De Arturo Alfonso a Arthur A: Acerca de un nuevo libro sobre Schomburg

Como con tantos otros casos relacionados a la historia de los puertorriqueños en los Estados Unidos, fue un pasaje en las Memorias de Bernardo Vega que me hizo interesarme por la vida y la obra de Arturo Alfonso Schomburg (1874-1938).  Ya sabía algo de su importantísima labor como bibliófilo y participante con José Martí y otros en los esfuerzos por la liberación de Cuba y Puerto Rico.   Pero fueron los elogiosos y atinados pasajes de Vega los que en verdad me encaminaron a investigar más sobre este fascinante personaje.  Vega ofrece en unas pocas páginas – son meramente dos pero llenas de datos y atinadas interpretaciones – una excelente síntesis de la vida de Schomburg a quien, contrario a otros boricuas del momento, Vega no desprecia por haber dedicado la segunda parte de su vida a explorar la cultura de la diáspora africana y, al hacerlo, quedar identificado como afro-estadounidense.  Es que Schomburg pasó de ser Arturo Alfonso, un tabaquero puertorriqueño y negro que emigró a New York a finales del siglo XIX, a ser Arthur A., uno de los pilares intelectuales del llamado “Harlem Renaissance”.  Para Vega este significativo cambio de nombre y de su vida como totalidad es un “¡magnífico ejemplo de identidad de pueblos oprimidos!” (244)

Desde entonces trato de leer todo lo que sobre Schomburg se publica.  Por ello, leí con gran interés y atención el nuevo estudio de Vanessa K. Valdés, Diasporic blackness: The Life and Times of Arturo Alfonso Schomburg (Albany, New York, SUNY Press, 2017), libro donde se nos ofrece una especie de autobiografía intelectual del gran bibliófilo.  El libro es una contribución de importancia al campo, pero todavía tenemos que depender del trabajo de Elinor Des Verney Sinnette, Arthur Alfonso Schumburg: Black bibliophile and collector (1989), para tener una visión amplia de su vida y de los dos volúmenes compilados por Flor Piñero de Rivera, Arthur Alfonso Schumburg: A Puerto Rican quest for his black heritage / Arturo Schumburg: Un puertorriqueño descubre el legado histórico del negro (1989), para familiarizarnos con sus escritos.  Por su parte, Valdés intenta contextualizar la vida y la obra de Schomburg y, por ello, estudia sus publicaciones, sus lecturas formativas, sus imágenes fotográficas y, sobre todo, su labor como creador de archivos sobre la negritud.

El gran problema con la figura de Schomburg es que se ha impuesto una visión dicotómica sobre su persona, visión que lleva a algunos a verlo como un traidor, como un puertorriqueño que deja de serlo para convertirse en afroamericano.  Este es el paso de Arturo Alfonso a Arthur A.  Vega no lo veía así porque, como buen socialista, tenía una mirada internacionalista y, por ello, veía en los dos momentos de la vida de Schomburg – antes y después de 1898 – un claro y noble propósito cívico que lo convertía en un ser coherente y no en uno fragmentado y, menos aún, en un traidor a sus orígenes nacionales.

Valdés se acerca al problema de manera distinta: ella trata de ver cómo las raíces antillanas de Schomburg sobreviven en su periodo de identificación con el movimiento de revisión de la cultura afro-estadounidense y cómo el concepto y el ideal del archivo está siempre presente en toda su vida.  Es que Valdés, como muchos intelectuales de nuestro momento, entienden la identidad, tanto la individual como la colectiva, como una situación y no como una esencia.  Por ello mismo ve en Schomburg múltiples identidades que se expresan y funcionan de acuerdo a las necesidades sociales y políticas del momento.  Valdés tiene también el particular beneficio de poder valerse del concepto de lo “afro-latino”, un concepto relativamente nuevo y particularmente útil para poder explicar la vida de Schomburg.  En éste y en otros importantes sentidos su libro está marcado por el pensamiento crítico de nuestro momento; sus páginas están llenas de términos e ideas que así lo confirman.  En este sentido y por esta razón, el libro de Valdés representa una valiosa contribución al estudio de la vida y la obra de Schomburg y de la historia de los puertorriqueños y los afro-estadounidenses de su momento.

Diasporic Blackness es un libro ambicioso; no cabe duda de ello.  Y es también un libro que hace aportaciones de importancia al estudio de Schomburg.  Para mí, lo más valioso del libro de Valdés es el capítulo que dedica a los archivos – el Archivo – creado por Schomburg.  El empleo de este concepto está marcado por las ideas posestructuralistas que en general marcan profundamente todo el trabajo de Valdés.  Archivo, pues, va más allá de la mera colección de documentos, objetos artísticos y libros que concretamente amasó y armó Schomburg y que formó la base para la colección de la diáspora africana de la Biblioteca Pública de New York.  Archivo, en este caso, es la construcción de un ente intelectual que sirve para crear la historia de esa diáspora.  De ahí el título del libro y de ahí también que el capítulo dedicado a este tema en particular sea el mejor del estudio de Valdés, a pesar de que todavía hay que estudiar en más detalle la composición de ese aún tan importante archivo.  ¿Qué contenía exactamente?  ¿Qué libros u objeto privilegió Schomburg al formarlo?  ¿Cómo fue creando ese archivo?

Por otra parte, está el capítulo que Valdés dedica a los escritos de Schomburg.  En vez de ofrecer un cuadro amplio de toda su producción – lo que sería posible dado que Schomburg escribió relativamente poco –, Valdés ofrece un comentario somero de algunos de sus ensayos; ella los llama crónicas, aunque creo que no es una categoría aplicable a los mismos.  Es que predominan en su obra los textos históricos o los que plantean la necesidad de crear y difundir una historia de la diáspora africana.  La selección de textos que Valdés comenta no me parece la más acertada para entender el significado de la obra de Schomburg como totalidad y como conjunto coherente.

Además, para entender el significado de la obra de Schomburg hay que partir de la idea de que no fue un gran escritor, que sus ensayos reflejan ideas de importancia para entender el momento, pero que no fue ni un Hostos ni un Martí ni un Du Bois.  Su obra es limitada en cantidad y no alcanza los logros de otros intelectuales del momento.  Eso, bajo ninguna circunstancia, quiere decir que sea una obra descartable, que se pueda ignorar, que no nos ayude a entender su momento.  Es que en su caso, su actividad vital fue más importante que el testimonio escrito que nos dejó.  Por ello mismo el capítulo que Valdés dedica a los textos de Schomburg no me parece el mejor de su libro.

Pero, a pesar de todo ello y por sus innegablemente valiosas contribuciones, hay que darle la bienvenida a este nuevo libro de Vanessa K. Valdés sobre Arturo Alfonso Schomburg quien sin traicionar a nadie y, sobre todo, sin traicionarse a sí mismo, fue también y a la vez Arthur A. Schomburg.

(Este texto apareció originalmente en Centro Voices, publicación del Centro de Estudios Puertorriqueños de la Universidad de la Ciudad de Nueva York el 13 de julio de 2017. Se publica con permiso del editor de la misma.)

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