El oscuro despertar neonacional “mesiánico” de la Maripily maníaco-manía

 

Especial para En Rojo

 

Durante estos últimos cuatro meses, ha estado generándose y apreciándose toda una conmoción nacional en los medios comunicacionales de masas (radio, televisión, podcast, redes sociales, etc.) acerca del trivial programa “La Casa de Los Famosos”. Gracias a la agresiva propaganda mediática de Telemundo, entre otros esfuerzos, la polémica e incluso sugestiva imagen de Maripily diseñó un efecto psicoemocional muy propio al que defino como la “Maripily maníaco-manía”. Este ha ido favoreciendo el desarrollo de una subcultura basada en la afectividad capitalista pasajera que se caracteriza por el oscuro despertar de sus ídolos1. Es decir, que como bien exponía Carlos Marx & Federico Engels (1841), entre otros autores como Marshall Berman (1981) “todo lo sólido se desvanece en el aire” por el intenso movimiento del hiperconsumo y necesidades del momento. Este particular fenómeno corresponde a los múltiples giros socioculturales que vivimos de manera apresurada y alocada, cosa que evita por completo que asimilemos a cabalidad los procesos de cambio. Tales efectos, donde directamente se nos vuelcan e incluso manifiestan es en el imaginario social, permitiendo perforar por completo nuestro aparato psíquico2.

Si seguimos por esta línea de pensamiento a nivel psicoanalítico, encontramos que, al estar situados bajo un momento histórico muy peculiar, nuevamente surgen alteraciones al discurso nacionalista puertorriqueño, el cual recibe hoy otras connotaciones transfigurativas. Han sido las mismas crisis socioeconómicas e inclusive psicoemocionales como las que enfrentamos hoy día, que ante tanto ataque hacia la estabilidad identitaria nacional logran subvertir la imagen cultural. A dicho procedimiento dentro de la perspectiva psicoanalítica se le conoce como transferencia. Jacques Lacan en su seminario número 6 (1960) nos expone:

«La cuestión de qué es la identificación debe aclararse a partir de las categorías que desde hace años promuevo aquí ante ustedes, a saber, las de lo simbólico, lo imaginario y lo real (…) Atengámonos a los primeros aspectos, los más evidentes, de la experiencia del duelo. El sujeto se abisma en el vértigo del dolor y se encuentra en cierta relación con el objeto desaparecido que de alguna manera nos es ilustrada por lo que ocurre en la escena del cementerio. Laertes se arroja a la tumba y, fuera de sí, abraza al objeto cuya desaparición es causa de ese dolor. Es obvio que el objeto resulta entonces tener una existencia tanto más absoluta cuanto que ya no corresponde a nada que exista». (p.371)

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Evidentemente, es desde este enfoque que nuestra figura del yo va no solo reinventándose al antojo de lo que sea tendencia, sino también reorganizando sus emociones e incluso relaciones interpersonales según nos delinea Eva Illouz (2012). De ahí la necesidad de recurrir en un personaje ambivalente, pero a su vez pueblerino para resignificar no solo el análisis discursivo de los sentimientos patrios, sino también lo que es la representación de la “mujer puertorriqueña”.

Empíricos sociales como García-Toro (2024) reafirman que “Maripily” es un fenómeno que refuerza la noción de pueblo”. Sin embargo, el que haya cierto paralelismo entre lo que la psicología de masas proclama idealizar y fijar a un solo espacio para muchos celebrar, no significa que se esté construyendo un sacrosanto lema, capital cultural o predica nacional. Si no más bien, lo que estamos propulsando a nivel imaginario, simbólico e incluso “real” es la auto- aniquilación del pensamiento crítico- reflexivo ya que el verdadero afecto nacional en sus orígenes no descansa en esta gesta de baile, botella y baraja. Y esto es debido a que lo único que se le está rindiendo homenaje es a lo banal, vacío e inclusive profano, justamente como sucede con la moda. (Lipovestsky, 1987). Tanto es así, que si nos insertamos a los diversos comentarios que se promovieron en el emblemático e icónico recibimiento que históricamente absorbió a sus predecesores (Tito Trinidad, Miss Universo, etc.) el enunciado que repetitivamente corría por todos los medios (Nuevo Día, Vocero, Primera Hora, Canal 2, entre otros) “Maripily es nuestro sex symbol”3, “Maripily es la representación de la mujer puertorriqueña”4, “Maripily es el orgullo de la raza boricua negra y pobre”5, entre otras blasfemas expresiones que solo aplauden insultos y reyertas de Maripily “admirablemente”.

