El secreto que transforma el mundo

Especial para En Rojo

En el mundo actual, vivimos un cambio de época, caracterizado por el pluralismo cultural, por el papel predominante de la información, por el terrible aumento de las desigualdades sociales y por la amenaza a la supervivencia del sistema de vida en el planeta Tierra, causada por el tipo de desarrollo depredador que la élite dominante de la sociedad impone a toda la humanidad, a la madre Tierra y a la naturaleza.

En medio de esta realidad, las religiones deberían ser instrumentos para el restablecimiento de la Justicia y la Paz y para la lucha por una mejor vida para todos. Desgraciadamente, muchos grupos religiosos y personas que hablan en nombre de Dios siembran el odio, la violencia y la división. Para eso, utilizan noticias falsas, e inundan la sociedad con miedos infundados y amenazas de peligros que no existen. Provocan el retorno de espiritualidades barrocas que llevan a las comunidades religiosas a devociones que fueron comunes en la primera mitad del siglo XX, como si la fe tuviera que responder al mundo de la época de nuestras abuelas.

Frente a esta realidad, en Brasil, grupos cristianos, católicos y evangélicos se proponen vivir la fe cristiana como profecía del reinado divino en el mundo. Hermanos y hermanas de todas las Iglesias, comprometidas con el reinado divino, se están organizando para lo que, en Brasil, se llama «el mutirão de la profecía», o sea, un trabajo colectivo de revelar que la fe cristiana debe ser profética. Sienten que tienen la misión de liberar a las Iglesias de la tendencia a constituirse en religiones ritualistas, para transformarlas en comunidades de fe profética en el seguimiento del profeta Jesús de Nazaret.

Es en este contexto que, del 18 al 22 de julio, en Rondonópolis, en el Centro-oeste (MT), ocurrirá el XV Encuentro Intereclesial de las Comunidades Eclesiales de Basel con el tema: “Comunidades de base: Iglesia en salida, en búsqueda de la vida plena para todos y todas”.

El rito es un elemento antropológico común a todas las culturas, y es bueno y válido como signo (sacramento) de una realidad más amplia, que es el compromiso, explicitado en el encuentro de las comunidades para hacer la vida mejor para todos.

Pueblos indígenas nos han propuesto el paradigma del «buen vivir», visión espiritual no vinculada a una religión específica. El buen vivir integra la tierra, la naturaleza, los pueblos originarios y la humanidad. Expresa una cultura comunitaria que tiene implicaciones prácticas, como el uso sostenible de la naturaleza y de los recursos naturales, la importancia de compartir como fundamento de la nueva economía solidaria y la realización de una democracia directa y popular basada en el diálogo y la solidaridad. Vivir Bien nos hace confiar en que la gran utopía de la hermandad universal entre todos los pueblos y razas es posible. Tenemos que luchar pacíficamente para que este sueño se haga realidad. Es el sueño divino de la Vida plena que los Evangelios llaman reinado de Dios.

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