Editorial: Día a día venciendo al COVID- 19

22 de abril de 2020. Puerto Rico: Un nuevo piquete servicarro por parte de un grupo de ciudadanos ocurrió esta mañana a las afueras de las instalaciones del Departamento de Salud para reclamar que se utilicen las pruebas de COVID-19  de manera estratégica en la isla y además que se trace un plan adecuado ante el golpe económico de la pandemia.

 

Al igual que el año 2020, en Puerto Rico el año 2021 ha sido marcado por la pandemia del COVID-19, una crisis mundial que indudablemente quedará registrada entre los eventos más trascendentales de la historia del Siglo 21. Una vez más la Naturaleza nos recuerda su poder de sacudir los cimientos de las sociedades humanas, obligándonos a echar mano de todos los recursos de nuestra racionalidad e inteligencia para superarlos. La ciencia, desarrollada desigualmente, como todo lo demás en este mundo tan profundamente dividido, ha sido sin duda la mejor arma para combatir este enorme desafío. Gracias a la ciencia, en tiempo récord ya se puede contar con más de una docena de vacunas de distinto tipo y procedencia que han marcado la diferencia entre la vida y la muerte para millones de seres humanos en todo el planeta, pese a la injusta desigualdad económica que aún impide que la mayoría de las personas pueda acceder masivamente a las mismas. El egoísmo, la competencia económica, el afán de lucro desmedido, y las profundas divisiones ideológicas, políticas y de todo tipo que dividen al mundo han sido los principales obstáculos para el desarrollo de una respuesta global integrada y robusta contra el avance del virus.

Pese a todo, Puerto Rico se ha crecido durante esta crisis, y día a día nuestra fuerza salubrista se levanta decidida a combatir y vencer el virus que nos sigue acechando después de casi dos años. Aunque la respuesta pandémica en Puerto Rico ha estado regida por los protocolos del gobierno de Estados Unidos y los CDC, indudablemente nuestro país tiene mejores y más positivos datos que los estados y jurisdicciones de Estados Unidos, exceptuando el estado de Vermont. Ahora mismo y desde el principio de la pandemia, Estados Unidos es, por un amplio margen, el país con la tasa más alta de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos por COVID-19 en el mundo. En ese contexto, el hecho de que Puerto Rico resalte por sus datos positivos es un indicador importante que habla mucho y bien sobre nuestro país y nuestra gente.

Estados Unidos tiene una tasa de vacunación total de 61.8%, mientras Puerto Rico está casi emparejado con el estado de Vermont con la tasa más alta de vacunación completa, a pesar de nuestra gran densidad poblacional. Según datos de la plataforma Worldometer, de hace una semana, en Puerto Rico hay 2.45 millones de personas completamente vacunadas y una tasa de vacunación total de 76.7%, números que deben haber aumentado durante los últimos días, con las grandes movilizaciones que hemos visto de personas a recibir vacunas o dosis de refuerzo. Esto demuestra la madurez, disciplina y civismo de nuestro pueblo, además de la extensa infraestructura organizada aquí para la administración de pruebas y vacunas, y de los miles de profesionales de la salud destacados a través de toda la Isla para atender las necesidades particulares de la población ante el avance de la nueva variante del COVID-19.

A lo largo de estos dos años de retos, nuestra comunidad científica y de salud pública ha desarrollado sus propias iniciativas, protocolos y medidas, sentando cátedra sobre cómo se afinan sobre la marcha las estrategias y herramientas para dispensar con eficiencia los servicios en laboratorios, centros de vacunación, oficinas médicas, clínicas y hospitales, y laborar coordinadamente para intentar contener, con una buena medida de éxito, el avance de la pandemia.

En el contexto de la improvisación y desorganización que parece prevalecer en amplias regiones y sectores de Estados Unidos, y las directrices a veces contradictorias del protocolo federal, el ejemplo de Puerto Rico es notable. El hecho de que nuestro país esté marcando una gran diferencia, y señalando el camino correcto con su respuesta, buenas prácticas y resultados durante esta crisis, debe ser motivo de reflexión sobre hasta dónde somos capaces de crecernos cuando nos unimos en un propósito común. Además, nos debe producir una gran satisfacción colectiva el estar obteniendo estos resultados, aún en medio de las enormes dificultades que estos dos años han representado para nuestro pueblo.

Por eso, les exhortamos a recibir el año 2022 unidos y en el mismo espíritu de resistencia y acción positiva con que nuestro querido pueblo puertorriqueño se ha enfrentado a la sucesión de crisis de los últimos años, particularmente a la prolongada e impredecible pandemia del COVID- 19. Desde CLARIDAD, les enviamos a todas y todos, en Puerto Rico y la diáspora, un enorme abrazo colectivo junto a nuestros mejores deseos de salud, paz interior y renovado compromiso.

 

 

 

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