Muchos podrán tildarme de antisocial, anti-empoderamiento femenino, teórico conspirativo, aberrante, anti- Maripily o anti-mujer, etc., pero si algo podemos constatar es que el programa secular de la “Casa de los Famosos” fue diseñado como un idóneo entorno para guiar a los sentimientos ajenos hacia un comportamiento psicosocial de las masas. Al encontrarse no solo el mundo bajo un estado de incertidumbre socioeconómico y político, resulta imprescindible la confección de este tipo de transmisiones, puesto que permiten suprimir, reprimir, sublimar y hasta transferir toda esa angustia social en un sentimiento patriótico fallido. Carlos Pabón (2003) señala que “el discurso neonacionalista reduce nuestra nacionalidad a una esencia étnica (la hispanidad) o lingüística (el español) (p.19). De hecho, este alternativo oleaje neo- nacionalista que constantemente acontece por X o Y situación, sea cuando juega Puerto Rico contra los Estados Unidos, vayamos a otra latitud del mundo a culturizarnos o se realicen ciertos “reality shows” como este (La Casa de los Famosos) el imaginario social puertorriqueño se reconstruye a imagen y semejanza de lo que es tendencia.

Rampantes problemáticas como el desempleo, el proceso de las corrompidas primarias del próximo 2 de junio, ausencia de sentimiento de pertenencia y liderazgo han ahondado esa sensación controversial entre angustia versus ansiedad social. De hecho, esto trae consigo una posible transferencia identitaria de fuga momentánea la cual rellena ese estado de vacío psicoemocional. La desaparición de esa facticidad impulsa la emergencia de encontrar sustitutos o figuras como Maripily para enaltecer ese yo ideal e imaginario social por encima de ese sinnúmero de problemas y hasta frustraciones que se nos suscitan en la vida cotidiana. De esta manera, Eva Illouz nos señala que (2012) “el yo privado se manifiesta más que nunca en la esfera pública, en las esferas económicas y las relaciones íntimas” (p.76). Quiérase decir, que el modo en cómo el capitalismo intensifica sus condiciones materiales es propulsando este tipo de programaciones y personajes míticos/ambiguos, para así forjar una plena coacción de nuestra figura del yo existente. Por lo que es indispensable el repensar: ¿Qué es hacer patria en esta fase histórica donde lo que es tendencia fracasada se ensalza y rinde culto a lo selvático?

Gran parte de toda esta conmoción, tanto nacional como mediática ha desplegado un resultado psicoemocional unificador hipomaníaco pasajero y sobre todo confuso puesto que aún hoy sigue siendo centro de resignificación la figura de Maripily. Cabe agregar, que este efecto resultó a su vez ser uno des-unificador sociológicamente hablando, dado que los fines con los que aunaron dichos esfuerzos no fueron para nada articulados a lo representa ser en esencia Puerto Rico. Aunque la identidad nacional como toda identidad sea étnica, sexual, racial o de clase es un derivado del construccionismo social e imaginario, lo que “realmente” estamos promoviendo es una retransformación ideológica y crisis de identidades acerca de la cuestión nacional-patrio (Pabón, 2003). Por tal motivo, es que Don Pedro Albizu Campos (1938) declaraba en uno de sus múltiples discursos “la ignorancia es el peor manicomio con el que se puede condenar a un pueblo”. Traigo a colación esta cita, para poner en relieve la inexplicable, pero insurgente unidad que fomentó la Maripily maníaco- manía la cual más bien reafirma el estado estupefaciente y de descomposición psicosocial en el que se encuentra el país.

Es en ese sentido, que dentro de nuestra atmósfera distintos maremágnums emocionales hacia lo que aparentemente figure ser el efecto “Maripily maníaco-manía” se resalta, concibe, vislumbra y hasta conceptualiza su hazaña como la idónea manera de reavivar “el valor y sacrificio” de Don Pedro Albizu Campos (1938) o el “patria o muerte” de Ernesto Guevara (1964) con el objetivo de brindar a los senos hogareños de Puerto Rico “felicidad” y “modelo a seguir”. Tales señalamientos, bien son descritos y hasta percibidos por la masa que a diestra y siniestra dan su voto a ciegas a Maripily si en algún momento esta decide lanzarse a legisladora o cantante. Así que, la noción de hacer cultura nacional aparte de estar entrelazado con todo tipo de cosa que este globalizado a su vez integra lo superficial y efímero para dar cuentas que ha mutado totalmente el sentimiento histórico- cultural de hacer patria.

En fin, el que exista una figura tan controversial como ha sido desde sus inicios Maripily, genera en la psicología social puertorriqueña todo un estado maníaco u obsesivo que hace de esta un significado sociocultural neonacional. Lo particular de esto es que siempre como seres sociales moderno- tardíos estamos contemporáneamente inmersos en un plan de consistencia6 siguiendo la línea de Gilles Deleuze & Félix Guattari (1982) conceptos como la identidad, nacionalidad, subjetividad, entre otros tienden a variar de acuerdo a las circunstancias materiales (modos de producción) e inmateriales (modos de subjetivación) de la época.

Es por ello, que toda esta solidificación imaginaria de hacer de la imagen empoderada de la Maripily maníaco-manía como una parte integral de la feminidad puertorriqueña según dictaminan los medios de comunicación de masas es precisamente apostar a un posible “mesianismo”. La representatividad de la mujer puertorriqueña e inclusive caucus de múltiples sectores feministas como la colectiva feminista en construcción7 puntualizan que es plausible como la efigie de Maripily bajo este “reality show” permitió cambiar la percepción de las masas acerca de su persona. No obstante, el que se hayan constituido ciertas modificaciones pro-Maripily y mujer, no significa que esta sea el perfecto estandarte para expresar el sentir de la mujer afrocaribeña y sobre todo puertorriqueña empoderada. Es importante agregar, que tales efectos no fueron con la intención de menospreciar y/o subestimar a esta mujer puertorriqueña.

