ve semanalmente— de cómo va la epidemia, ya que un cambio de un día para otro en números no le dice nada, además de que los titulares de muchos medios crean mucha ansiedad. Aunque ve números esperanzadores, considera que aún no es tiempo para reabrir del todo. “Sí, queremos que sigan bajando esos números. Cuando al fin se está viendo algo bueno, eso no es para abrir inmediatamente, es que dan indicios de que se están haciendo las cosas bien y hay que seguir así para eventualmente llegar a lo que se quiere”.

El proceso de vacunación

La doctora Rivera Reyes reconoció que hay problemas con el proceso de vacunación y sabe que hay problemas con las citas, así como con la comunicación: “Tengo personas desesperadas porque piensan que la segunda dosis es distinta a la primera. Es lo mismo, lo que pasa es que se utilizan los términos para cuestión de inventario y para ordenarlas, porque no se ordenan a la misma vez”. Explicó que cuando se ordenan las vacunas de manera automática, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) pone el número que se ordenó de la primera dosis y, por consiguiente, el de las segundas dosis, para cuando se ordenen las de los que ya fueron vacunados. Eso, dijo, es para que el proceso siga fluyendo y llevar una mejor contabilidad. En Puerto Rico se mezclaron las dosis y ahora es bien difícil llevar una contabilidad y ponerlo en el récord de vacunación electrónico que tiene que llevar el Departamento de Salud

La doctora Rivera Reyes catalogó de correcto el que los primeros en vacunarse hayan sido los proveedores y todo el personal relacionado con la salud. Dio a conocer que en estos procesos hay siempre un comité de ética de emergencias que decide quiénes tiene prioridad. Las razones para que primero sean los trabajadores de la salud son obvias. La decisión de que luego hayan seguido las personas de 65 años en adelante es debido a que este grupo poblacional es el que tiene las secuelas más fuertes del virus, ya se la muerte o la aparición de condiciones de salud que no tenían antes, o son personas que ya tienen condiciones crónicas.

“Por lo tanto, se ponen en ese grupo con dos propósitos: uno, porque son los que tienen más peligro; dos, porque en el momento que uno logra que esa cantidad de personas que se enferma en ese grupo sea menos, poco a poco se va aliviando el sistema de salud. No es lo mismo que tener que ver en sala de emergencia hoy 200 pacientes a que dentro de un mes el censo me baje y vea 50 al día. Eso completamente, le da un respiro a todos los que llevan trabajando un año, y hay una mejor una utilización de recursos. Esas son las razones que hay detrás de las fases. No es por darle favoritismo, son unas bases científicas y éticas que están establecidas. Ahora, que no las sigan, ya eso es otra cosa”, afirmó.

Destacó que la vacuna es bien importante para lograr el número de inmunidad de rebaño debido a que lograrlo sin tener una vacuna es peligroso. No se tiene información de que realmente eso suceda. Pretender una inmunidad de rebaño sin vacunarse es básicamente estar jugando a la ruleta rusa. Para ella, si se tiene la tecnología y la ciencia para hacer una vacuna, la vacuna es lo mejor.

Como inmunóloga, Rivera Reyes resaltó que ahora mismo hay que proteger en especial a los niños, ya que estos no se pueden vacunar.

No al regreso a los planteles en marzo

La neumóloga pediátrica dijo de manera categórica que no se tienen las condiciones para el regreso a clases presenciales en marzo.

“Y no es solo por la pandemia. Hace un año atrás, en estos momentos, en Puerto Rico había muchos niños que no estaban yendo a la escuela por los terremotos. Viene la pandemia, cierran, y el Gobierno y el Departamento de Educación (DE) desperdiciaron un año entero para inspeccionar y arreglar las escuelas. En vez de mirar lo positivo dentro de una situación, lo que hicieron fue poner el candado y olvidarse que tenían salones, es lo que aparenta. Yo no conozco a nadie, no he visto prueba de que lo hayan hecho”, declaró en tono enfático.

