A casi tres años de la muerte de Juan Mari Brás, cientos de boricuas de la diáspora, junto a representantes de sectores académicos, ambientales, de derechos civiles, de organizaciones progresistas de la ciudad y de Estados Unidos, y varios miembros de delegaciones de países latinoamericanos en la Organización de Naciones Unidas, rindieron tributo en Nueva York al fenecido líder independentista, quien se destacó por sus estrechos vínculos políticos con la comunidad puertorriqueña en dicha ciudad, a través del amplio trabajo desarrollado allí, durante varias décadas, por las organizaciones que él fundó, el Movimiento Pro Independencia (MPI) y el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP). Se le reconoció también por ser el principal líder independentista en postular la visión de que los boricuas de la diáspora, dondequiera que estén, tienen derecho y están llamados a formar parte de la nación puertorriqueña, tanto como los de la Isla.
La actividad tuvo lugar el sábado 15 de junio de 2013 en el Martin Luther King Jr. Labor Center de la sindical 1199 SEIU.
Durante el tributo a quien es considerado por muchos como el dirigente independentista más importante de la segunda mitad del siglo XX en Puerto Rico, hicieron uso de la palabra personas que lucharon junto a él en Nueva York y Puerto Rico durante las décadas del setenta y ochenta del siglo pasado, así como personas que, aunque no le conocieron personalmente, aprendieron sobre él a través de la huella dejada por sus luchas en la gran urbe. Entre otros, se dirigieron a la concurrencia Orlando Hernández, Profesor de Hostos Community College; Rosa Borenstein, quien fue directora ejecutiva del Comité de Solidaridad con Puerto Rico en Nueva York entre 1975 y 1978; y José Velázquez, educador del área de Newark, New Jersey y quien fuera un líder y organizador destacado del PSP en Nueva York y otras comunidades del este de Estados Unidos. Durante la actividad se proyectó un fragmento del documental sobre Juan Mari Brás realizado por el cineasta Freddie Rodríguez, y un corte fílmico del histórico acto en solidaridad con la independencia de Puerto Rico que se celebró a casa llena en el Madison Square Garden en el año 1974. Como maestras de ceremonias colaboraron Digna Sánchez y Carmen Vivian Rivera, ambas ex dirigentes del PSP en Nueva York.
La parte musical del evento estuvo a cargo de Thelma Ithier Sterling mientras el profesor de Brooklyn College, Antonio Nadal, declamó el poema “Puerto Rican Obituary”, obra maestra del fenecido poeta de la diáspora, Pedro Pietri.
En su mensaje de agradecimiento, la viuda de Mari Brás, Marta Brás Vilella, recordó cómo, ya enfermo, el líder independentista eligió el Centro El Maestro, localizado en la comunidad del Sur del Bronx en Nueva York, como el lugar donde dictaría lo que sería su última conferencia sobre El Grito de Lares en septiembre de 2009.
Por su parte, Kacho López Mari habló a nombre de los hijos, nietos y demás familiares del patriota, recordando la importancia de la ciudad de Nueva York en la vida política de su abuelo, y recabando la solidaridad de la comunidad boricua y de los sectores progresistas allí para continuar la presión al gobierno de Estados Unidos para que divulgue la información que permita esclarecer el asesinato político de Santiago Mari Pesquera, hijo de Mari Brás y Paquita Pesquera Cantellops, ocurrido en Puerto Rico en 1976. López Mari también abogó por la excarcelación del prisionero político boricua, Oscar López Rivera.
En el cierre de su emotivo mensaje, Olga Sanabria, quien fuera dirigente del PSP en Nueva York y colaboradora cercana de Juan Mari Brás durante muchas décadas, le dirigió al fenecido líder las siguientes palabras que resumen el impacto de su vida y su obra en varias generaciones de boricuas, tanto en Nueva York como en Puerto Rico: “Querido Juan, muy querido. Gracias por regalarnos a algunos de los presentes aquí hoy su último discurso, porque fue durante su enfermedad, aquí en Nueva York que lo pronunció, en el Centro El Maestro en el Sur del Bronx, ante la diáspora que hoy lo homenajea. Gracias a seres humanos como usted, a dirigentes como usted, nuestro pueblo no ha sido un pueblo huérfano, ni apátrida, sino un pueblo guerrillero como cualquier otro, tan luchador como cualquier otro, y tan solidario y soñador como cualquier otro. Gracias a dirigentes como usted, a su ejemplo, nuestra lucha reverdece siempre”.