Nos expresa la feminista Monique Wittig (1969) en su distintivo texto ‘Las Guerrilleras’ “Si me apropio del mundo, que sea para soltarlo inmediatamente o para crear nuevas relaciones entre el mundo y yo” (p.50). Dicha declaración contrapuntea con el mensaje “inspirador” que Maripily Rivera (2024) emitió a todas esas niñas y mujeres que la conceptualizan e incluso identifican como modelo a seguir el cual pivoteaba en estos tres elementos: amor propio, creer en ti y tener fe8.

Todo lo que se ha ido rearticulando dentro del actual arrastre de falsas promesas, incertidumbre social, ausencia de valores, menosprecio hacia la mujer y angustia social es precisamente la reconstrucción narrativa de un personaje histórico contemporáneo. Este aparte de ilustrar un supuesto desarrollo de conciencia social trae consigo la pesada carga mesiánica capaz de reabrir la nociones imaginarias, simbólicas y reales sobre los valores patrios y tornarlos en un verdadero hito del momento. Dentro del constante dinamismo social e histórico que estamos encarando, el fast-track cultural transiciona, tanto política como económicamente figuras míticas como influencers fatulos, artistas urbanos artificiales y personajes como Maripily para eclipsar la necesidad de la repetición en transferencia. Considero, que esto se apoya a lo que Jacques Lacan (1960) definió como transferencia la cual define de la siguiente forma “En la transferencia, el sujeto fábrica, construye algo. Y, en consecuencia, me parece, por fuerza hay que integrar inmediatamente a la función de la transferencia el término de ficción” (p.203).

Nos queda como responsabilidad nacional y social el reflexionar desde otros referentes, cómo podríamos sembrar concienciación en estos tiempos de guerrilla tomando como punto de partida las siguientes premisas: ¿Qué es hacer patria en momentos de búsqueda de falsos ídolos? Y, ¿Cómo esta hoy se redefine bajo la mirada multicultural que no solamente habita en Puerto Rico, sino también en el mundo?

 

 

Referencias
Chul-Han, B. (2022). Infocracia. Digitalización y la crisis de la democracia. Taurus. España.
Chul- Han, B. (2015). Psicopolítica. Herder. España.
Deleuze, G & Guattari, F. (1982). Mil mesetas: Capitalismo y esquizofrenia. (Parte II). Paidos. Argentina.
Illouz, E. (2012). Intimidades congeladas: Las emociones en el capitalismo. Katz- Discusiones. España.
Maldonado Denis, M. (1972). La conciencia nacional puertorriqueña: Pedro Albizu Campos. Siglo XXI- Editores. México.
Lacan, J. (1960). Seminario 8: La transferencia. Paidos. Argentina.
Lipovetsky, G. (1987). El imperio de lo efímero: La moda y su destino en las sociedades modernas. Anagrama. España.
Pabón, C. (2003). Nación Postmortem: Ensayos sobre los tiempos de insoportable ambigüedad. Ediciones Callejón. San Juan.
1Ver: Federico Nietzsche (1889). El ocaso de los ídolos o cómo se filosofa a martillazos. Hago énfasis en el presente texto nietzscheano para exponer cómo en la actualidad eso que definimos como ídolos e idolatría no es más que una práctica sociocultural fallida dado a que cuando tienen que pasar por el cedazo o martillazo se desintegran por no estar a la altura de la transvaloración de valores ético- morales. Tal es el caso de la Maripily-manía hoy.
2Cuando hago alusión al concepto de aparato psíquico me remito más bien a la línea psicoanalítica la cual estructura al mismo bajo las nociones de preconsciente, consciente e inconsciente.
3Comentario tomado de Alexadra Fuentes, Canal 2 de su show el miércoles 22 de mayo del 2024.
4Comentario tomado de una fanática entrevistada por el periódico Vocero. Ver: https://www.elvocero.com/escenario/television/detalles-del-recibimiento-a-maripily-es-un-triunfo-para-celebrarlo-con-mi-gente/article_10338f80-176d-11ef-ba3e-1b801fcb0fa8.html
5Comentario tomado del periódico Primera Hora.
6Según Gilles Deleuze el planomeno o plan de consistencia se opone por completo con el esquema organizativo tradicional ya que este estriba en los ámbitos de forma y sustancia que constantemente varían o cambia de estado dependiendo de las circunstancias contextuales.
7Tomado del show “La Prendía” el día 23 de mayo del 2024. Ver: https://www.facebook.com/Colectiva.Feminista.PR/videos/la-prend%C3%ADa-s2-ep-14-el-estado-no-le-importa-la-vida-de-las-mujeres/684773790440806/
8Ver el periódico el Nuevo Dia (26/05/2024) “Maripily Rivera envía un mensaje a las niñas y mujeres que la ven como una inspiración y ejemplo a seguir”

 

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