Según la doctora, se necesita tiempo para que las escuelas preparen todos los protocolos de regreso a clases. A los niños también hay que prepararlos, porque ellos no van a volver al mismo sistema que tenían hace un año atrás, donde llegaban saludaban a sus amiguitos, comían en el patio donde compartían; no van a llegar a ese ambiente. Más aun, Rivera Reyes denunció que el DE ha citado que el protocolo son recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría y reparó en que ese documento salió en mayo del año pasado, por lo que desde esa fecha el DE pudo haber comenzado a pensar en las cosas que podía hacer y utilizar los fondos federales que se enviaron para ese propósito. De hecho, ella fue la única, al menos en su círculo, que se leyó el documento en mayo y sabe que toma tiempo lograr las cosas que dice, declaró.

“Al ser pediatra, pienso en tantas cosas. La prueba más real de que el DE lo que hizo fue arrastrar los pies es que hubo problemas hasta para los módulos de enseñanza. En las casas los estudiantes no tuvieron computadoras hasta diciembre, no se aseguraron de que tuvieran acceso a internet. Eso pone una carga mental para los niños y para los padres”.

Los avances en el tratamiento

Respecto a si ha habido en el País algún cambio en la enfermedad que la clase médica no haya podido atender, Rivera Reyes expresó que puede asegurar que sus colegas se mantienen al día y comparten los conocimientos entre sí.

Según indicó, lo que ahora mismo está faltando en Puerto Rico y se tiene que planificar es establecer las clínicas post COVID porque hay muchos pacientes que después de su enfermedad nunca regresan a su estado de salud anterior. Este movimiento ya se está produciendo en Estados Unidos y muchas ciudades de Europa.

Relató que se están viendo muchas complicaciones como deterioro en la función pulmonar; hay personas que terminan con problemas cardíacos, porque el virus ataca las células del corazón; problemas neurológicos y cansancio. Ya hay protocolos de cómo atender este tipo de paciente después que se recuperan; van a una primera cita y se les evalúa para ver si deben seguir yendo a la clínica o si lo que tiene es algo que puede seguir viendo su médico de cabecera. Esto es algo que se recomienda no solo para pacientes que hayan sido hospitalizados, sino que también se está viendo en pacientes que pudieron estar en su casa y después desarrollaron estos problemas. Uno bien común, que dijo se está viendo tanto en pediatría como en geriatría, es la pérdida del olfato y el gusto.

Hay muchos niños que están teniendo esta pérdida especial, en particular se está viendo en niños que tiene dificultad verbal de comunicación. “Dejan de comer y están bajando de peso, lo que es preocupante, y ya algunos pediatras están al borde de tener que ponerles tubo para alimentarlos”.

La doctora Rivera Reyes, aclaró que es equivocada la impresión de que a los niños no les da COVID. Sí les da, aunque en menor proporción.

Aunque no son tan propensos, señaló que dentro de los niños ya hay grupos que se sabe son los más afectados si se contagian. En cuanto a repercusiones por el covid, los que más afectados salen son los menores obesos y los asmáticos.

También en geriatría se está viendo este problema de que la persona no quiere comer, en especial en las personas con alzhéimer o demencia senil. “Son detalles que se van añadiendo. Nunca se debe hablar de una enfermedad de si mueres o no, porque ese no es el único resultado. Hay otras muchas cosas que va a causar, no es solo si se murió o no”.

A la luz de este panorama considera que no sería prudente continuar con las aperturas, y calificó como un error el aumentar los espacios en los lugares de comida, como tampoco le hace sentido el aumento en los espacios comerciales. La doctora explicó que intentaba en cada orden ejecutiva buscarle el estudio científico que la justificara, pero con el paso del tiempo los cambios han sido más contradictorios y lo que han provocado ha sido incongruencias y confusión en las personas.

En fin, reiteró que las personas deben continuar con las medidas de prevención (el uso de la mascarilla, el lavado de manos), que las personas prosigan con sus cuidados preventivos para que no se atrase el mantener su salud. “No es que de un día para otro la única enfermedad que existe es COVID, que es lo que ha sucedido. Casi nadie se ha preocupado de las demás enfermedades”.

En caso de que el DE insista en abrir las escuelas, debe asegurarse de tener los números epidemiológicos de cada comunidad: “Una escuela en San Juan no va a tener los mismos números que una escuela en Morovis”. Ese informe, dijo, sale todos los miércoles, pero el Departamento de Salud solo tiene los números para las escuelas públicas. “Es imposible reabrir las escuelas con la preparación que ha divulgado el Departamento de Educación”, recalcó.

 

 

 

 

 

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