De cómo la música sirve para protestar

Cuarenta y ocho horas son más que esas. Son una voz que se suma al repertorio que va gestando el pueblo en lucha y resistencia. Las manos sobre el barril, el aire de los pulmones que hace sonar la trompeta, las gargantas del Coro, exceden ese límite de tiempo porque son música para el pueblo, son alto clamor ante las injusticias, son la consigna que protege lo que nos quieren arrebatar.

Los panderos siempre dicen presente: frente a la torre de la Universidad de Puerto Rico y en los portones de los recintos en huelga, en las marchas de estudiantes hasta la Fortaleza o el Centro de Convenciones, en la Asamblea Nacional de Estudiantes, frente al Capitolio, en los distintos piquetes a favor del ambiente, los derechos laborales, la auditoría de la deuda y la educación pública accesible. Es que la música se nos hace indispensable tanto para las protestas por una mejor calidad de vida, como para la vida misma.

“Somos nada sin las artes”. “Un maestro me hizo músico: bellas artes en las escuelas”. Dos estudiantes del Conservatorio de Música de Puerto Rico sujetan carteles con esos mensajes frente a la institución de educación superior localizada en la avenida Ponce de León a la altura de Miramar. Lo hacen en el marco del paro que denominaron ‘48 horas por las artes’.

Durante el pasado martes y miércoles hubo música en ese tramo de la avenida. La proveyeron los estudiantes del Conservatorio como método de resistencia. Allí, con su talento y una guagua de sonido auspiciada por la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), se presentaron el Cuarteto de Cuerdas, el Conjunto de Trompas, la Coralia, el Orlando Jazz Quartet, por mencionar solo algunos artistas presentes. Otros que amenizaron el paro fueron Sayonara Señorita Ska Band y Misa e’ Gallo.

La paralización por dos días provino de los reclamos del estudiantado del Conservatorio: rechazo a todo tipo de recortes presupuestarios contra esta institución, a la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico y a la Corporación de las Artes Musicales; oposición a la eliminación de las Bellas Artes en las escuelas del país; apoyo a la realización de una auditoría a la deuda pública del país y a la renuncia de Rafael Irizarry Cuebas como vicepresidente de la Junta de Directores del Conservatorio.

“Toca bocina por las artes”, leía otro cartel. Y en efecto, fueron muchos los ciudadanos y ciudadanas que durante los dos días respondieron a esa noble petición. Incluso, la noche del miércoles un señor pasó frente a la manifestación en su Harley Davidson y levantó el puño solidario. El apoyo al paro del Conservatorio y a las artes de Puerto Rico también se manifestó en la celebración de un concierto en la UPR Cayey a cargo de la Banda y el Coro del mencionado recinto.

“Una escena que para mí fue bien emotiva fue cuando hoy (miércoles) se sumaron a un plenazo profesores, exalumnos, músicos de la comunidad que por diferentes razones no han tenido la oportunidad de estudiar aquí, pero que sí entienden el valor de esto. Todo ese conglomerado de personas se reunió aquí a ofrecer música a favor de lo que significa la institución”, comentó a En Rojo Jeren Luis Guzmán, representante estudiantil ante la Junta de Directores de esta institución.

“En números más concretos, el año fiscal pasado 2015-2016, la partida gubernamental al presupuesto del Conservatorio era de $6.0 millones. Eso es una cantidad ínfima para una institución de calidad mundial. Esa cantidad constituía en aquel momento el 65% del presupuesto del Conservatorio. Para este año fiscal, la partida gubernamental bajó a $5.3 millones que, tomando en consideración lo chico que es el presupuesto del Conservatorio, prontamente vamos a ver cómo los planes de austeridad que se avecinan nos pueden afectar más”, explicó Guzmán.

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